Morena va a la conquista de nuevos territorios

En las elecciones del próximo año, Morena junto con sus aliados, podría llegar a ostentar más poder del que ya tiene en el terreno federal, extendiendo su influencia a nivel estatal, lo que le permitiría consolidar la llamada cuarta transformación del país
Rubén Zermeño Rubén Zermeño Publicado el
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En menos de seis meses Morena tendrá su prueba de fuego y su gran oportunidad. En las próximas elecciones, las más grandes en la historia del país, el partido en el poder podría pintar de guinda gran parte del territorio nacional.

Además de buscar nuevamente la mayoría en la Cámara de Diputados para cimentar las reformas de la Cuarta Transformación, Morena tiene la oportunidad de ganar casi la mitad de las gubernaturas del país y de desdibujar por completo a los partidos de oposición.

Actualmente, Morena tiene seis gubernaturas y cuenta con Cuauhtémoc Blanco como aliado, gobernador de Morelos, quien ganó las elecciones abanderando al Partido Encuentro Social.

De las 15 entidades federativas en donde los ciudadanos elegirán a su nuevo gobernador, solamente en Baja California, Morena se juega la permanencia

En el resto de los 14 estados (Baja California Sur, Campeche, Chihuahua, Colima, Guerrero, Michoacán, Nayarit, Nuevo León, Querétaro, San Luis Potosí, Sinaloa, Sonora, Tlaxcala, y Zacatecas) el partido guinda buscará arrebatar la batuta al PAN, PRI, PRD y al gobernador independiente de Nuevo León, Jaime Rodríguez Calderón.

Si el próximo 6 de junio el efecto López Obrador sigue vigente, los candidatos de Morena podrían arrasar en las urnas como lo hicieron en 2018, cuando ganaron en todos los estados a excepción de Guanajuato, extendiendo su territorio a 21 de los 32 estados del país.

Solamente, Aguascalientes (PAN), Coahuila (PRI), Durango (PAN), Guanajuato (PAN), Hidalgo (PRI), Jalisco (Movimiento Ciudadano), Estado de México (PRI), Oaxaca (PRI), Quintana Roo (PRD), Tamaulipas (PAN) y Yucatán (PAN) quedarían como estados gobernados por la oposición.

De este pequeño bastión de gobernadores de partidos de oposición, solamente seis de ellos pertenecen a la Alianza Federalista, grupo fundado el 10 de julio de 2019 por mandatarios que abandonaron la Conferencia Nacional de Gobernadores (Conago) para hacer frente a la falta de apoyo del Gobierno federal para mitigar los efectos de la crisis provocada por la pandemia de COVID-19 y para exigir un nuevo pacto federal.

Morena comenzará el 2021 con solo seis gobernadores aliados y varios detractores, pero podría terminar el año con solo seis mandatarios estatales opositores: Martín Orozco de Aguascalientes, Miguel Riquelme de Coahuila, José Rosas de Durango, Diego Sinhue de Guanajuato, Enrique Alfaro de Jalisco y Francisco García de Tamaulipas.

Una vuelta de tuerca que podría consolidar a Morena para conservar la presidencia en 2024.

De acuerdo con una encuesta telefónica realizada por Massive Caller, el 38.2 por ciento de los encuestados dijo que votaría por el candidato de Morena a la gubernatura de su entidad el día de las elecciones, contra el 22.7 que dijo que daría su voto al Partido Acción Nacional y 8.2 por ciento que votaría por el Revolucionario Institucional.

Por entidad, las preferencias también benefician a Morena, partido que junto al del Trabajo (PT) y el Verde Ecologista de México (PVEM) obtendrían 11 de las 15 gubernaturas en juego.

Solamente en Chihuahua, Nuevo León, Querétaro y San Luis Potosí ganaría el PAN, en los primeros tres estados contendiendo solo y en San Luis Potosí en alianza con el PRI y el PRD.

La única entidad en la que es poco probable que gane Morena es en Querétaro, donde el PAN lo aventaja con más de 18 puntos de diferencia, siendo la preferencia de voto del 43.7 por ciento para el PAN y solo 25.4 para Morena.

La nueva dirigencia del Movimiento de Regeneración Nacional tiene entre sus manos una labor titánica que debe realizarse con precisión quirúrgica para mantener la unidad del partido y conseguir el próximo 6 de junio la consolidación del proyecto político del presidente López Obrador y de la Cuarta Transformación.

Pero en días recientes la ambición por conseguir una candidatura de varios de sus cuadros han agrietado la aparente unidad que quiere demostrar, en el discurso, Mario Delgado.

Debido a las fricciones internas, entre acusaciones de fraude y de opacidad en las consultas para dirigir a los candidatos, es que el CEN morenista tan solo ha definido 10 de las 15 candidaturas en juego.

En Baja California, la exalcaldesa de Mexicali Pilar Ávila será la candidata; en Baja California Sur, el súper delegado federal Víctor Manuel Castro; en Campeche la alcaldesa de Álvaro Obregón de la Ciudad de México, Layda Sansores; en Chihuahua el exdelegado federal Juan Carlos Loera; en Nuevo León Clara Luz, presidenta municipal con licencia de municipal de General Escobedo.

En Querétaro la candidata es la magistrada en Materia Civil del Tribunal Superior de Justicia del Estado de Querétaro, Celia Maya; en Sonora, el exsecretario de Seguridad federal, Alfonso Durazo; en Tlaxcala, la exdiputada Lorena Cuéllar y en Zacatecas el excoordinador general de Ganadería de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader), David Monreal Ávila, quien también es hermano del coordinador de los senadores de Morena y uno de los hombres más cercanos al presidente, Ricardo Monreal.

El día de ayer, se definió la candidatura de Nayarit y Colima. En el primer estado, el contendiente será el senador Miguel Ángel Navarro y en el segundo la exdelegada federal Indira Vizcaíno.

En pocos días se definirán las candidaturas, las reglas del juego y el plan de ataque para 2021. Un año complicado que heredará una pandemia, una crisis económica y un descontento social creciente en contra del partido que en 2018 llegó al poder gracias a la esperanza.

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