Morelos: de la eterna primavera al eterno secuestro

El estado que solía ser famoso por su tranquilidad y buen clima hoy se ha convertido en una de las entidades federativas con más casos de personas privadas de la libertad. Expertos en la materia consideran que el gobierno de Cuauhtémoc Blanco debe poner especial énfasis en atacar este grave problema
Luz Rangel Luz Rangel Publicado el
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En México existía un lugar donde se decía que la primavera era eterna por su clima y su tranquilidad. Hoy Morelos, un estado que destaca por sus atractivos turísticos tales como reservas naturales, sitios arqueológicos y parques acuáticos, cambió las casas de descanso por casas de seguridad, sitios donde organizaciones delictivas ocultan a personas secuestradas o evaden la persecución de las autoridades.

Cada cuatro horas una persona es secuestrada en México. El Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) registra mil 17 secuestros nacionales de enero a julio de 2019.

En el país son cinco estados los que concentran el 60 por ciento de ese total, entre ellos Morelos.

En apenas siete meses, en la demarcación que gobierna Cuauhtémoc Blanco se han cometido 44 delitos de este tipo, lo que la ubica en quinto lugar nacional después de Veracruz con 220; la Ciudad de México con 133, el Estado de México con 130 y Puebla con 55.

En su toma de protesta, en una sesión solemne del Congreso local, el gobernador Cuauhtémoc Blanco prometió a los ciudadanos un estado justo, seguro y próspero.

Mi compromiso con todos los morelenses es trabajar para devolverles la paz, justicia y tranquilidad, pronunció en su discurso el 11 de octubre de 2018. Pero a 11 meses de su administración, la violencia no disminuye

Un año después, el 1 de agosto, la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC) informó que Santiago Mazarí Hernández, conocido como “El Carrete”, y quien fuera el líder del grupo de Los Rojos, fue detenido por delitos contra la salud, delincuencia organizada y secuestro.

En su detención participaron elementos de la Defensa Nacional (Sedena) y Marina (Semar), el Centro Nacional de Inteligencia (CNI), la Policía Federal y distintas dependencias del gobierno de Guerrero.

“Fue capturado en el municipio de Leonardo Bravo junto a otro sujeto identificado como Marco “N”, quien se presume podría ser su principal operador”, escribió la SSPC en su cuenta oficial de Twitter.

Por su parte, el gobernador de Morelos manifestó su reconocimiento en menos de media hora.

“Reconozco el gran trabajo coordinado entre @PoliciaFedMx y la @SEDENAmx que dio como resultado la detención de Santiago Mazari “El carrete”. Este es un certero y duro golpe contra la delincuencia organizada que tanto ha dañado a nuestra sociedad”, consignó Blanco.

El secretario de Gobierno, Pablo Ojeda, declaró que reforzarían la seguridad, para evitar el incremento de delitos tras la detención de Santiago Mazarí.

Sin embargo, aun cuando el líder del grupo delictivo ya obtuvo un segundo auto de formal prisión por parte del Ministerio Público de la Federación, Morelos sigue siendo una entidad secuestrada, prueba de ello es que de enero a julio de 2019, hay 35 carpetas de investigación por este ilícito de alto impacto.

Morelos, entre casas de descanso y de seguridad

En 2010 Jorge pudo comprar una casa de descanso a media hora de la capital de Morelos para disfrutar de sus fines de semana, días feriados y vacaciones.

El profesor de Educación Física adquirió la vivienda en un fraccionamiento privado de Tetecalita, una localidad del municipio de Emiliano Zapata. Trataba de ir al menos una vez al mes para hacer el pago de los servicios al administrador y al tesorero; ahí fue la última vez donde lo vieron.

El viernes 5 de julio de 2019 partió de la Ciudad de México hacia Morelos en su camioneta, una Nissan roja del año 2014; su familia llegaría la siguiente semana.

El miércoles les avisó, desde el número de Adrián, el vigilante de la cerrada, que había perdido su celular. El jueves no pudieron localizarlo, algunos residentes del fraccionamiento informaron que lo vieron salir.

Siete días después, el viernes 12, al medio día, a través de un teléfono local, un hombre pidió un rescate de 5 millones de pesos a cambio de Jorge.

Dos personas diferentes llamaron de tres números distintos, todos con lada de Morelos. Marcaban tres veces al día para amagar antes que negociar. Así fue hasta el martes 16 de julio, cuando perdieron contacto por completo con los presuntos captores.

Morelos, un estado reconocido por sus lugares turísticos y belleza natural, se ha convertido en la quinta entidad federativa del país con más casos de secuestro

El secuestro no sólo atenta contra la libertad, uno de los derechos humanos universales. El delito también conlleva una serie de implicaciones y consecuencias en el bienestar de la sociedad. Hay una doble prueba de vida: la que los familiares de la víctima piden a los captores y la que ellos mismos enfrentan en este proceso.

A casi dos meses todos lo siguen buscando. Los rosarios para pedir por él, los reportes a Locatel y al 911, las denuncias ante ambas Fiscalías especializadas antisecuestro locales y las búsquedas en el Servicio Médico Forense (Semefo) no han sido suficientes para saber dónde está.

Desapareció en Morelos, que ocupa el segundo lugar a nivel nacional con una tasa de 2.64 víctimas de secuestro por cada 100 mil habitantes, según datos de la organización Alto al Secuestro.

En el informe correspondiente al mes de julio, esta asociación reportó que el acumulado de este delito de alto impacto en la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador del 1 de diciembre al mes de julio de 2019, es de mil 265 secuestros, mil 538 víctimas y mil 136 detenidos.

Es decir, en promedio ocurren 36 privaciones de la libertad a la semana y cinco diarios. La tasa nacional por cada 100 mil habitantes es de 1.12. Sin embargo, 10 estados se encuentran por encima del promedio, como la entidad morelense

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La evolución del modo de operar

Bajo la idea de que el secuestro es un negocio rentable, los perpetradores han complejizado su modus operandi.

La privación de la libertad implica diversos tipos de violencia que llevan a la comisión directa o indirecta de otros ilícitos, señala un estudio de la Dirección General de Servicios de Documentación, Información y Análisis (Sedia) de la Cámara de Diputados

El vehículo de Jorge tampoco ha sido localizado. Además, vecinos del fraccionamiento privado alertaron de dos robos a casa habitación la madrugada del 15 de julio; sus testimonios revelan que los delincuentes se llevaron pantallas y videojuegos.

Sólo en una vivienda forzaron la chapa; en la otra entraron con llaves. En un portón quedó la huella de un impacto de bala.

El día del hurto, Adrián, el vigilante de la entrada y encargado de dar mantenimiento al lugar desde 2016, desapareció y no ha regresado. Pero las autoridades lo identifican bajo su nombre real como Próspero Manzano, según una ficha de la Comisión Estatal de Seguridad Pública de Morelos (CES) donde se le busca por el delito de secuestro.

La manera en la que los secuestradores actúan ha evolucionado, anteriormente, la privación de la libertad de una persona era de entre uno y dos meses, ahora es de apenas unos cuantos días, lo que les permite acumular más víctimas

En entrevista con Reporte Índigo, Alejandra Gasca, coordinadora de Atención a Víctimas de la asociación civil México Unido Contra la Delincuencia (MUCD), explica que en este delito pueden estar involucradas personas cercanas a la víctima.

“Tenemos casos en los que las personas que ayudan son los trabajadores del hogar: quien hace la limpieza, un chofer, el portero, por dar algunos ejemplos; incluso un familiar o personas cercanas a la familia pueden ser los autores porque conocen tu estilo de vida, cuáles son tus actividades y tus tiempos”, menciona.

Gasca sostiene que las víctimas tienen un amplio rango de edad y llevan a cabo desplazamientos de un lugar a otro, pero en sexo y género no hay distinción.

“No hay una diferencia significativa entre si son hombres o mujeres, porque tenemos 48 por ciento de ellas y 52 por ciento de ellos”, afirma.

La integrante de MUCD revela que el secuestro con fines de extorsión ya no sólo se comete contra las personas de alto nivel de ingresos y en esto coincide el informe del Sedia.

La manera en la que los secuestradores actúan ha evolucionado, anteriormente, la privación de la libertad de una persona era de entre uno y dos meses, ahora es de apenas unos cuantos días, lo que les permite acumular más víctimas
Informe del Sedia

La coordinadora recomienda dar aviso a las autoridades para recibir asesoría durante la negociación y la petición de una prueba de vida que descarte una extorsión, pues reconoce que pagar el rescate por un secuestro resulta ser una medida para que la víctima regrese con vida, aunque no exista garantía.

Asimismo, la especialista expresa que no sólo ha cambiado el tipo de víctima, también de cautiverio.

“Antes teníamos secuestros que llevaban un mes o dos, pero ahora nosotros registramos casos de uno a siete días. Así el secuestrador puede tener una mayor cantidad de víctimas en un menor tiempo”, informa.

En entrevista con Reporte Índigo, Isabel Miranda de Wallace asegura que 20 por ciento de las víctimas del delito no regresan aun cuando se pague el rescate.

La coordinadora recomienda dar aviso a las autoridades para recibir asesoría durante la negociación y la petición de una prueba de vida que descarte una extorsión, pues reconoce que pagar el rescate por un secuestro resulta ser una medida para que la víctima regrese con vida, aunque no exista garantía

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Desarticular a una red delictiva

De 2015 a la fecha, Morelos ha acumulado 224 secuestros, estadística que lo posiciona, durante ese periodo, en el octavo lugar de la República Mexicana.

“El tema de Morelos ha venido sucediendo desde hace muchísimos años, no es nuevo. Ha sido controlado momentáneamente pero después cambian las políticas y eso indudablemente nos pone vulnerables”, dice Wallace.

Isabel Miranda de Wallace asegura que el gobierno de Cuauhtémoc Blanco debe poner especial atención en el delito de secuestro y acabar con las organizaciones criminales dedicadas a ello

La activista asegura que en Morelos los secuestros están ligados al crimen organizado. El estudio del Sedia sostiene que este delito de alto impacto no es cometido por una sola persona, sino que intervienen dos o más coautores o partícipes con funciones específicas; asimismo apunta que es común que los perpetradores participen en otros giros delictivos.

En el caso de esta entidad, un documento oficial sobre la estructura de la organización delictiva denominada Los Rojos, ubicaba a “El Carrete” como el jefe de plaza. En enero de 2015, la Comisión Estatal de Seguridad Pública de Morelos (CES) presentó una lista de los 15 hombres y mujeres más buscados con orden de aprehensión por delito de secuestro, la cual encabeza Santiago Mazarí Hernández.

En Morelos los secuestros están ligados al crimen organizado y rara vez son cometidos por una sola persona

“El día de hoy rompiendo un paradigma institucional y social de mucho tiempo, vamos a presentarles a los 15 hombres y mujeres más buscados con orden de aprehensión en Morelos por el delito de secuestro, pidiéndole a los medios de comunicación y a la ciudadanía en general, que colaboren en su localización”, pidió en conferencia Jesús Alberto Capella Ibarra, entonces titular de la CES.

La ficha de Mazarí Hernández revela que también es conocido como “El Señor de Los Caballos” y, según su fecha de nacimiento, el 25 de julio cumplió 43 años. Es originario del municipio de Amacuzac, ubicado al sureste de Morelos, zona de operación de Los Rojos, así como Guerrero, Puebla, Ciudad de México y Estado de México.

Wallace afirma que Cuauhtémoc Blanco tiene el reto de conducir una administración que sea efectiva contra ese delito.

“Creo que Morelos es uno de esos estados representativos de muchos secuestradores. Entonces, ahí tiene todo un reto el actual gobernador, lo que debería de hacer es tener gente muy capacitada para que pueda resolver estos temas”, expresa.

La captura de Santiago Mazarí, “El Carrete”, lÍder del grupo de Los Rojos, trajo un repunte de inseguridad que amenaza la libertad de los ciudadanos en el estado

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