Mitos de la reforma
La discusión parlamentaria en torno a la reforma energética inició ayer en el Senado con una mayoría de posiciones a favor de los cambios constitucionales que abran el sector a la iniciativa privada.
Los argumentos que defendieron los ponentes y los legisladores destacaron por su dispersión. Los legisladores del PRD optaron por retirarse y anunciar que ya no participarán en los debate porque hay “inequidad”.
Peniley RamírezLa discusión parlamentaria en torno a la reforma energética inició ayer en el Senado con una mayoría de posiciones a favor de los cambios constitucionales que abran el sector a la iniciativa privada.
Los argumentos que defendieron los ponentes y los legisladores destacaron por su dispersión. Los legisladores del PRD optaron por retirarse y anunciar que ya no participarán en los debate porque hay “inequidad”.
En conjunto, la información interna de Pemex fue escasa. Los defensores no lograron que los ejemplos internacionales explicaran cuáles son los números que se pretenden cambiar en el sector; ni los detractores sostuvieron en concreto cuáles son los riesgos de la intervención privada en la industria.
En Monterrey, el director general de Pemex, Emilio Lozoya, dijo que el país necesitará inversiones anuales por 60 mil millones de dólares durante la próxima década para exploración y producción.
Omitió detallar cuánto dinero iría a cada proyecto actual o futuro de Pemex. Solo repitió el argumento de que “Pemex no puede solo”.
Lo que resaltó tanto en las ponencias de los foros como en la intervención de Lozoya fueron una serie de afirmaciones que se repitieron como verdades, aunque se encuentran a discusión en otros países petroleros.
Reporte Indigo presenta algunos de estos argumentos y cuáles son las diferentes visiones de estos temas que están a discusión en otros países.
La comparación con Cuba
Entre algunos de los defensores de la reforma resaltó el argumento de que “hasta Cuba” ha abierto su sector energético.
Pero aunque el gobierno cubano abrió un sistema de concesiones para que las petroleras perforaran en aguas profundas, los últimos dos años han sido una andanada de fracasos.
El más reciente fue en mayo de este año, cuando la petrolera rusa Zarubezhneft anunció que abandonaría la exploración en la isla debido a “problemas geológicos”.
Cuba estima tener reservas en sus aguas someras y profundas de 20 mil millones de barriles de petróleo, aunque en EU los cálculos afirman que no superan los 10 mil millones.
En enero del año pasado se instaló en aguas cubanas la plataforma semisumergible Scarabeo 9. Cinco meses después, la petrolera española Repsol anunció que se retiraba de los intentos de encontrar petróleo en Cuba, ya que el pozo perforado desde la plataforma, con un costo de 150 millones de dólares, había resultado seco.
Antes de este pozo, Repsol ya había abierto otro en 2004, que resultó no comercial, por lo que la compañía dejó a Cuba fuera de sus opciones de negocio para los próximos tres años.
Dos meses después de la salida de Repsol, Cubapetróleo anunció que el segundo pozo perforado desde la plataforma, esta vez por la compañía Petronas, de Malasia, también había resultado productor no comercial.
Incluso la empresa petrolera estatal venezolana hizo sus propios intentos de exploración y no encontró reservas, aunque anunciaron que seguirán intentándolo.
Desde noviembre del año pasado Cuba negocia un plan de exploración con Statoil, la compañía estatal noruega, pero un reporte de agencias desde La Habana apuntó que esta empresa no ha anunciado interés en la isla ni la ha incluido en sus planes de perforación hasta 2016.
Brasil y la inversión privada
En la primera sesión de los foros sobre la reforma energética celebrada ayer, también se argumentó que Brasil había aumentado su producción gracias, principalmente, a la intervención de la iniciativa privada.
Pero el yacimiento más grande que ha encontrado ese país en aguas profundas no fue gracias a las compañías extranjeras sino a su empresa estatal Petrobras.
Ubicado en el área de Presal, se le conoce así precisamente porque está en aguas profundas debajo de una gruesa capa de sal, a 7 mil kilómetros de profundidad.
Fue descubierto en 2007 y será explotado en un nuevo esquema con mayor control estatal, que fue definido durante su anuncio por el presidente Lula Da Silva como un “nuevo día en la independencia de Brasil”.
Aunque Brasil había abierto a un régimen de concesiones en la etapa previa al descubrimiento de este campo, regresó a un esquema de producción compartida para que el estado brasileño tuviera mayor control sobre los hidrocarburos.
En 2009, cuando aún era la jefa de gabinete en el gobierno de Lula, la actual presidenta brasileña, Dilma Rousseff, dijo que Petrobras siempre tendría por lo menos un 30 por ciento de participación en los contratos, para que Petrobras tuviera “acceso a información estratégica del yacimiento y controle el ritmo de producción y desarrollo tecnológico”.
La semana pasada se presentaron las propuestas para que 11 compañías compitieran por la primera ronda de contratos en este yacimiento brasileño para el campo Libra, que deberá adjudicarse el próximo 21 de octubre.
De los concursantes, seis son estatales, según informó la Agencia Nacional de Petróleo
Aunque la presidenta de Petrobras, Graça Foster, ha dicho que su país no cuenta con recursos para explotar el presal en solitario, las petroleras estadounidenses no entraron a esta competencia.
Los analistas brasileños han adjudicado el hecho a que estas compañías están desalentadas por el “intervencionismo” del gobierno de Rousseff en materia petrolera.
Privatización de la cadena de valor
“La iniciativa (del PRI) deja ver con claridad la intención de desplazar a Pemex de toda la cadena productiva del petróleo sustituyéndolo por privados”, dijo Cuauhtémoc Cárdenas ayer en su intervención en el Senado.
En efecto, la propuesta hecha por el PRI busca que puedan ir a manos privadas las operaciones de generación de electricidad, de refinación y generación de petroquímicos.
Esto contrasta con la tendencia en los países con empresas estatales petroleras fuertes, que se ubican por encima de México en el ranking mundial.
En julio, Petrobras anunció que había alcanzado el récord de procesar 2.2 millones de barriles diarios en sus 16 refinerías, esto es, casi el total de la producción de crudo que tiene actualmente México.
Petrobras se define como una “empresa integrada de energía” que posee también siete plantas de biocombustibles, 16 termoeléctricas y cuatro plantas de energía eólica.
No es la única. Una situación similar tiene la petrolera estatal de Arabia Saudita, que posee 15 refinerías, la iraní, que produce el 80 por ciento de su maquinaria, la China, que opera 26 refinerías, la Corporación Petrolera de Kuwait, que pone como eje central maximizar el desarrollo de proyectos no convencionales. (Reporte Indigo, 14 de agosto del 2013).
La compañía estatal colombiana, Ecopetrol, posee dos refinerías y a pesar de su reforma energética de apertura aún tiene márgenes de producción que no superan ni la mitad de los de Pemex.
Entre sus planes de negocio está alcanzar, en 2015, un millón de barriles diarios de petróleo en todo Colombia, esto es, un poco más de lo que aún hoy produce solamente el yacimiento de Ku-Maloob-Zaap, en la sonda de Campeche, que produjo en agosto 868 mil barriles diarios según la Comisión Nacional de Hidrocarburos.
EU autosuficiente en energía
Uno de los argumentos centrales en las dos posturas que defienden el cambio constitucional –por parte del PAN y el PRI- es que México debe apurarse a hacer su reforma energética, ya que EU se encamina a su independencia en el sector y dejará de necesitar el petróleo mexicano.
En Estados Unidos en los últimos años han surgido estudios que cuestionan esta producción.
La mayoría están basados en la forma acelerada en que ha declinado la producción de los yacimientos de lutitas (shale) y cómo, aunque los números de totales de producción han aumentado, ello se debe a que han crecido exponencialmente la cantidad de pozos perforados y no a la que cada pozo haya resultado mejor.
Un informe interno de la compañía de servicios Schlumberger acepta que, aunque el shale ha dominado la actividad exploratoria en tierra en EU, “el escepticismo de consultores y empresas de inversión se ha colocado recientemente sobre las tendencias de disminución de la producción de gas de lutitas (shale)”.
También admiten que “la recuperación final estimada y la viabilidad económica general de las obras de gas de lutitas han sido cuestionadas”.
Así lo considera también el geólogo canadiense David Hughes, quien afirmó a Reporte Indigo que EU no será independiente energéticamente porque la declinación de los yacimientos de shale es imparable.