En Nayarit terminó la supremacía priista. Por primera vez, luego de 75 años, un militante ajeno al Partido Revolucionario Institucional (PRI) será quien gobierne el estado. Era sólo cuestión de tiempo; la inconformidad social generada por los escándalos de colusión entre el crimen organizado y la Fiscalía General del Estado terminó por sacar a la luz pública el voto de castigo.
El triunfo de la alianza PAN-PRD-PT-PRS, que postuló al empresario Antonio Echevarría García, se venía anunciando desde antes de las votaciones de este domingo; las principales casas encuestadoras del país le dieron siempre una amplia ventaja frente a las aspiraciones del senador priista con licencia Manuel Humberto Cota Jiménez.
Luego de iniciar con una popularidad que apenas se dibujaba en el escenario político, su popularidad creció tras el escándalo de la detención del fiscal Edgar Veytia Cambero, por sus presuntos nexos con el crimen organizado.
Hasta antes de la detención de Veytia, en el escenario sólo se vislumbraba el triunfo de dos precandidatos: Manuel Humberto Cota Jiménez e Hilario Ramírez Villanueva, “Layín”, el alcalde de San Blas con licencia que reconoció haber robado en su primera gestión como edil, solo un “poquito”.
Así, los comicios de este domingo dieron el veredicto final a la incertidumbre en la que se mantuvo la sociedad nayarita en las últimas dos semanas, en donde nunca se dejó de lado la posibilidad de que la sombra del narcotráfico se hiciera presente en la vida política de la entidad.
De acuerdo a las estimaciones del Consejero Presidente del IEEN, Celso Valderrama, en esta jornada electoral se estima una participación superior al 60 por ciento del padrón de votantes, la cifra más alta alcanzada para una elección local.
Tampoco los conatos de violencia que se registraron en algunas de las casillas de Tepic, Bahía de Banderas y Acaponeta, inhibieron la participación cívica en la jornada, pues la rápida intervención de los cuerpos de Seguridad Pública, así como de funcionarios de la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales (FEPADE), devolvieron la confianza en el electorado y en los funcionaros de casilla.
Aun cuando al cierre de la jornada de votaciones los candidatos del Morena, Miguel Ángel Navarro, y de la alianza PRI-PVEM-PNAL, Manuel Cota Jiménez, se proclamaron favorecedores de la tendencia del voto, las cifras emitidas por el Programa de Resultados Electorales preliminares (PREP) del IEEN favorecían al candidato de la coalición PAN-PRD-PT-PRS, Antonio Echevarría García.
¿Quién es Antonio García Echevarría?
El virtual ganador de las elecciones para gobernador en el estado de Nayarit es prácticamente un desconocido en el mundo político. Nunca ha tenido un cargo público, ni ha desempeñado cargos de elección popular. Su relación más cercana con al poder público ha sido con sus padres: es hijo del ex gobernador de Nayarit, Antonio Echeverría Domínguez, y de la actual senadora panista Martha Elena García Gómez.
Tampoco, Antonio Echevarría García, ha militado en algún partido político. Toda su vida pública la ha circunscrito a la actividad empresarial y al deporte de la charrería; actualmente se encuentra divorciado y tiene tres hijos.
Es director del grupo comercial Álica, en donde se conjuntan empresas del ramo gasolinero, funerario, refresquero y agencias de autos. Y es accionista mayoritario de los periódicos Meridiano, antes El Nayar, y del Matutino Gráfico. También es propietario de las estaciones Radio Red y La Patrona.
El desplome de ‘Layín’
Hasta hace unas semanas antes de la elección ganada por Antonio Echevarría, el alcalde de San Blas con licencia, Hilario Ramírez Villanueva “Layín”, se apuntaba con las mayores posibilidades para ser gobernador de Nayarit, pero las circunstancias políticas del cambiaron.
Apenas la FEPADE anunció que “Layín” estaba siendo investigado por su probable responsabilidad en el uso de recursos ilícitos para el financiamiento de su campaña, el dicharachero y popular político se apagó. Su popularidad se desplomó. Dejó de importarle la promoción de su proyecto de candidato independiente, para atender “asuntos personales”.