Graco: Seguimos adelante

A pesar de todos los embates en su contra, Graco Ramírez asegura que va al 2018 para llevar su agenda progresista a todo el país.

El gobernador de Morelos se dice objeto de una conspiración conservadora que busca derrocarlo del poder por impulsar una agenda progresista de derechos.

Esto, empero, no hace mella en su deseo de ser el candidato de izquierda a la presidencia de la República.

Graco Ramírez afirma que la visión de derechos que muchos rechazan hoy día, será plena en el México del futuro.

Abrir el paso para concretarla ha costado caro al hoy gobernador. En los años 70 fue detenido por su oposición al gobierno y llevado al temido Campo Militar 1; hoy, es atacado por sus opositores quienes han pedido hasta la intervención del Ejecutivo para que el mandatario sea removido de la gubernatura.

Sabe, sin embargo, que impulsar cambios sociales innovadores, no siempre será fácil.

“Yo nací en un México donde se hablaba del partido. Ahora se habla de un México de los partidos y de los ciudadanos. Yo nací en un México en donde se hablaba de ‘la Iglesia’; hoy se reconoce a ‘las iglesias’. Ese México ha cambiado. Y nací en un México donde se hablaba de ‘la familia’; hoy hablamos de ‘las familias’”, refiere el mandatario, en entrevista.

A pesar de las protestas y movimientos en su contra, no cejará en su intención de abanderar a la izquierda en la próxima sucesión presidencial.

 “Yo aspiro (a la candidatura presidencial), no para ser una figura mediática, el muñequito del pastel, sino ser un agente que contribuya al cambio de México, con firmeza, con carácter y con convicción. 

Seguimos adelante”, asevera Graco Ramírez.

‘Sicilia usa su prestigio’

Las protestas contra el gobernador Graco Ramírez han ocupado los espacios de noticias durante algunas semanas, en las que han pedido incluso su destitución ante el Gobierno federal.

Los ataques en su contra comenzaron a surgir luego de que el mandatario presentara ante el Congreso de Morelos una iniciativa para consagrar en la Constitución estatal el matrimonio igualitario.

A partir de entonces, el obispo de Cuernavaca, Ramón Castro, comenzó a llamar a su feligresía a realizar marchas contra la propuesta. El Congreso no hizo caso a las presiones y la aprobó, lo que aumentó aún más el activismo del clérigo contra el Gobierno estatal.

Comenzó entonces el conflicto con los transportistas por la introducción del Morebús, un sistema de autobuses articulados que cubriría una ruta establecida y que pega en el interés de los “caciques” del transporte, como los llama el gobernador.

La gota que derramó el vaso fue el activismo del rector de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM), Alejandro Vera Jiménez, quien fue señalado por la Auditoría Superior de la Federación (ASF) del mal uso de recursos públicos por el orden de los 400 millones de pesos.

Vera utilizó a Javier Sicilia, activista por los derechos de las víctimas del crimen organizado y secretario de Comunicación Universitaria de la UAEM, para posicionar las protestas contra el mandatario.

En una de las marchas recientes, incluso, Sicilia acusó que fue golpeado por policías estatales. El Gobierno estatal hizo público el parte médico del activista, donde se habla de que no hay tal agresión, lo que despertó la furia del poeta.

“Javier tiene hoy una actitud muy interesada para proteger al rector. Está usando su propio prestigio, su propia imagen, y exagerando muchas de las veces porque, recientemente, presumió que fue golpeado por la policía. Se tienen videos donde se ve que nunca fue golpeado, se sube a la ambulancia fumando un cigarro como si nada hubiera pasado, ni siquiera fingiendo el famoso golpe o fractura de costillas.

“Cuando publicamos el parte médico de la Cruz Roja (…) él se molestó y dijo que va a denunciarnos ahora por publicar datos personales. Pero creo que era necesario que lo hiciéramos para demostrar que estaba mintiendo, porque es una figura mediática, y quiere hacer ver a mi gobierno como un gobierno represor, y yo nunca he sido represor (…) Quedó evidenciado que quiere aprovechar su presencia mediática para golpear a un gobierno que es progresista”, acusa el gobernador.

Graco Ramírez recuerda que fue en Morelos donde se creó la primer ley estatal de víctimas, luego del asesinato del hijo de Sicilia, y lamenta que para el activista sólo existan derechos para unos cuantos y no para todos.

“Es contradictorio que ellos hablen de defender derechos humanos, pero se nieguen a reconocer la agenda de derechos que hemos impulsado nosotros y es contradictorio (…) Prefieren asociarse con el obispo para generar un movimiento y una acción social (de corte conservador)”, sentencia Graco Ramírez.

Politizan la seguridad

Más allá de golpear a las instituciones, el gobernador Graco Ramírez alerta sobre el riesgo de que una división en la sociedad morelense puede dar pie a que haya un repunte en la inseguridad.

“Mi preocupación ha sido siempre que frente a esas circunstancias de politización de la inseguridad, le da coyuntura a ellos (a los delincuentes)”, acusa.

Contrario a lo que dicen sus detractores, el mandatario señala que en Morelos el secuestro ha bajado 74 por ciento, en una dinámica contra el crimen que ha durado dos años con índices a la baja.

“No hay tal crisis de seguridad. Morelos vivió durante 20 años una crisis de inseguridad; ahí vivía Amado Carrillo –fue de todos conocido que ahí tenía una hacienda y varias casas, protegido por el gobierno de entonces-; ahí vivió y actuó Daniel Arizmendi, ‘El Mochaorejas’; y vivió (Arturo) Beltrán Leyva, ahí fue ejecutado; ‘La Barbie’; y todos esos personajes, ahí vivían y se movían con impunidad. Eso ya no ocurre en Morelos”, refiere.

Graco Ramírez dice haber recibido ofrecimientos de la delincuencia organizada desde el inicio de su gobierno para dejarlos actuar pero, de haberlo hecho, hubiera entregado el poder a los grupos delincuenciales.

La mayor prueba de que las cosas en Morelos han mejorado es, para Graco Ramírez, el hecho de que llegan inversiones millonarias a su estado, sea para instalar parques de diversiones, hoteles o centros comerciales.

“Si hubiera inseguridad no habría inversiones, ¿quién va a ir a arriesgar su dinero?”, comenta.

En el caso de la fosa de Tetelcingo, que ha sido usada como argumento por sus críticos, el gobernador reconoce que hubo un mal manejo de los cadáveres que fueron sepultados en el lugar, pero dijo que ya se hace la revisión de los protocolos para corregirlos, lo que será replicado en otras fosas comunes de la entidad.