La Cámara de Diputados desinfló la reforma educativa. Le quitaron el brillo y la pompa.
Los maestros en activo del SNTE quedaron intocables. El presidente sin las facultades para nombrar a quienes evaluarán al magisterio.
Se votó cerca de las 20:00 horas con 424 votos a favor, 39 en contra y 10 abstenciones.
El Instituto Nacional de Evaluación quedará a merced de la negociación entre partidos y bajo el riesgo de conformarse mediante cuotas partidistas.
Todo indicaba que irían en serio. Pero en la negociación se desinfló.
Los legisladores de izquierda responsabilizan a la lideresa magisterial Elba Esther Gordillo. La reforma ya tenía dictamen en comisiones unidas de Puntos Constitucionales y de Educación.
Desde la semana pasada se discutió y a pesar de que hubo 30 reservas, pasó sin problemas. Se veía que llevaban prisa, pero fue hasta el martes pasado cuando todo se empantanó.
De última hora el PAN peleó por realizar cambios relativos a la integración del instituto de evaluación.
Lograron que los cinco integrantes sean de la elección de cinco ternas propuestas por el Ejecutivo. Entre ellos elegirán a quien presidirá este órgano. Estas dos eran facultades de Enrique Peña Nieto en la propuesta original.
El PRI, que se oponía a estos cambios, pues siempre buscó que se aprobara en los términos en que fue enviada originalmente, aseguró en voz de Paulina Moral De la Vega, que la propuesta terminó siendo un proyecto plural.
“Es una propuesta de autoría múltiple, es un ejemplo de convergencia de visiones, voces y fuerzas de todos los partidos, y cuenta con el respaldo de organizaciones civiles, de empresarios y de instituciones educativas”.
Sin embargo no mencionó que gran parte del apoyo que se le brindó era precisamente a los acotamientos que se le hacían al SNTE y que quedaron solo en buenos deseos.
Al llevar el dictamen al pleno todos los partidos avalaron la reforma en lo general. En lo particular el PRD, PT y Movimiento Ciudadano criticaron el contenido.
Ricardo Mejía, de Movimiento Ciudadano, pidió incluso una moción suspensiva de la propuesta pero se votó en contra.
Por su parte Ricardo Monreal acusó de que los cambios que se estaban dando respondían al poder del sindicato y el contubernio de Gordillo con el PRI.
Manuel Ladrón de Guevara adelantó que habrá amparos de los maestros que están a favor de la democracia sindical y de tener un mejor nivel educativo en el país.
El legislador fue el más ácido e incluso subió a la tribuna a exigir al presidente de la Mesa Directiva, Francisco Arroyo Vieyra, para exigir el uso de la palabra.
Aseguró que muchos de los presentes votaban por encargo de las cúpulas de sus partidos, los llamó las viudas del Pacto por México, ya que hasta el momento ninguno de los proyectos de Enrique Peña Nieto se habían logrado concretar.
Provocó un reclamo de gran parte de los diputados de izquierda, arriba de la tribuna, por lo que priistas y panistas subieron para impedir una toma que detuviera la sesión.
El otro tema polémico fue la permanencia de los maestros luego del examen que hará el Instituto Nacional de Evaluación Educativa.
Se agregó un transitorio al artículo 3 constitucional que impide el despido de los maestros que reprueben la tan aclamada evaluación magisterial. La salida inminente para los reprobados será exclusiva para los maestros de nuevo ingreso.
El argumento fue que se tiene que respetar el artículo 123 apartado B relativo a las características de las jornadas y condiciones de trabajo.
Durante todo el tiempo en la sesión se sintió la tensión de que este tema pondría ambiente. El priista Manlio Fabio Beltrones habó largo rato con el panista Luis Alberto Villarreal, y también con Arturo Escobar, del Partido Verde.
Las reservas de los partidos de izquierda para poder acotar a los maestros no pasaron.
Los cambios que se lograron agradaron al Partido Nueva Alianza, ligado a Elba Esther Gordillo. Para muchos todo fue una simulación de la administración de Enrique Peña Nieto.
La reforma perdió lo que más llamó la atención de los partidos, los analistas y las organizaciones no gubernamentales. El jaque mate a Elba Esther Gordillo y su sindicato no llegó.