Enfrentar una elección solo, especialmente una como la que se avecina, se ha convertido en sinónimo de perder. De ahí que ahora estemos viendo coaliciones que por las ideologías y propuestas de cada partido se pensarían inconcebibles.
Andrés Manuel López Obrador y su partido Movimiento Regeneración Nacional son quienes en días recientes han recibido más críticas por la alianza que alcanzaron con el Partido Encuentro Social, reclamos que incluso vienen desde adentro de Morena.
El PES, un partido de extrema derecha, ahora compartirá votos con el partido de izquierda de mayor representación nacional, Morena
El acuerdo recién alcanzado deja en evidencia una de las características que todo partido satélite comparte: la habilidad camaleónica.
El más claro ejemplo fue la alianza en la que participaron codo a codo con el Panal, el PVEM y el PRI durante las pasadas elecciones del 4 de junio; coalición que le arrebató la victoria en el Estado de México al partido que ahora apoyan (Morena).
Al parecer, López Obrador se dio cuenta de su error de hace seis meses -sólo pactar con el PT- y no tiene pensado repetirlo aunque su nuevo aliado le traiga severas críticas hasta de sus allegados más fieles, como Elena Poniatowska y Jesusa Rodríguez.
Sin embargo esto no significa que exista lealtad entre los aliancistas, quienes se mueven guiados por los beneficios que pueden obtener y no por sus ideologías.
El PES, por ejemplo, se vio beneficiado con la victoria de Felipe Calderón en 2006 cuando se le otorgó a su fundador, Hugo Eric Flores un puesto en la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales.
Posteriormente, también con el Partido Acción Nacional fue senador suplente, puesto que tiempo después también obtuvo con el PRI cuando cambió de bando
Por México al Frente, coalición que apenas alcanzó a llegar viva después de largos meses de turbulencia entre los partidos que la conforman: PAN, PRD y MC tiene una historia similar.
El principal partido de derecha, con tal de tener oportunidad de contender por la presidencia de la República se unió al partido de izquierda más viejo del país y a la institución que dirige Dante Delgado y está clasificada como de centro-izquierda.
La alianza podrá darle un mayor número de votos; sin embargo, las diferencias ideológicas ya comienzan a mermar la coalición sobre todo en el terreno estatal, donde diversos militantes del Partido Acción Nacional y del PRD comienzan a resentir que a Movimiento Ciudadano se le estén dando puestos de representación en distritos donde ni siquiera figuraban.
El Partido Revolucionario Institucional decidió no quedarse rezagado en cuanto a las alianzas partidistas y optaron por agregar a la coalición PRI-PVEM al Partido Nueva Alianza, institución política con la que ya estaban familiarizados, pues no es la primera vez que buscan concretar una victoria electoral de la mano.
También puedes leer:
Las andanzas del PES por Imelda García
