El aislamiento social provocó que negocios  comiencen a buscar otras alternativas

Reinventar los negocios, ‘No queda de otra’

Al no poder ofrecer los servicios de sastrería de siempre, Juan Domínguez se vio en la necesidad de reinventar su negocio, ahora el conocimiento que tiene para confeccionar telas lo utiliza para crear cubrebocas que ayuden a las personas a protegerse del virus

El aislamiento social impuesto para controlar los contagios de Covid-19 provocó que negocios como el de Juan Domínguez comiencen a buscar otras alternativas para sobrevivir.

“Nada gana uno con desesperarse, solo se nubla la mente y te imposibilita crear soluciones. Cuando vives al día como yo no te queda de otra que salir a buscar el sustento, aún a costa de la salud, pues sabes que al estar afuera al menos tendrás 80 pesos para llevarle algo de comer a tu familia”, relata el sastre más conocido del Mercado La Moderna en la Alcaldía Benito Juárez.

A pesar de las múltiples indicaciones que la Secretaría de Salud ha dado a conocer para prevenir a la población sobre el contagio por Covid-19, muchos mexicanos todavía no acatan las recomendaciones

Al no poder ofrecer servicios de sastrería, el señor Juan se vio 10 10 portada en la necesidad de reinventar su negocio, ahora el conocimiento que tiene para confeccionar telas lo utiliza para crear cubrebocas que ayuden a las personas a protegerse del virus.

“En el mercado ya no me iban a dejar trabajar porque lo que hago no es esencial, pero ya había pensando en hacer cubrebocas de tela y, cuando les comenté, enseguida me dijeron que sí.

“Como mi esposa no trabaja y mis hijos ya están en casa, no tenía otra opción y hasta ahora es lo que me ha mantenido en el último mes, esto no quiere decir que venda mucho, pero me alcanza para comprar lo que necesitamos al día”, comenta el señor Domínguez.

A pesar de las múltiples indicaciones que la Secretaría de Salud (Ssa) ha dado a conocer para prevenir a la población sobre el contagio por Covid-19, a algunos mexicanos y negocios todavía les cuesta trabajo acatar las recomendaciones.

“Pienso que todavía hay muchas personas que no creen en el virus, yo desde un principio me empecé a cuidar pero hay gente incrédula que piensa que su gasto se va a incrementar si compra un cubrebocas”, señala el sastre.

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Afortunadamente, Juan Domínguez se preparó y compró material para realizar los cubrebocas.

“Ahorita ya no hay tela en ninguna parte. Cuando me va bien vendo 25 cubrebocas al día, los de niños los doy a 10 pesos y los de adulto a 12”, explica.

La rutina en el mercado cambió con la llegada del coronavirus para Juan Domínguez y otros negocios, de abrir a las 10:00 de la mañana pasó a las 8:00 con la intención de vender un poco más. El desayuno y la comida se convirtieron en un hábito que se lleva a cabo dentro de las cuatro paredes del local, y la mayoría de las veces sale del mercado para ir a casa una vez que el sol se ha metido.

“Yo le recomendaría a la gente que se cuidara porque sé de muchos casos relacionados al coronavirus, uno no necesita tener a algún familiar infectado para creer, basta con ver cómo se está poniendo la economía”, asegura Domínguez mientras separa la tela para hacer la siguiente ronda de cubrebocas.

No importan las circunstancias, uno debe seguir. Después de que esto se levante va a estar dura la situación económica porque no va a haber dinero. Pienso en personas que realizan una actividad como la mía, nadie va a preferir arreglarse la ropa que comprar comida, aún así hay que echarle ganas y confiar en que saldremos de esta
Juan DomínguezSastre

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