México es un país dolido y con mucha rabia por la crisis que se vive en materia de derechos humanos y, aunque se ha dado respuesta, en algunos casos hay insatisfacción, reconoce Alejandro Encinas Rodríguez, subsecretario de Derechos Humanos, Población y Migración de la Secretaría de Gobernación.
Es el caso de uno de los grupos de los papás y mamás de la (Guardería) ABC, son tres grupos que están en estos momentos siguiendo distintas rutas, aunque en muchos ya se han reparado casos y la diferencia en algunos casos es por el monto de la reparación”, asegura.
En entrevista con Reporte Índigo, asegura que se trabaja para dar respuesta a todos los casos y no solamente a los que son mediáticos o expuestos en la conferencia mañanera, como el caso del hijo de la periodista Judih Valenzuela –quien fue liberado–, lo que ha desatado el enojo de otros familiares de víctimas que no tienen el mismo acceso al presidente Andrés Manuel López Obrador.
-¿No es una justicia selectiva?, se le cuestionó.
-No, hay que atender todas y por supuesto estar en igualdad de condiciones de las víctimas, no hay víctimas de primera ni de segunda.
En sus oficinas y ante un cuadro de Emiliano Zapata, señala que en 2018 México estaba convertido en una gran fosa clandestina, con “una crisis humanitaria, hay una crisis de violación de derechos humanos que va requerir un gran esfuerzo institucional y tiempo para revertirlo”.
El subsecretario indica que aumenta el número de desaparecidos ya que en algunos casos es por la violencia que impera en algunas regiones del país, particularmente en 15 municipios, y porque también se presentan más denuncias.
A la fecha se contabilizan 77 mil 171 Personas desaparecidas y no localizadas, de las cuales, 13 mil 821 se registraron en este sexenio.
La crisis forense
A ese flagelo se suman mil 257 fosas clandestinas localizadas en esta administración en donde se han exhumado mil 957 cuerpos.
Esas fosas, añade, están focalizadas en estados como Guerrero, Veracruz, Tamaulipas y “ahora el caso más significativo es que hay un nuevo corredor en donde este tipo de prácticas, vinculadas particularmente a la actividad delictiva que va desde Colima y Jalisco hacia el noreste y particularmente Sonora, al corredor Ciudad Obregón, Guaymas, Empalme e incluso Puerto Peñasco”.
También advierte que están ante una crisis forense porque no se ha concretado la instalación de cinco institutos forenses y 15 cementerios forenses. Lo atribuyó a las “trabas institucionales”, la pandemia y la canalización de recursos.
“Se estima que hay alrededor de 35 mil cuerpos sin identificar ya sea en los servicios forenses o en fosas comunes”, lamenta.
“Creo que el proyecto más importante es el Centro de Identificación Humana en Saltillo, Coahuila, que ya entrará en funciones como un centro estrictamente para atender casos de personas desaparecidas, pero al mismo tiempo este año quedarán concluidos dos panteones forenses en Tamaulipas, un Centro de Identificación Humana en San Luis Potosí, otro Centro de Resguardo de Cuerpos en Morelia y apoyos de unidades móviles en el caso de Sonora”, detalla.
Agrega que en Veracruz se inició la construcción del Centro de Identificación Humana.
Atención prioritaria para Alejandro Encinas
El economista señala que son siete directrices del Programa Nacional de Derechos Humanos que atienden los aspectos fundamentales en materia de derechos humanos y se garantizará que en los casos de violaciones haya un proceso de verdad, de justicia, de reparación del daño y de no repetición.
“Hay un mayor respeto a los derechos humanos y se quitó esa lógica de mátalos en caliente y si bien no hemos tenido problemas de ejecuciones extrajudiciales como se encontraron en Tanhuato (Michoacán) o el caso de Tlatlaya (Edomex) hay una actuación muy responsable de las fuerzas armadas”, defiende.
Otro fenómeno que están atendiendo es el desplazamiento forzado interno alcanza a 350 mil personas ya sea por violencia, cambio climático o falta de oportunidades,
“Son personas que viven en condiciones precarias y de bajos recursos, los podemos encontrar en las zonas de confrontación entre grupos delictivos, lo mismo lo ves en la Sierra de Guerrero, en el corredor de Triángulo Dorado y en Tamaulipas”, dice.
Alejandro Encinas también atiende los casos de la violencia que alcanza a periodistas y defensores de los derechos humanos.
“Esto obedece a que prevalece en muchas regiones del país un clima de intolerancia a quienes están desarrollando no solamente su derecho a la libertad de expresión sino también en las disputas por el territorio, muchas de las y los defensores de derechos humanos están asociados a la defensa de la tierra”, dijo.
En ambos casos, la impunidad es de 98 por ciento.
En materia de población, señala que se realiza un “esfuerzo muy grande en desarrollo, educación y de cultura” ante la creciente violencia contra las niñas, adolescentes y mujeres, ya que con la pandemia se ha incrementado la violencia doméstica.
Señala que se atenderán los problemas de violencia intrafamiliar, de embarazo infantil y juvenil.
La herida que sigue abierta es el caso Ayotzinapa. Alejandro Encinas Rodríguez destaca en las investigaciones de los 43 normalistas desaparecidos de Ayotzinapa la aportación de información de testigos e involucrados, el trabajo del GIEI y la búsqueda en Guerrero.
Confía en que la nación de Israel dé luz verde a la solicitud de expulsión de Tomás Zerón.
-¿Se conocerá en este sexenio lo que pasó con los 43?
-Es nuestro compromiso, estamos trabajando para ello y tenemos que hacerlo con mucha responsabilidad y esperamos dar un resultado muy concreto.
Encinas Rodríguez ha acompañado a López Obrador desde hace más de dos décadas construyendo un movimiento que ahora se materializa en la cuarta transformación. Trabajaron juntos en la jefatura de gobierno capitalino.
Se asume como leal al proyecto, pero con autocrítica porque “nunca dejo de decir lo que pienso”.