Nuevo golpe a los bejaranistas
En solo seis meses, el jefe de gobierno capitalino, Miguel Ángel Mancera, y su equipo político han logrado reducir —a su mínima expresión— a la corriente bejaranista… y todavía van por más.
La mira está nuevamente en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF), espacio donde hasta ahora, la corriente Izquierda Demcrática Nacional (IDN) ha cimentado su coto de poder.
Después de conformar un bloque afín al mandatario local, tanto en el Gobierno de la Ciudad, la ALDF y el PRD, y en contra de los bejaranistas, viene la repartición de espacios para los aliados.
Jonathan Villanueva
En solo seis meses, el jefe de gobierno capitalino, Miguel Ángel Mancera, y su equipo político han logrado reducir —a su mínima expresión— a la corriente bejaranista… y todavía van por más.
La mira está nuevamente en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF), espacio donde hasta ahora, la corriente Izquierda Demcrática Nacional (IDN) ha cimentado su coto de poder.
Después de conformar un bloque afín al mandatario local, tanto en el Gobierno de la Ciudad, la ALDF y el PRD, y en contra de los bejaranistas, viene la repartición de espacios para los aliados.
Por esa razón, Manuel Granados, presidente de la Comisión de Gobierno de la Asamblea Legislativa ya delinea la reconfiguración de los puestos claves, de los cuales pretenden quitar dos a René Bejarano.
Se trata de la Tesorería del grupo parlamentario del PRD y de la Contraloría Interna de este órgano legislativo, espacios que actualmente son encabezados por los integrantes de la corriente IDN.
El argumento es simple: de diciembre de 2012 a mayo de 2013 la correlación de fuerzas dentro de la ALDF ha variado significativamente; los puestos de estructura deben replantearse.
Y ello lo sabe el líder de la IDN, René Bejarano, quien ya fue notificado de los espacios de control, que matemáticamente ha perdido en el transcurso del mes pasado a la fecha.
A diferencia de las anteriores, esta vez no se trata de unir fuerzas contra Izquierda Democrática Nacional, sino de buscar alternativas para cumplir los compromisos que el GDF debe cumplir con las tribus aliadas.
Y cómo no, si los grupos minoritarios cerraron filas con el gobierno capitalino para acotar a los bejaranistas a cambio de espacios de poder tanto en la administración local, como en la ALDF y el PRD.
El anuncio
La semana pasada el Oficial Mayor de la ALDF, Josué Ramos, notificó personalmente a René Bejarano que habrá cambios sustanciales en los puestos de estructura de ese órgano colegiado.
El argumento fue sencillo: los espacios se reparten según la fuerza que cada grupo muestra, y de mayo a la fecha, IDN dejó de ser la primera minoría del PRD. Por eso se le informó lo que Manuel Granados y los diputados afines a su figura acordaron: quitarle la Contraloría Interna y la Tesorería General de la Asamblea Legislativa.
De acuerdo con la exposición que ya fue mostrada a la IDN, la bancada perredista se divide en tres grupos: bejaranistas, Bloque Progresista (del GDF) y Nueva Izquierda (NI)
En diciembre del año pasado la correlación de fuerzas señalaba que IDN tenía un total de 19 diputados, lo que representaba el 47.058 por ciento del control en la bancada perredista y el 24.24 por ciento en los espacios de estructura.
Para ese entonces, Manuel Granados y los progresistas sumaban un total de 8 legisladores, cuya representación era del 23.52 por ciento de la fracción parlamentaria y el 12.12 por ciento de la estructura.
Esa es la explicación que tiene la mayoría de los diputados para sustentar el hecho de que René Bejarano tuviera el control de la Contraloría, la Tesorería General y la del grupo parlamentario.
Pero… la elección de la nueva dirigencia del PRD cambió el esquema dentro del sol azteca, pues el 90 por ciento de las tribus se aliaron en contra de los bejaranistas, tanto en el partido como en la ALDF.
Por eso le arrebataron la presidencia de la ALDF y confirmaron a Manuel Granados como líder de la Comisión de Gobierno, desarticulando a la IDN de manera significativa.
El llamado Tucob (Todos Unidos contra Bejarano) tuvo efectos positivos para el GDF. Y no solo conservaron la asamblea, sino que les dio pauta para quitarle puestos claves a los bejaranistas.
De acuerdo con el nuevo escenario, de mayo a la fecha, los progresistas representan el 35.29 por ciento de la fracción parlamentaria y el 18.18 por ciento de la estructura de ese órgano colegiado.
En tanto que IDN bajó, al grado que representa lo mismo que los afines al gobierno capitalino: 35.29 por ciento en la bancada perredista y el 18.18 por ciento de los espacios de control de la ALDF.
Esto, en razón de que de los 19 diputados que tenían los bejaranistas, ahora solo tienen 12, y de los 8 progresistas que habían, ahora suman 12, pero el desempate lo da NI, con sus 10 legisladores.
Al respecto, esta casa editorial le preguntó al Oficial Mayor sobre la reunión con Bejarano, pero se negó a hablar del tema, asegurando que toda la información irá fluyendo con los días y los acuerdos entre diputados.
Los obligados
En la edición del miércoles 22 de mayo, Reporte Indigo dio a conocer la forma en que operan los grupos perredistas, y por la cual sacan ventaja a su posición de minorías en el pleito Mancera vs. Bejarano.
Ahí se explicó que todas las minorías han aceptado ser fiel de la balanza en la disputa de poder, a cambio de espacios de control, pero sin formar alianzas a largo plazo: es decir, Pago por Evento.
De esta forma, es como Manuel Granados está más que obligado a dar espacios a sus aliados dentro de la estructura de ese órgano colegiado, a cambio de que él siga fungiendo como presidente.
Y es que el grupo de Nueva Izquierda que comanda Víctor Hugo Lobo, así como el bloque del diputado Efraín Morales, están a la espera de que Granados cumpla el acuerdo por el cual derrocaron —temporalmente— a Bejarano. El asunto de fondo es que estos grupos suman un total de 10 diputados, mientras que los progresistas tienen 12 y la IDN otros 12, con lo cual garantizan la gobernabilidad de Granados.
Por eso, la valoración de los progresistas apunta a que es preferible atizar el conflicto con los bejaranistas que abrir un frente de batalla con las minorías, que en un determinado momento se podrían unir a la IDN.
De esta forma se prevé que en los próximos meses se concreten los cambios aquí expuestos, y en consecuencia, una contraofensiva de los pupilos de René a las iniciativas de ley que envíe el GDF.