El mito de los indecisos
A menos de dos meses de que se celebren los comicios del 1 de julio todavía existe la creencia de que el electorado que no sabe por quién votará, el cual representa el 20 por ciento de la lista nominal, puede cambiar el rumbo de la contienda, sin embargo, esta idea sólo aplica cuando la elección se encuentra muy cerrada
Gibrán ZafraEn épocas electorales convulsas surgen figuras difíciles de definir. El indeciso es una de ellas. A estos personajes se le dan atributos muchas veces inmerecidos, incluso se les clasifica de forma errónea. Del hecho de que puedan cambiar la tendencia en una votación se duda, y aunque son una pieza más en el rompecabezas que se formará el próximo 1 de julio, en este 2018 en México su peso podría quedar simplemente como un mito.
Actualmente estos ciudadanos representan el 20 por ciento de los votantes según el promedio de las encuestas.
“La gente ya no tiene en quién confiar, podemos escuchar miles y miles de propuestas, algunas malas y otras muy buenas pero que en realidad no se llevan a cabo (…) Yo siento que le están hablando a las personas que están arraigadas al partido político, no precisamente a los jóvenes o a las nuevas generaciones, ellos se están basando en una política muy tradicional”, explica Antonio Arévalo, profesor de inglés, quien se encuentra entre ese grupo de electores también conocido como indefinidos.
El joven de 29 años confiesa que al principio de las campañas se decantaba por Ricardo Anaya, candidato de la coalición Por México al Frente, pero con el paso de los días ha visto muchas incongruencias en el exlíder panista, por lo que hoy ya no se encuentra 100 por ciento convencido de apoyarlo, por lo que esperará a los dos debates que restan para tomar una decisión en torno al candidato que respaldará con su sufragio.
“Como mexicano voy a poner mi voto en la urna, pero siento que sabré por quién votar hasta el último debate”, explica el joven originario de Chiapas que vive en la Ciudad de México, además dice que se siente decepcionado porque la dinámica actual de las campañas está basada en la agresión entre los contendientes, en lugar de expresar compromisos.
Para Emiliano Villalobos, estudiante de la UNAM, de entre la baraja de cinco opciones que son Andrés Manuel López Obrador, José Antonio Meade, Ricardo Anaya, Margarita Zavala y Jaime Rodríguez, ninguno tiene las propuestas que quiere escuchar para que México tengo un avance o un desarrollo real.
“Creo que uno nace con un odio hacia la política desde la familia, desde los papás, los abuelos, los tíos; una vez le pregunté a mi papá en la elección pasada por quién votaría y me dijo que por el que robara menos. Entonces vas creciendo con otra mentalidad, ya te vas dando cuenta que la política no es como la pintan”, expresa en tono molesto el joven de 22 años que acudirá por primera vez a las urnas para votar por un presidente.
Emiliano espera que el próximo domingo 1 de julio logre llegar con un candidato en mente que al menos lo convenza, ya que destaca que entre sus opciones, en caso de no tener certeza de apoyar a algún proyecto, está anular su voto.
Difícil que cambien la tendencia
A casi 45 días para que se lleven a cabo los comicios, en el presente proceso electoral se ha marcado una tendencia: Andrés Manuel López Obrador, candidato de la coalición Juntos Haremos Historia, se ha ubicado como puntero. En un segundo plano el panista Anaya busca acercarse aunque con una
“Se ve muy difícil que el voto de los indecisos pueda cambiar la tendencia, porque no es que agarren y digan, de este 100 por ciento de indecisos que van a salir a votar, todos van a votar por el mismo; se van a dividir, por lo tanto no pensamos que vayan a incidir mucho en el resultado final”, explica en entrevista Juan Ricardo Pérez Escamilla, fundador de Oraculus.
El experto en temas estadísticos indica que en torno a la figura de los indecisos hay mucha confusión, ya que del 20 por ciento que representan, muchas veces se cree que todos saldrán a votar pero eso no es cierto, ya que de ese universo se calcula que sólo el 5 por ciento acudirá a las urnas.
“Alrededor del 20 por ciento de los entrevistados son indecisos, quiere decir que son todas aquellas personas a las que tú sales a preguntarles y por alguna u otra razón no te contestan, puede ser que te contesten que todos los políticos los tienen hasta el gorro, que todos son unos corruptos, a mí no me interesa la política o yo no voy a votar”, explica.
Pérez Escamilla agrega que en elecciones tan abiertas, como la que actualmente estamos viviendo, es muy difícil que ese sector indefinido juegue un papel tan determinante. Además agrega que lo que pasa en este año electoral es muy similar a lo que ocurrió en el 2012, donde en todo el proceso hubo un claro puntero, Enrique Peña Nieto, quien resultó el presidente electo.
La confusión del término
Javier Márquez, investigador de Buendía y Laredo, aclara que ha surgido mucha confusión en torno al término “indecisos”, a quienes también se les conoce como indefinidos debido a que se cree que el 20 por ciento que se agrupa en ese segmento aún no decide por quién votar, sin embargo, no todos acudirán a las urnas, por lo que se les puede confundir con quienes ya saben que no votarán.
“Está empezando a habermucha confusión con este término (…) cuando los encuestadores preguntan por qué partido y candidato votarían, algunas de las personas te responderán, pero también pueden decir todavía no sé, no le quiero decir, el voto es secreto o no voy a votar. Los encuestadores agrupan todas esas respuestas en una categoría, la cual desafortunadamente creo que no es estándar, algunos le llaman no respuesta, indefinido o indecisos”, explica.
El también catedrático del CIDE y del Colmex agrega que en elecciones sumamente cerradas como lo fue en el 2006, ese sector sí puede jugar un papel importante, aunque indica que es muy difícil tener las pruebas de que ellos inclinaron la balanza en los comicios en que el panista Felipe Calderón resultó como el triunfador.
Márquez asegura que para finales de mayo se tendrá una idea mucho más clara, ya que es el mes previo a una elección presidencial donde empíricamente se registran más cambios. Recuerda que en 2012, en ese periodo fue cuando López Obrador comenzó a crecer de forma acelerada a costa de la candidatura de Vázquez Mota, aunque al final no le alcanzó.
Sin cambio radical
“En este caso específico (elección 2018) es tal la distancia entre el primero y el segundo que aún si le asignaras todos los indecisos a quien está en segundo lugar, que sería un error hacer eso, lo más que pasaría es que se empaten, es decir, en este momento los indecisos no definirían al ganador”, explica en entrevista Ulises Beltrán, fundador de Beltrán y Asociados.
Para el encuestador, sólo las personas que te dicen que no saben por quién votar son los que estrictamente hablando deben ser considerados como indecisos. Sobre un cambio de tendencias, el experto indica que eso es lo que se sabe hoy pero no hay que descartar que los números cambian, por lo que no se pueden hacer proyecciones porque las preferencias de las personas en general pueden variar.
Beltrán advierte de otro factor que debe ser tomado a consideración, el cual es que en los votantes definidos, quienes muchas veces indican que prefieren a un candidato o a un partido determinado, existen grados de preferencia que podrían hacer cambiar la opinión, por ejemplo, los ciudadanos que apoyan a López Obrador no respaldan todas sus propuestas, como echar atrás la reforma educativa, su oposición al nuevo aeropuerto, e incluso uno de los temas por el que podría perder más apoyos es el de la amnistía a criminales.
Mientras que en el panismo es menor la discrepancia entre el candidato y las propuestas, también existen temas delicados como el matrimonio entre personas del mismo sexo, el cual mucha gente rechaza, pero otros lo apoyan. En contra parte, el PRI es más consistente entre sus propuestas y sus preferencias por lo que quienes lo apoyan tienen menos motivos para cambiar de opinión de última hora.
Sólo las personas que dicen que no saben por quién votar son los que deben ser considerados como indecisos
“Como ha estado tan consistentemente arriba (López Obrador) y tanto tiempo, se genera esta idea de ya ganó. Sí es el que tiene mayor posibilidad de ganar, sin lugar a dudas, pero una baja probabilidad no es una probabilidad nula, tenemos que ver lo que viene en la campaña y ver si se acercan o se amplían las diferencias, no descartaría cualquiera de las dos”, concluye, el consultor de opinión pública.
El desencanto en los políticos
Para el doctor David Morales, catedrático de la FES Acatlán de la UNAM, los indecisos sí pueden jugar un papel importante en una elección cerrada, como en el 2006, pero en este 2018 que se ve una clara diferencia entre el primer y segundo lugar, se antoja muy difícil que ese sector de la sociedad pueda cambiar esa tendencia.
“El voto de los jóvenes va a definir la elección, son un gran porcentaje de la lista nominal, pero también son el sector que más apatía ha mostrado en la elección en cuanto a su participación por su falta de credibilidad en la política y por sentirse excluidos, factores que hacen que se alejen de la participación política en el país”, menciona el catedrático.
Gran parte del electorado que aún no ha tomado una postura respecto al candidato que apoyará se encuentra en esa posición debido a que considera que ninguna de las opciones lo representa o vale la pena
En ese mismo punto, Roberto Duque, analista político y experto en temas electorales, indica que “la indecisión proviene de que ninguna de las opciones de la oferta política convencen del todo, muchas personas consideran anular el voto, un sufragio que es una señal de protesta y de inconformidad. Sin embargo, en México el voto nulo se va al basurero, lo único que anula es al elector que lo emite”.
También agrega que el término indeciso es algo ambiguo, ya que hay personas que no saben aún por quién votarán el próximo 1 de julio, pero sí saben bien por quién no votarán.
Además comenta que un candidato tampoco tiene que convencer plenamente a los electores, y al final uno de ellos va a detentar el poder, por lo que en los comicios muchas veces se habla de la manzana menos podrida, que los ciudadanos opten por el menos malo, pero insiste en no dejar que lo que impere sean los votos nulos o la abstención.
“En México hay un desencanto con la democracia, al grado tal que hay personas que dicen que no existe, esta puede ser una posición de tipo emocional o visceral, pero no corresponde con la realidad. No hay democracia perfecta, no existe, eso no significa que no estemos en una democracia, nos ha costado en las últimas 3 décadas muchísimo trabajo el tránsito de un modelo de partido hegemónico a una competencia electoral pluripartidista”, explica.
La indecisión proviene de que ninguna de las opciones de la oferta política convencen del todo al electorado
Duque concluye que con votos es como se han dado las alternancias a nivel nacional, por lo que invita, lejos de las indecisiones, a continuar participando activamente en los comicios del próximo 1 de julio.