Armas de alto impacto del programa Rápido y Furioso, que ingresaron de manera ilegal a México, operaron en diversos hechos violentos como ejecuciones y secuestros dañando a la sociedad de Nuevo León.
Se trata de un total de 500 armas de alto impacto como AR15 y subametralladoras, que estuvieron en manos de sicarios del Cártel del Golfo y Los Zetas, durante su lucha encarnizada en esta entidad en 2011 y 2012, principalmente.
El vocero de Seguridad del Gobierno del Estado, Aldo Fasci Zuazua, aseguró que estas armas terminaron lastimando a la sociedad no solo de Nuevo León, sino en otros estados de México.
“Son armas decomisados que están relacionados con este operativo y que fueron utilizadas en homicidios y secuestros. Y que terminaron por lastimar a nuestra sociedad”, dijo el funcionario estatal.
El desacuerdo
Las armas se introdujeron a México de manera ilegal, sin el “chip” con el que supuestamente la Oficina Federal de Investigación (FBI por sus siglas en inglés) iba a rastrearlas, y con esa tecnología localizar a los cárteles de la droga; pero el programa estadounidense falló.
El vocero de Seguridad recordó que cuando fue secretario de Seguridad Pública, en la administración de Rodrigo Medina, acudió a reuniones de gobernadores fronterizos, donde se informó del programa del FBI, con el cual no estuvo de acuerdo.
“No introdujeron el chip por eso falló el operativo, el FBI organizó este programa, a mí me tocó estar en California en varias reuniones de ese tema, pero definitivamente no estamos de acuerdo con que introdujeran las armas.
“De hecho yo les propuse, entonces nosotros introducimos droga para seguirla en Estados Unidos para ver quién es la red de distribución y ellos (Estados Unidos) no quisieron, sin embargo ellos sí lo hicieron sin el consentimiento del Gobierno mexicano”, dijo el funcionario estatal.
Agregó que con el número de serie del armamento que facilitó el FBI a las autoridades mexicanas, se logró determinar que las armas eran del programa Rápido y Furioso.
Ayer, el Gobierno del Estado, en colaboración con el Ejército Mexicano, destruyó 5 mil 97 armas de fuego, que fueron aseguradas a la delincuencia organizada.
El general Javier Cruz Rivas, comandante de la Cuarta Región Militar, expresó que estas acciones son el resultado del trabajo constante de las autoridades de los tres órdenes de gobierno en su actuar diario.
“Estas armas fueron empleadas contra personas inocentes, armas que nunca más volverán a ser utilizadas para delinquir o lastimar a la sociedad”, expresó el mando militar.
Además, convocó a la sociedad a seguir colaborando con las autoridades a través de la denuncia legal o anónima, con la confianza de que se actuará en consecuencia.