La minería representa un reto silencioso para el Gobierno de Alfonso Durazo en Sonora.
La administración duracista deberá sopesar la importancia de la industria en la economía local con los daños ambientales que se comprometió a atender, al mismo tiempo que tiene en puerta la inminente “fiebre del litio”, que tendrá a su estado como protagonista.
Sonora es la entidad que lidera la industria minera del país, produciendo sobre el 33 por ciento de la extracción nacional, según reporta el Clúster Minero local. Además de ser donde se avecindó Grupo México, de Germán Larrea, quien en 2021 superó a Ricardo Salinas Pliego como el segundo hombre más rico del país, en buena medida gracias a sus ganancias mineras.
Por consiguiente, Sonora es el estado que más lidia con los residuos sólidos que deja la extracción minera. De las 585 presas de “jales”, como se les conoce a estos depósitos, registradas ante la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales, la entidad es la que presenta más, con 28 de sus 72 municipios teniendo al menos una.
Grupo México es, también, sinónimo de los desastres ambientales ocasionados por la minería en Sonora. Tanto que el mismo Durazo, tras ser electo gobernador en las elecciones de junio de 2021, se comprometió a que este impacto “no puede quedar en el olvido” y buscará que la minera reactive el Fideicomiso Río Sonora, que supera los dos mil millones de pesos.
Tras la desaparición en 2020 del Fondo Minero, cuyo esquema era el de distribuir parte de las ganancias de la industria entre las comunidades donde se realiza, Alejandro González, senador del Partido del Trabajo, propuso a inicios de este 2022 establecer un nuevo mecanismo “sin intermediarios” para invertir en servicios de educación, salud e infraestructura locales.
La importancia del capital económico
Respecto al reto de Durazo Montaño, Reporte Índigo entrevistó al doctor Miguel Enrique Magaña Virgen, jefe del Departamento de Ciencias Ambientales de la Universidad de Guadalajara, quien comenta que las lógicas gubernamentales siguen siguiendo los criterios del capital económico para atender las problemáticas ambientales.
En ese sentido, critica la apuesta por reactivar el Fideicomiso Río Sonora como un modelo para atender las afectaciones.
“Plantean que van a resolver los problemas ambientales. ‘Vamos a tener recursos para atenderlos’, ninguno de los problemas que se generan son tan económicos que puedan ser atendidos por un fideicomiso”.
También señala la discrepancia con el lema “primero los pobres” al apuntar que “son los directamente más involucrados. Primeramente, los trabajadores. Segundo, por las áreas donde viven. Tercero, porque el impacto ambiental que generan estas explotaciones es sinérgico, va enlazando problemas”.
“Independientemente de los partidos, en los sexenios que se han presentado desde 1972 para acá, autoridades en materia ambiental a nivel nacional y a nivel estatal, estamos con muchos más conflictos ambientales porque han utilizado la protección ambiental solamente como elemento de discurso. La sustentabilidad no ha salido todavía del papel”, lamenta el académico.
‘Fiebre por el litio’ de la minería
Al panorama ya controvertido se suma la ‘fiebre del litio’, pues Sonora alberga también el yacimiento más grande del país, con 8.8 millones de toneladas reportadas, mismo que se encuentra concesionado a Ganfeng Lithium, de China, y Bacanora Minerals, de Inglaterra, lo que ha sido criticado por el presidente Andrés Manuel López Obrador.
La reforma eléctrica que se discute en el Congreso de la Unión propone la nacionalización del litio y la creación de una empresa del Estado mexicano encargada de su explotación, lo que pondría a Sonora al centro de la actividad, de la misma manera que las actividades de Petróleos Mexicanos han repercutido en estados como Campeche o Tabasco.
Desde su campaña a la gubernatura, Durazo Montaño manifestó su intención de potenciar la explotación del litio para detonar el desarrollo económico del estado. Si bien el mayor yacimiento permanece en manos del mencionado consorcio, hasta septiembre del año pasado se habían detectado 14 puntos en Sonora para extraer el mineral.
El profesor-investigador del Centro Universitario de Ciencias Biológicas y Agropecuarias de la U de G cuestiona que en el proyecto “no hay prioridad en materia ambiental. ¿Dónde están las autoridades en materia ambiental, la vigilancia permanente, las restricciones? Se habla de inversiones, de las ganancias económicas, de la cantidad de personas que van a trabajar”.
Si bien coincide en la importancia de garantizar la soberanía energética de México, evitando la privatización del sector eléctrico, también advierte que la fabricación de autos eléctricos, una industria de dos mil millones de euros, resulta más una “pantalla” que una auténtica solución a los problemas ambientales.
“No es cierto que, como se considera actualmente, fabricar automóviles eléctricos va a resolver los problemas. Estamos ante una reforma eléctrica en donde el país dice que estamos generando energía limpia y no, en la medida en que la energía se genere a partir de eslabones que empiezan a generar conflictos ambientales, por supuesto que no es energía limpia”.
Como ejemplo de esto mismo, señala los daños ambientales que ha generado la explotación de mineras chinas como la misma Ganfeng, la principal productora de litio a nivel mundial.
“¿Cómo es posible que les abramos la puerta cuando allá están haciendo verdaderos desmanes? Estamos aserrando la rama en la que estamos sentados”.