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La muerte está presente en todos los rincones de México. Aunque el destino final de los mexicanos no es un tema común en reuniones con amigos o familiares, el negocio relacionado con la llamada Huesuda encontró una oportunidad para trascender en el país.
Durante 2017, la Parca le dio a esta industria 703 mil 047 nuevos ‘clientes’, según cifras del Inegi.
El costo promedio de un servicio funerario en el sector público es de cinco mil pesos, mientras que en el privado el más económico es de 15 mil pesos. En tanto que los lugares de descanso en el mercado público cuestan mínimo 5 mil pesos y en el privado 25 mil.
A pesar de que la muerte tiene formas similares de operar, los negocios que florecen alrededor de ella han experimentado importantes transformaciones. Hoy los servicios van más allá de un funeral tradicional que usualmente incluye un velatorio y el entierro o cremación.
“La industria funeraria en México es muy tradicional y la aceptación de nuevos productos entre los consumidores es un tanto lenta, pero avanza a pasos firmes”, dice Óscar Chávez, director de planeación y nuevos negocios de Grupo Gayosso.
La gama de opciones abarca desde ataúdes de cartón, mimbre o en los que se pueden escribir palabras de despedida hasta urnas decoradas con arte huichol, biodegradables de sal, arena, tierra o las que convierten al familiar en árbol después de morir.
Otros servicios están enfocados en transformar cenizas en diamantes, preservar los recuerdos del difunto en un sitio web y utilizar la técnica de hidrólisis alcalina para sustituir la cremación tradicional.
El otro lado de la guadaña
El sector de servicios funerarios no es el único que obtiene ganancias gracias a la Parca. La celebración de Día de Muertos también moviliza a la industria panificadora y los talleres de artesanos que fabrican papel picado.
La Cámara de Comercio Servicios y Turismo en Pequeño de la Ciudad de México (Canacope Servytur CDMX) prevé un aumento del 25 por ciento en las ventas de estos giros comerciales.
Por otro lado, la productores de cempasúchil registrarán un alza en sus ventas sobre el 40 por ciento debido a que la flor de lo muertos se utiliza en todas las ofrendas.
El gasto promedio para una familia de cuatro integrantes en la capital del país será de 650 pesos para la compra de adornos y productos para la ofrenda y 400 pesos para asistir a un panteón incluyendo el costo de transporte, flores, agua, alimentos y limpieza de las tumbas.
Nuvia Reynoso, socia fundadora del taller Artemex, que se dedica a fabricar papel picado, comparte que los negocios que florecen con la muerte no deben ser recordados sólo en noviembre, pues el diálogo con la Huesuda debe ser parte de la vida de los mexicanos durante todo el año.
“Es importante que conservemos nuestras tradiciones y las valoremos, pues al hacerlo también estamos dando impulso al empleo de los artesanos”.
Pan de muerto: el reto de las panificadoras
El pan de muerto en sus diversas variedades es el alimento que no puede faltar en las ofrendas de los mexicanos durante las festividades para honrar a la Huesuda.
Canacope Servytur CDMX calcula que durante este año las panaderías, reposterías y expendios de pan de la capital del país registrarán un incremento de hasta 45 por ciento en sus ventas.
A nivel nacional, Carlos Otegui, presidente de la Cámara Nacional de la Industria Panificadora y Similares (Canainpa), calcula que las comercializaciones crecerán entre 3 y 4 por ciento desde los mil 500 millones de pesos que reportaron los establecimientos de este giro durante el mismo periodo de 2017.
El representante de Canainpa detalla que los grandes negocios introducen el pan de muerto en sus vitrinas por lo menos un mes antes a las festividades de Todos los Santos, mientras que los pequeños panaderos ofrecen a sus clientes diferentes variedades de sabores y rellenos con el objetivo de hacer frente a la competencia que se intensifica durante esta temporada.
“Las diferentes presentaciones permiten que los panaderos de barrio ofrezcan mayores opciones a los clientes y con ello logren cautivarlos”, declara Carlos Otegui.
Sin embargo, la llegada del pan de muerto a las mesas de los mexicanos a través de estos locales enfrenta algunas dificultades.
El presidente de Canainpa expone que el desembolso de 3 por ciento con motivo del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS), que se instauró en 2014 dio paso al aumento del mercado informal, situación que permite a los comensales adquirir las piezas de pan a un precio menor al que se establece en las panaderías de barrio.
A esta problemática se suma la venta del alimento en cadenas minoristas, donde también se abaratan los costos, además de que cuentan con infraestructura para sumar otro tipo de servicios y productos.
Papel picado, del Mictlán al e-commerce
El papel picado es una de las ornamentas que sin falta llegan con el Día de Muertos para dar vida y color a los altares de los hogares y oficinas en México.
Según la tradición mexicana, este elemento decorativo representa el aire, uno de los cuatro elementos de la naturaleza.
Más allá de la festividad de Todos los Santos, el papel picado es una importante fuente de ingresos para las comunidades donde el oficio de “calador” se ha transmitido por generaciones.
Durante la celebración del Día de Muertos, los artesanos de la localidad registran un incremento de hasta 70 por ciento en las ventas del papel picado en comparación con temporadas regulares, detalla Nuvia Reynoso, socia fundadora del taller Artemex.
La popularidad del papel también permite a los artesanos de la región romper con las barreras internacionales e ir más allá de las ventas locales, que en su mayoría se realizan en la región central del territorio nacional.
Para poder vender sus piezas en otros países, Reynosa ha encontrado en el comercio electrónico el aliado ideal para llevar sus productos a mercados de Asia y Europa.
A través de plataformas como Mercado Libre, Amazon o Facebook, el taller Artemex logra vender papel picado en países dentro del continente americano como Estados Unidos y Canadá, pero también en naciones más lejanas como India y Japón.
Pero no todo el panorama es alentador, pues en ocasiones los artesanos deben hacer frente a la baja de precios a consecuencia de las condiciones en las ofertas de algunos clientes, que impiden un pago justo a los artesanos.
Para evitar esos abusos, e incluso establecer precios de mercado, algunos de los habitantes de San Salvador Huixcolotla que ejercen este oficio buscan crear un organismo representativo, aunque Nuvia Reynoso asegura que, al menos por ahora, no hay un plan concreto
“Año con año trabajamos para que nuestro papel picado llegue a todos los lugares posibles, tenemos el compromiso de popularizarlo para tener trabajo. Es una tradición que debemos valorar”.
Las nuevas formas de viajar al más allá
Poco a poco comienzan a quedar atrás los tiempos en que los procesos funerarios tradicionales eran la única alternativa en el mercado local.
En un intento por reducir el impacto al medio ambiente, las empresas del segmento han empezado a mirar hacia otras tecnologías e innovaciones.
Una investigación de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) refiere que los altos costos de los servicios funerarios, la falta de espacios en los panteones, e incluso la intención de apresuramiento del proceso de luto entre los deudos del fallecido, son los principales causantes de que la cremación vaya en aumento en México.
Hoy en día existen otras opciones como la hidrólisis alcalina, proceso que combina agua y altas temperaturas. Además esta alternativa utiliza 90 por ciento menos de energía que la cremación tradicional y reduce las emisiones de CO2.
El método ha ganado notoriedad en Estados Unidos, Canadá, España y en las próximas semanas estará disponible en Tijuana y Monterrey; y en el mediano plazo llegará a la Ciudad de México, comparte Óscar Chávez, director de planeación y nuevos negocios de Grupo Gayosso.
“Esta iniciativa se suma a la visión que tenemos de ayudar al medio ambiente y hacer que el proceso de despedir a un ser querido sea menos doloroso”, enfatiza Chávez.
Hasta la fecha, 2 por ciento de los servicios funerarios de la empresa tienen un componente verde y se pretende alcanzar un 5 por ciento en el mediano plazo.
Otras alternativas ecológicas que existen en la industria local son los ataúdes elaborados con ramas de mimbre, bambú y hasta cartón que, a diferencia de los tradicionales, su proceso de desintegración es de máximo un año.
Asimismo, las urnas biodegradables son parte de la ecuación del negocio post mortem. Estos productos consisten en que una vez que el ser querido fallece, sus cenizas son vertidas con alguna semilla de árbol. Al plantarse, el resto depende de la naturaleza.
Otras urnas son las que están elaboradas a base de sal, arena y tierra, éstos productos se emplean cuando la última voluntad del fallecido es que sus cenizas las arrojen al mar, río o lago.
A pesar de su potencial, Óscar Chávez es consciente de que esta clase de productos, por muy innovadores que sean, aún se enfrentan a un importante desafío: el tabú social.
“Estos métodos no van en contra de la tradición y tampoco deseamos imponer una visión, lo único que queremos es mostrarle al mercado mexicano que existen otras alternativas”
Cempasúchil: la flor guía
La tradición mexicana cuenta que el aroma de esta flor de color anaranjado es la guía de las almas de nuestros seres queridos que vienen a visitarnos desde el más allá los primeros días de noviembre.
En México el mayor productor de la flor de 20 pétalos es Puebla. Este año se cosecharán cerca de 17 mil toneladas, volumen que representa 76.6 por ciento del total a nivel nacional.
En la capital del país, las ventas de la flor de los muertos aumentará 200 por ciento de acuerdo con Canacope Servytur CDMX.
La cámara señala como zonas de mayor venta en la ciudad los mercados de La Merced, Jamaica y San Ángel, desde donde también se distribuye a florerías.
El cempasúchil que se comercializa en estos lugares es cultivado, principalmente, en el barrio de San Francisco Caltongo, en Xochimilco, bajo el sistema de Chinampas que el año pasado fue reconocido por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), como Patrimonio Agrícola Mundial.
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En este sentido, Martha Gómez, floricultora de la zona, comenta que es en los mercados especializados de Xochimilco, como el de Cuemanco, donde el resto de los comerciantes adquieren las flores para ofrecerlas al cliente final.
“La temporada va a terminar muy bien porque ya no hay cempasúchil. Este año esperamos que las ventas crezcan hasta 20 por ciento”, expone Gómez.
El auge de la floricultura obedece a que algunos de sus clientes lograron vender las flores días previos a los festejos. Los agricultores de la zona, que operan de forma autogestiva, lograron colocar las macetas de flores en un precio estándar de 10 pesos, cuando el año pasado esta cifra no superó los seis pesos, situación que también permite incrementar el margen de sus ganancias.
Martha Gómez declara que los floricultores de la zona de Xochimilco esperan que el Día de Muertos se mantenga como una de las temporadas más fuertes del año, ya que les permite capitalizarse para poder producir otras flores durante otras temporadas y festividades.
“La cosecha ornamental de la flor de cempasúchil es una labor de muchos meses. Su venta desde Xochimilco implica mucho trabajo valioso”.