La creación de la Confederación Sindical Internacional Democrática (CSID) no busca el bienestar de los trabajadores, lo único que pretende es polarizar, dividir y confrontar al movimiento obrero y alterar la paz laboral que ha prevalecido en el país en los últimos años, afirmó Carlos Pavón Campos.
El líder del Sindicato Nacional Minero Metalúrgico Frente consideró que el surgimiento de esta central impulsada por Napoleón Gómez Urrutia, tiene como objetivo crear un ejército de adeptos en el sector laboral y crear confusión entre los que ellos consideran los “buenos y malos”.
Durante la celebración del Noveno Aniversario del Otorgamiento de la Toma de Nota de Frente, calificó de peligroso que un sujeto como Gómez Urrutia, carente de escrúpulos y que además nunca ha sido trabajador sindicalizado ni minero, sea impuesto para ser la cabeza de una organización de trabajadores.
Alertó que se avecina la más grave crisis sindical nacional en los últimos 12 años. El primer capítulo será crear inestabilidad laboral en el país, confusión en el sector obrero, “para eso sí sirve y mucho Napoleón Gómez Urrutia, experto en realizar huelgas, extorsionar empresas y capaz de crear confrontaciones obreras”, expuso.
Pavón Campos advirtió que con esa confederación se busca originar un movimiento clientelar. Otro punto peligroso para el sector laboral, aseguró, es el ánimo revanchista del dirigente de mineros: “En su guerra personal contra el sector empresarial, este sujeto puede llevarse entre las patas a los trabajadores”, apuntó.
Consideró irresponsable que alguien rechazado por los trabajadores esté al frente de comisiones como la de Trabajo y Previsión Social en el Senado de la República.
Dijo que con esa central se abrirían las puertas a organizaciones sindicales extranjeras como la AFL-CIO y los SteelWorkers, sobre todo en las armadoras de la zona fronteriza, como ocurrió en Matamoros.
Esos paros de labores, agregó, dañaron de manera importante la imagen de México en el exterior, pues ahora es visto como un país de alto riesgo para las inversiones.
Hay que decir que en esas huelgas involucraron a gigantes del sector automotriz como Olson International, Key Automotive, ATD México o Trico Componentes, y esa serie de paros representan los más grandes en décadas en el sector industrial de los tres países del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).
Los movimientos ocasionaron daños económicos, pues aunque esta cifra varía según la empresa afectada, se estima que las pérdidas económicas alcanzaron los 120 millones de pesos, además de que por lo menos un par de empresas, Cepillos de Matamoros y Albean, decidieron cerrar operaciones.
Pavón Campos consideró que se vienen tiempos difíciles para el sector laboral, pero no imposibles de sortear.