“Es por eso que soy norteño, de esa tierra de ensueño que se llama Nuevo León, tierra linda que siempre sueño y que muy dentro llevo, sí, señor. Llevo en mi corazón. Desde el cerro de la silla se divisa el panorama cuando empieza a anochecer. De mi tierra linda y sultana y que lleva por nombre, sí, señor. Ciudad de Monterrey”
Fragmento de “El corrido de Monterrey”
Escrita desde los años 40, Siveriano Briseño plasmó en esta canción la identidad de la gente de la capital de Nuevo León, que también ha visto nacer a varios iconos de la música nacional.
Rodeada de montañas que parecen guarecer la ciudad, se corona con el Cerro de la silla, icono natural que parece que emergió de la tierra y tomó esa forma tan particular por el simple hecho de preciarse de la arraigada identidad regiomontana, al igual que su gente.
Aunque hay varios puntos en los alrededores de la mancha urbana que ya alcanzan otras alcaldías, uno de los mejores puntos para ver las montañas es la Macroplaza, el extenso espacio público que recibe gente de varios lugares todo el tiempo y a todas horas, ya que se encuentra en el centro de la capital.
