En el periodo de sesiones que recién concluyó, el grupo parlamentario de Morena en la Cámara de Diputados se valió de su mayoría, junto con sus aliados del PES, Partido del Trabajo y PVEM, para imponer su agenda legislativa.
Las reformas impulsadas por el partido mayoritario en muchas ocasiones generaron álgidos debates con la oposición, aunque algunos de ellos escalaron a airadas protestas, tomas de tribuna e incluso conatos de enfrentamiento.
Además, en un afán por apresurar la aprobación de los temas de la agenda morenista en la Cámara baja originó que, en varias ocasiones, sus correligionarios en el Senado de la República tuvieran que “corregirles la plana” y devolverles los dictámenes con cambios, como sucedió con la Ley de Ingresos en la que se detuvo su propuesta de legalizar los autos “chocolate”, al igual que la intentona de eliminar la exención en el cobro de agua de uso agrícola.
La misma suerte corrieron la propuesta sobre la condonación de impuestos y la eliminación del fuero, así como la Ley de Remuneraciones de los Servidores Públicos para reducir el salario de los altos funcionarios que se mandaron a la “congeladora” legislativa, por lo que se tendrán que presentar nuevas iniciativas.
Estos casos pusieron en evidencia la diferencia de criterios entre los legisladores guindas de la Cámara de Diputados con los del Senado.
Panistas Vs. morenistas
Hubo otras iniciativas en las que a Morena tampoco le alcanzaron los votos para aprobarlas, como en el dictamen que reformaría el artículo 41 de la Constitución Política la cual pretendía la reducción del financiamiento público que se les otorga a los partidos políticos en un 50 por ciento.
En esta ocasión la alianza legislativa con el Partido del Trabajo y el PVEM se fracturó; la discusión se pospuso al no obtener la mayoría calificada pues recibió 274 votos a favor y 207 en contra.
A esto se suma que también se le dificultó alcanzar la mayoría calificada en la Ley de Instituciones de Crédito a través de la cual se buscaba ampliar las facultades a la Unidad de Inteligencia Financiera para el congelamiento de cuentas bancarias relacionadas con delitos como lavado de dinero y promover la extinción de dominio, que fue frenada por Lidia García Anaya, diputada del mismo Morena, quien contó con el respaldo de la oposición.
Esto originó el enojo del líder de los diputados morenistas, Mario Delgado, quien, al perder la votación por solo dos votos de diferencia, subió a la máxima tribuna a manotear y reclamar a la presidenta de la Mesa Directiva, la panista Laura Rojas, a quien acusó de no haber dado el tiempo suficiente para que votaran todos los integrantes de su bancada.
La discusión subió de tono, pues los panistas defendieron a su compañera y los guindas a su coordinador. En medio de todo ese desorden los legisladores de ambos bandos llegaron a los empujones, gritos e insultos.
Finalmente, y después de permanecer el tema en suspenso por casi dos semanas, Delgado terminó aceptando que perdió debido a que ya no se dio marcha atrás a la votación, como lo pretendía, y terminó aprobándose una reforma a la UIF “descafeinada”.
Otra confrontación que estuvo a punto de terminar a golpes, nuevamente entre morenistas y panistas, fue durante la comparecencia del secretario de Seguridad Pública, Alfonso Durazo Montaño, luego de que estos últimos reclamaron al funcionario no dar respuesta a los cuestionamientos que se le hicieron por los altos niveles de inseguridad en el país y el fallido operativo de Culiacán, Sinaloa.
Un tropiezo más para la bancada del partido en el gobierno fue el hecho de que no se haya aprobado en el salón de plenos de la Cámara baja el Presupuesto de Egresos de la Federación 2020, debido al bloqueo que durante varios días mantuvieron diversas organizaciones campesinas en el recinto que reclamaban que no se le cortaran recursos al campo.
A pesar de que Mario Delgado insistió una y otra vez que el gasto público se aprobaría en la sede legislativa, con el objetivo de darle mayor legitimidad, finalmente tuvo que ceder para que fuera en una sede alterna y en medio de un fuerte dispositivo de seguridad.
La maquinaria de Morena
Al hacer un balance sobre el último periodo ordinario de sesiones, Delgado Carrillo expresó que a pesar de las diferencias en el Pleno y el calor de los debates, entre bancadas ha existido respeto, diálogo y búsqueda de consensos.
“En Morena hemos sido una mayoría parlamentaria que no avasalla, que no aplasta; estamos conscientes del momento histórico que vivimos y del papel relevante que jugamos en la Cuarta Transformación, por eso siempre buscamos agotar todas las vías del diálogo para la aprobación de reformas”, mencionó el diputado.
No obstante, este discurso contrasta con los hechos, pues en algunos casos Morena y sus aliados impusieron su mayoría en la toma de decisiones.
Por ejemplo, en la integración de la Sección Instructora, instancia encargada de analizar la demanda de juicio político en contra de Rosario Robles, por la Estafa Maestra.
En este caso los morenistas hicieron a un lado al PAN, que por ser la segunda fuerza le correspondía formar parte de este grupo de trabajo, pero en su lugar pusieron a un diputado del PT, ante los reproches de los albiazules.
Algunas de las leyes y reformas más significativas que se discutieron y aprobaron en San Lázaro durante los casi cuatro meses de trabajo parlamentario están las reformas constitucionales para la revocación de mandato y consulta popular, así como la ampliación del segundo periodo ordinario de sesiones.
La Ley Orgánica del Centro Federal de Conciliación y Registro Laboral, la Ley de Ingresos sobre Hidrocarburos, la reforma a la Ley Federal contra la Delincuencia Organizada y otras en materia de Facturas Falsas.
La presidenta de la Cámara de diputados, Laura Rojas, también afirmó que más allá de las diferencias, se tuvo la capacidad de encontrar el camino del diálogo para procesar los contrastes.