La ciudad se vistió ayer de blanca contaminación.
Una película de partículas contaminantes permaneció suspendida en el ambiente por horas, debido a la inversión térmica causada por el cambio de clima en la región.
Un efecto invernadero que hizo visible la poca calidad del aire que respiran los regios.
La inversión térmica durante el invierno es provocada por el cambio de las propiedades de la atmósfera.
Comúnmente ocurre con el incremento de la temperatura que crea una capa de inversión donde ocurre el incremento.
El aire no puede elevarse en una zona de inversión, puesto que es más frío y, por tanto, más denso en la zona inferior.
Una inversión térmica puede llevar a que la contaminación quede atrapada cerca del suelo, con efectos nocivos para la salud.
El fenómeno hizo visible ayer que lo que un estudio del Clean Air Institute (CAI) del 2011 detectó: que entre las 22 principales metrópolis de América Latina evaluadas, Monterrey fue la Ciudad con el aire más sucio en las mediciones de partículas suspendidas menores a 10 micras (PM10).
Además fue de las peores en los análisis de dióxidos de azufre y ozono.
La investigación La Calidad del Aire en América Latina: Una Visión Panorámica, que financió el Fondo del Medio Ambiente Mundial y el Banco Mundial, encontró que en PM10, Monterrey alcanzó una concentración promedio anual de 85.9 microgramos por metro cúbico.
El nivel registrado es más del cuádruple del límite máximo de 20 microgramos por metro cúbico recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Sin embargo, en el área metropolitana todavía se tiene la carencia de estaciones de monitoreo en todos los municipios, para que las autoridades emitan alertas contra la realización de actividades al aire libre en casos como el de ayer.
En una tela blanca, ayer podía verse la “nata” que se pegaba al dejarla por varios minutos en el ambiente.