Mujeres con discapacidad presentes por sus derechos

Conscientes de las dificultades que enfrentan, tanto la población con discapacidad como organizaciones encargadas de visibilizar la falta de programas y apoyos por parte del gobierno, aseguran que este grupo social no solo es discriminado, también es violentado, problemas que deben ser atacados desde todos los ámbitos
Karina Vargas Karina Vargas Publicado el
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Para las mujeres que sufren de algún tipo de discapacidad, visibilizar la doble o triple segregación que viven por sus características físicas, mentales o motrices, más sus circunstancias socioeconómicas o su género, es determinante para contribuir en la implementación de mejores condiciones de vida para ellas y la sociedad en general.

De acuerdo con el Censo 2020 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), 16.5 por ciento de la población en México son personas con discapacidad, que representan a casi 21 millones de individuos que enfrentan limitaciones en actividades cotidianas como caminar, ver, oír, ejercer autocuidado, hablar, comunicarse, recordar, concentrarse o padecen alguna condición mental.

Además, entre la población con estas características, hay más mujeres que hombres, al representar 11 millones 111 mil 237 (53 por ciento) en comparación con el género masculino: 9 millones 726 mil 871 (47 por ciento).

Debido a que en su mayoría estas personas necesitan de cuidadores o familiares para cubrir sus necesidades básicas como alojamiento, alimentación e higiene, permanecen en estado de vulnerabilidad y muchas veces sufren graves abusos, entre ellos violencia física, sexual y psicológica, confinamiento o desatención.

El informe de 2020 publicado por la organización Human Rights Watch, “‘Es mejor hacerse invisible’: Violencia familiar contra personas con discapacidad en México”, señala que el Gobierno federal no ha implementado políticas o servicios para permitir que este grupo poblacional viva de modo independiente.

Lo anterior, derivado de la escasez de programas e iniciativas que permitan una vivienda asequible y accesible, transporte, empleos y servicios que incluyan asistentes personales.

Avances y pendientes legales

Respecto a las mujeres con discapacidad, el informe dio a conocer que, pese a que las normas internacionales sobre los derechos de las personas con discapacidad exigen a los países elaborar e implementar medidas apropiadas en el ámbito legislativo, administrativo y de cualquier otra naturaleza a fin de asegurar sus derechos, esto no siempre sucede.

“La ley nacional de México para proteger a las mujeres contra la violencia, una norma clave, no incluye una referencia específica a las mujeres con discapacidad, y tampoco a la accesibilidad o a los ajustes que las mujeres con discapacidad pueden necesitar para acceder a la justicia y a medidas de protección en igualdad de condiciones que las demás personas”.

No obstante, el 5 de febrero de este año, organizaciones de mujeres con discapacidad y otros grupos de derechos humanos, entre ellos Human Rights Watch, enviaron una serie de propuestas a la senadora Malú Micher, presidenta de la Comisión para la Igualdad de Género, para fortalecer una enmienda al proyecto de ley aprobado por la Cámara de Diputados en diciembre pasado, que ampliaría las protecciones a las mujeres con discapacidad.

Las propuestas se centran en garantizar servicios accesibles en los 44 Centros de Justicia para la Mujer y otros refugios en México.

Esto incluye brindar asistencia personal a las mujeres que necesitan apoyo en las tareas diarias, así como sistemas que les permitan a quienes son sordas utilizar los servicios de emergencia y otros.

De este modo, el 12 de febrero, el Senado dio un paso para cambiar este panorama al reformar la Ley General para el Acceso de las Mujeres a una vida Libre de Violencia, e incluir la discapacidad como uno de los elementos que los fiscales y tribunales deben evaluar al decidir otorgar medidas de protección.

Sin embargo, aún hay vacíos legales, tal es el caso de los apoyos económicos, las oportunidades laborales o la falta de intérpretes, que hay que atender.

Orgullo y dignificación de mujeres con discapacidad

Motivados por los avances que se han alcanzado a partir de que las personas con discapacidad han alzado la voz para hacer valer sus derechos, organizaciones como la Fundación para la Inclusión y Desarrollo de Personas con Discapacidad, A.C. (Findedis), y Co-NEEK’TA, dirigida por Alfredo Jiménez, una iniciativa que busca difundir información que fomente la igualdad y combata la discriminación, han encaminado sus esfuerzos para visibilizar a estos individuos desde una mirada positiva que brinde respaldo e información para erradicar la cultura de la “victimización”.

En este sentido surgió: “Muchas historias, una sola mirada”, un proyecto inspirado en la conmemoración del Día Internacional de la Mujer, que reunió a un grupo de mujeres con distintas condiciones para narrar sus historias a través de fotografías.

Al respecto, Martha García, directora de Findedis, detalló que esta iniciativa es un llamado a conocer las necesidades de las mujeres con discapacidad, como el acceso a la educación, a la salud, el deporte, el esparcimiento y la oportunidad de vivir de manera plena.

“Adquirí la discapacidad hace casi 22 años y, al inicio, después del accidente, era difícil para mí que me vieran o incluso tomarme una fotografía era algo que no me gustaba. Poder expresarlo a través de una imagen ahora es súper valioso y hacer ver a las mujeres que no importa la condición, la raza o las creencias, todas somos mujeres, y entre todas nos podemos apoyar es lo más importante”.

La iniciativa ‘Muchas historias una sola mirada’, es un llamado a conocer las necesidades de las mujeres con discapacidad, como el acceso a la educación, a la salud, el deporte, el esparcimiento y la oportunidad de vivir de manera plena
Martha GarcíaDirectora de la Fundación para la Inclusión y Desarrollo de Personas con Discapacidad, A.C.

En tanto, Alfredo Jiménez, usuario de silla de ruedas, advierte que “Muchas historias, una sola mirada” también tiene la intención de llegar a las personas con discapacidad que no salen de casa por temor o vergüenza y se perciben a ellos mismos con lástima.

Que tengamos la autoestima de tomar nuestra vida en las manos. Tener ese valor no es tan fácil, pero cuando te decides a decir ‘no importa, yo voy a salir’, y a conducir tu auto, tomar un camión, o ir al trabajo… tu vida cambia totalmente, tu forma de verte a ti mismo con respeto, con amor propio, con dignidad, te da un valor súper importante”.

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