Por derecho canónico, el arzobispo primado de México, Cardenal Norberto Rivera Carrera, está obligado a presentar su renuncia al cargo justo hoy al cumplir 75 años de edad.
Ha sido claro en su postura: presentará su dimisión, pero se irá del Arzobispado “cuando el Papa lo diga”, según refirió en la homilía del domingo en la Catedral Metropolitana de la Ciudad de México.
Hasta antes de marcar su posición, el polémico primer obispo del país había sido blanco de versiones, filtradas desde el interior de la cúpula de la Iglesia Católica Mexicana, que apuntaban a la posibilidad de que, desde días antes, ya estuviera escrita y presentada su renuncia ante el Papa Francisco.
Pero el Cardenal Rivera Carrera fue claro en su primera versión oficial sobre el tema. Desmintió que haya presentado su renuncia con antelación, porque simplemente no existe motivos para ello.
“No he puesto mi renuncia. Todavía no cumplo 75 años. Me falta medio minuto”, aclaró ante la feligresía, como mandando un mensaje a sus detractores, que son muchos, dentro de la cúpula católica.
Sin mencionarlos por sus nombres, el Cardenal Rivera les recriminó que hayan mentido entorno a su renuncia.
“Yo me voy a ir como arzobispo el día que el Papa me lo diga. El Papa es el que me nombró arzobispo de México, y el día que el Papa me diga ‘ya llega otro en lugar tuyo’, ese día me voy muy contento y muy alegre”.
Inminente rebelión
La salida del Cardenal Norberto Rivera del arzobispado primado del país se ha observado como inminente desde el pasado 28 de septiembre del 2016, cuando arribó a México el Cardenal Franco Coppola, en su calidad de nuncio apostólico.
Se le atribuye como principal misión la sucesión en el arzobispado mexicano, el que desde hace 22 años se encuentra regido por el Cardenal oriundo de Tepehuanes, Durango.
En 22 años de gobierno religioso, el Cardenal Norberto Rivera Carrera ha sumado la inconformidad de un amplio sector de sacerdotes y obispos que recriminan su vocación casi personal para relacionarse con las estructuras del poder, mediante su acercamiento con empresarios y políticos.
A tal grado es el distanciamiento con la clase cupular del catolicismo mexicano, que de acuerdo al doctor Bernardo Barranco, especialista en temas de religiones, el arzobispo Rivera Carrera enfrenta actualmente un levantamiento rebelde de sacerdotes.
Algunos sacerdotes han denunciado públicamente la existencia de “mafias y pandillas de poder”, enquistadas en la cúpula del catolicismo mexicano, al amparo de la Arquidiócesis Primada de México, de acuerdo a lo publicado en la carta “No Rotundo a Eclesiásticos Opresores”.
Apenas hace tres días un grupo de víctimas de abuso sexual de párrocos mexicanos interpuso una denuncia penal ante la PGR en contra del Cardenal Rivera Carrera, por el delito de encubrimiento de sacerdotes pederastas.
La denuncia fue presentada por el exsacerdote de la Arquidiócesis, Alberto Athié Gallo, quien habló a nombre de víctimas de pederastia de al menos 15 párrocos agresores sexuales, los que habrían sido encubiertos por Rivera Carrera.
Se le acusa al menos de omisión, al no dar parte a la autoridad ministerial, llevando los casos sólo ante instancias morales de El Vaticano.
Los que suenan
Posibles candidatos a suceder al Cardenal Norberto Rivera Carrera como arzobispo primado de México:
>> Carlos Aguiar Retes
Arzobispo de Tlalnepantla
>> Carlos Garfias Merlos
Arzobispo de Morelia
>> Rogelio Cabrera López
Arzobispo de Monterrey
>> Ramón Castro y Castro
Obispo de Cuernavaca
>> Víctor Sánchez Espinoza
Obispo de Puebla
>> Heriberto Cavazos
Obispo auxiliar de Monterrey
>> Óscar Efraín Tamez
Obispo auxiliar de Monterrey
>> José Leopoldo González
Obispo de Nogales
>> Jorge Carlos Patrón Wong
Secretario para los Seminarios de la Congregación para el Clero
Alzan la mano para sucederlo
Como lo afirma el doctor Bernardo Barranco, en las sucesiones del Arzobispado Primado de México “no hay nada escrito ni existen fórmulas para definir quién será el nuevo primer obispo del país, pues es una decisión que sólo compete al Papa”.
Pero también resulta evidente el juego político de aspirantes a la sucesión. De acuerdo al experto, el nombramiento podría tardar hasta dos años.
Entre los obispos que se mencionan destacan Carlos Aguiar Retes, arzobispo de Tlalnepantla; Carlos Garfias Merlos, arzobispo de Morelia, y Rogelio Cabrera López, arzobispo de Monterrey, quienes representan el ala progresista de la Iglesia Católica en México.
Se suman Jorge Carlos Patrón Wong, muy cercano al Papa Francisco, quien lo nombró secretario para los seminarios de la Congregación para el Clero; también Ramón Castro y Castro, obispo de Cuernavaca, responsable de la dimensión de Justicia, Paz y Reconciliación de la Conferencia del Episcopado Mexicano.
Destaca el conservador, y principal propuesta del grupo de Norberto Rivera, obispo de Puebla, Víctor Sánchez Espinoza, quien cuenta con la limitante de su estado de salud, pues apenas hace unos meses fue víctima de un infarto.
Nueva agenda
La llegada de un nuevo titular al Arzobispado Primado de México no representa un abandono a la postura de la Iglesia Católica frente a los temas torales como homosexualidad, matrimonio entre parejas del mismo género y aborto, pero al menos sí un abandono a la radicalidad con la que éstos han sido tocados por el obispo Norberto Rivera Carrera.
Por esa razón, estiman especialistas, no se debe desestimar a otros obispos progresistas designados por el Papa Francisco apenas se hizo representar en nuestro país por el Cardenal Franco Coppola, quien ha venido removiendo a los obispos más conservadores, a fin de marcar el camino de la nueva agenda social de la Iglesia propuesto por el Sumo Pontífice.
Entre los obispos que no se deben perder de vista están Heriberto Cavazos y Óscar Efraín Tamez, asignados a la Arquidiócesis de Monterrey para fortalecer el trabajo de contacto social reconocido al arzobispo Rogelio Cabrera López, uno de los más viables al Arzobispado Primado.
También se menciona a José Leopoldo González, titular de la diócesis de Nogales, una zona pobre marcada por la ausencia de trabajo pastoral para los migrantes hasta antes de su designación.