Mujeres en busca de justicia
Después de luchar contra la impunidad a la que se enfrentan las víctimas de violencia de género, y los familiares de fallecidas y desaparecidas, la perseverancia y fortaleza de Irma Trejo rindieron frutos y se hizo justicia
Laura IslasIrma Gallardo representa la perseverancia y la fortaleza de muchas mujeres en México que buscan justicia.
Los últimos 4 años han sido agotadores para ella. Tras el asesinato de su nieta de 3 años el 29 de diciembre de 2014 en Tultitlán, Estado de México, no se ha rendido ni un solo día para encontrar justicia en un país donde la impunidad parece ser la norma.
En su búsqueda por encontrar al homicida de su nieta se enfrentó a la indiferencia de las autoridades mexiquenses; recorrió calles de día y de noche para pegar carteles y mantas; llegó a pesar 38 kilos y su salud se deterioró; hasta que finalmente careó al víctimario en un juicio que terminó con una sentencia de más de 60 años para él.
Hace cuatro años, un hombre ingresó a su casa, la amagó a ella, a su esposo y a dos mujeres que trabajan con ella; luego le disparó a la pequeña Tiara y escapó del lugar. Aunque la trasladaron a un hospital, la menor murió.
La principal sospechosa de planear el crimen se suicidó cuando se encontraba detenida, según las autoridades, y el caso se estancó varios meses.
Sin embargo, su perseverancia rindió frutos cuando al hacerse público su caso, las autoridades la voltearon a ver, la apoyaron y detuvieron al supuesto homicida, quien fue sentenciado tras meses de audiencias.
Según lo que determinaron las autoridades estatales encargadas dar justicia, el crimen lo planificó la exnovia del papá de Tiara, la mujer que supuestamente se suicidó cuando estaba bajo custodia.
“Lo más difícil fue andar de día y de noche, dos años buscando gente que me ayudara y que encontré mucha. Yo tenía un peso de 38 kilos, sin comer, con frío, con sol, pero buscando a esa persona (el asesino) que yo tenía grabada y que no había olvidado”, dice.
El 29 de diciembre es una fecha dolorosa para Irma, ya que también tuvo que dejar su hogar y desplazarse.
Aunque el crimen ya fue resuelto, ahora su principal objetivo es que se cumpla la sentencia del asesino de su nieta, una niña que quería ser doctora al crecer.
“Yo espero que él pague su condena, para mi familia olvidarnos de esto que va a ser muy difícil, porque consiente o inconscientemente a mis hijos les echaron a perder la vida, siendo personas de bien”, relata.