Ayer, el Colegio de Ingenieros Civiles daba a conocer que ampliar la base de Santa Lucía para dar cabida al Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM) tendría un costo mayor a mantener la construcción que se realiza en Texcoco; hoy, el próximo titular de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), Javier Jiménez Espriú, refutó esa opinión y aseveró que los cálculos están mal.
Para sostener su afirmación, el próximo funcionario federal afirmó que aún no hay información para evaluar bien ambos proyectos pues están en una forma conceptual y los ingenieros coinciden con esto pero, con todo, presentaron una resolución “hasta con centavos”.
El Colegio de Ingenieros Civiles presentó su dictamen afirmando que el costo final del proyecto Ciudad de México-Santa Lucía sería de 385 mil 738 millones de pesos, mientras que para el nuevo aeropuerto sería de 232 mil 230 millones.
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Por otra parte, el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) se pronunció a favor de la continuación de las obras en Texcoco pues, hasta el momento, “es el único proyecto viable”.
Para el director Anticorrupción del Instituto, Max Kaiser, iniciar otro proyecto significa perder 120 millones de pesos, lo que subrayó en el análisis que le entregaron al equipo de transición de la próxima administración federal.
Para llegar a tal determinación, el organismo también tomó en cuenta las observaciones del Instituto Tecnológico de Massachusetts “Mitre” que aseguró que la opción de Santa Lucía sería viable sólo si se reducen el número de operaciones.
Bajo esas indicaciones, afirmó Kaiser, incluso si el proyecto de Santa Lucía costara 80 mil millones de pesos, como dicen quienes apoyan esa propuesta, su ejecución implicaría “perder 120 mil millones de pesos que ya no se van a recuperar porque ya se invirtieron, además de invertir 80 mil millones en el nuevo aeropuerto”, lo que sumaría 200 mil millones de pesos.
“Lo que estamos diciendo es que nos costaría 200 mil millones de pesos tener menos capacidad aérea” y eso suena ilógico cuando el problema que está generando la creación de un nuevo aeropuerto es que la capacidad ha sido rebasada.
Otro de los puntos que aún no se abordan, y que son importantes para el IMCO, son los referentes a la infraestructura vial y de comunicación para dichas terminales aéreas.
El directivo recordó que hay documentos que plantean que para un aeropuerto se requieren por lo menos una línea del Metro, transporte multimodal y una serie de transportes públicos, además de vías de comunicación por carretera; recalcó que en Santa Lucía no hay vialidades ni forma de transporte que garanticen una comunicación fluida y constante.
Sobre la consulta ciudadana que se tiene planeada para decidir el destino de la nueva terminal aérea, el IMCO pugnó porque antes se informe a la sociedad que cancelar el proyecto de Texcoco significaría perder 120 mil millones de pesos y construir algo nuevo costaría 80 mil millones de pesos pero con menos operaciones.
