Morelos sin ley

El trabajo de las autoridades morelenses para procurar justicia en un una de las regiones más conflictivas del centro del país se percibe escaso y desarticulado.

Aunque en días recientes los cuerpos de seguridad han logrado capturar a objetivos clave en la operación de células del crimen organizado en el estado, los hechos de violencia en Morelos escalan con gran velocidad.

La inseguridad de esta región se manifestó de manera particular a través de una serie de ataques con armas de fuego en espacios públicos, siendo el más reciente el doble homicidio perpetrado a plena luz del día en el centro de la ciudad de Cuernavaca. Este acto se suma a la lista de más de 400 homicidios dolosos cometidos desde la llegada del gobernador Cuauhtémoc Blanco Bravo al poder.

Los asesinatos han ido al alza en territorio morelense, de acuerdo con cifras oficiales. El Sistema Nacional de Seguridad Pública indica que en octubre, cuando Blanco Bravo rindió protesta, se registraron 70 asesinatos.

En marzo pasado, la cifra escaló a 87, sin embargo, el mes más crítico de violencia fue febrero, cuando 94 homicidios registró la fiscalía estatal.

En este contexto, la mayor crítica y responsabilidad recae precisamente sobre el mandatario de la entidad, quien desde que ocupó el cargo, no ha reflejado un verdadero interés por hacer de la seguridad el tema prioritario de su administración; concentrado casi por completo en mantener una serie de pugnas contra sus adversarios políticos –siendo el exgobernador Graco Ramírez y su familia, los principales en la lista.

Frente a los nuevos niveles de violencia que impactaron a la capital morelense, diversos sectores de la sociedad y representantes estatales solicitaron al exfutbolista entablar un trabajo coordinado para beneficio de la entidad.

“Creo que urge que, hoy más que nunca, nos unamos y nos quitemos las rencillas. Porque no te voy a mentir: yo creo que entre algunos actores políticos todavía las hay. Pero ahora es importante que se queden de lado”, reconoció el diputado federal del Partido Encuentro Social, Jorge Arturo Argüelles Victorero.

El legislador insistió en que las estrategias para la procuración de justicia en el estado deben ser tarea coordinada.

Para Argüelles Victorero existe un intento por desestabilizar la entidad y, dicha responsabilidad, recae en personajes que efectúan una campaña negativa en contra del gobernador, Blanco Bravo.

“Alguien por ahí que no está de acuerdo en que al gobernador le vaya bien (…) Si supiera quién es, pues yo lo denunciaría, pero desafortunadamente no lo sé. Pero sí hay hechos que han agudizado esta violencia y parecería que un grupo o a alguien en especial le interesa que al gobernador le vaya mal”, mencionó.

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Solicitud de diálogo

Tras el doble homicidio ocurrido la mañana del pasado miércoles en el centro de la capital morelense, la exigencia de un trabajo coordinado y de una nueva estrategia de seguridad vino al unísono para el gobernador Cuauhtémoc Blanco. Desde los integrantes del Congreso local, pasando por el Observatorio Nacional Ciudadano e incluso el alcalde de Cuernavaca, Antonio Villalobos Adán.

Una de esas voces fue la de la senadora Lucía Meza Guzmán, quien pidió al gobernador de Morelos cumplir con su responsabilidad de prevenir y combatir la comisión de delitos, agregando que “si no puede con la responsabilidad, renuncie al cargo”.

Luego de estas declaraciones, Cuauhtémoc Blanco convocó a una rueda de prensa para expresar que el asesinato junto a Palacio de Gobierno fue un hechos lamentable.

“No estoy enojado, estoy furioso de lo que pasó porque no se vale que un personaje haga esto”, expresó el gobernador, quien se comprometió a “llegar hasta las últimas consecuencias”, para evitar esta clase de delitos.

Al ser cuestionado sobre la exigencia de la senadora de Morena, Blanco Bravo aseguró que la legisladora pertenece a la clase política que busca obstaculizar su gobierno.

Esta respuesta resultó decepcionante para la representante del partido guinda, quien en entrevista para Reporte Índigo reafirmó su postura hacia las acciones del titular del Ejecutivo de Morelos.

“Lamento mucho que no se le esté dando la importancia que tiene el tema de inseguridad en el estado de Morelos (…) Es muy lamentable que (Blanco Bravo) se enfoque en otras cuestiones. Nosotros estamos cumpliendo con nuestra responsabilidad: los senadores precisamente somos los representantes de las entidades federativas. Nuestra misión es hacer mejores leyes desde el Senado, pero eso no impide que me pueda pronunciar en temas que le están doliendo a mi estado”, afirmó.

Eterna primavera en el limbo

Desde el ámbito empresarial, el clima de inseguridad comienza a generar estragos. Pues si bien no existen indicadores concretos del impacto económico que la violencia ha dejado en Morelos, hechos como el doble homicidio del miércoles afectan a uno de los puntos turísticos más concurridos de la entidad.

Ricardo Esponda Gaxiola, presidente de Coparmex en la entidad, indicó que el asesinato de los empresarios regionales evidencian el nivel de deterioro ético y de inseguridad; ya que es “verdaderamente imposible pensar que la vida de una persona esté en riesgo por 5 mil pesos”.

El titular del organismo empresarial declaró que hasta el momento no hubo un acercamiento real por parte del gobierno de Cuauhtémoc Blanco para escuchar a diversos sectores productivos, los cuales están deseosos de colaborar e invertir en materia de seguridad.

Esponda Gaxiola comentó que la petición al gobierno de Morelos es simple: que se garantice un clima de seguridad en la región, a la par de ofrecer al mandatario apoyo. Ya que las mesas de trabajo y el diálogo entre representantes de seguridad, derechos humanos, sindicatos y sectores educativos, debe ser permanente a fin de lograr la pacificación del estado morelense.