El general Tomás Ángeles Dauahare habló con Carmen Aristegui desde su arraigo en donde se encuentra desde el 15 de mayo por presuntos nexos con el Cártel de los Beltran Leyva.
El militar dijo que desde finales del año pasado se percató que alguien lo seguía, pero no le preocupó ya que, afirma, no tiene nada que ocultar.
Sin embargo nunca supo quíen era, y hasta ahora no sabe quién tiene el interés de verlo tras las rejas.
“Es lo que yo quisiera saber Carmen, ¿por qué? ¿Qué significo yo para alguien?”, se pregunta Ángeles.
“Tan no he hecho nada, que no han encontrado nada”.
El General narró que el día de la detencion iba llegando a Cuernavaca cuando fue interceptado por compañeros militares que portaban una orden de aprehensión en su contra.
Como no había cometido ninguna falta, no se lo esperaba, pero tampoco le dio mucha importancia.
Fue entonces que se le adjudicó protección al Cártel de los Beltrán Leyva. El Mayor Ivan Reyna Muñoz, quien ahora se encuentra preso en Querétaro, declaró en su contra.
Dijo que había escuchado que el general tenía contacto y protegía a la organización delictuosa. Sin embargo, Reyez Muños luego interpuso una queja en Derechos Humanos por la presión ejercida sobre él para dar esa declaración.
También el narcotraficante Sergio Villarreal “El Grande”, detenido en 2010, declaró el 22 de mayo que el general Ángeles recibía 500 mil dólares mensuales para proteger al Cártel de los Beltrán Leyva.
Al día siguiente “El Grande” fue extraditado.
Testigos a modo
El problema ahí, dice el general Ángeles, es que los delincuentes que ahora llaman testigos colaboradores se prestan a imputar a cualquier persona lo que le digan a cambio del mínimo beneficio.
Asegura nunca haber tenido información y contacto con Los Zetas, ya que siempre ejerció puestos administrativos y nunca operó un cargo con injerencia a inteligencia o operaciones.
Sobre su salida de la subsecretaría, dice haber sido un rumor que vino del Estado Mayor. Dicho rumor aseguraba que él estaba diciendo que el general Galván Galván estaba enfermo y que él iba a tomar su cargo.
Y a pesar de que su salida fue ríspida, excuye al general Galván de las sopechas: “no creo que tenga algo contra mí”. También descarta a Genaro García Luna, ya que “no tiene motivos para actuar de esa manera”.
El general envió un mensaje sobre su situación: Esto le puede pasar a cualquiera. Puede el Estado meterte a la carcel sin fundamento y tiene 80 días para buscarte algo “y si no te encuentro algo, te invento algo”.
“Lo que a mí me sucede le puede suceder a cualquier mexicano, mi lucha no es la mia nada mas”, dice.