Nuevo León está convertido en un territorio en disputa por células del crimen organizado, lucha que ha escalado a niveles de violencia de alto impacto y con una amenaza latente hacia los cuerpos de seguridad.
Por segundo día consecutivo, el hallazgo de restos humanos contenidos en hieleras o bolsas y de cartulinas con mensajes firmados por grupos del crimen organizado, no levantó alerta alguna en el Gobierno neoleonés.
Al contrario, los hechos fueron minimizado por la Secretaría de Seguridad Pública, institución que prácticamente se ha convertido en un observador más ante su falta de estrategia para inhibir la violencia.
Desde las 07:40 de la mañana del 4 de febrero se reportó el hallazgo de hieleras con restos humanos y un narcomensaje cerca de los penales de Apodaca, Topo Chico y en la Agencia Estatal de Investigaciones (AEI), en las calles Palo Alto y Gonzalitos.
Un nuevo reporte de hallazgo de restos humanos, ahora en bolsas negras, volvió a movilizar a las autoridades policiacas en Monterrey, entre las calles Luis Mora y Miguel Nieto, ayer martes 5 de febrero. Una cabeza humana fue localizada en una bolsa negra sobre la calle Miguel Nieto y Bernardo Reyes, frente a una capilla de oración eucarística y del Comedor de los Pobres del Padre Infante.
La violencia que hoy se vive recuerda los años más álgidos de la guerra contra el narcotráfico que vivió Nuevo León en 2010, y que se extendió por casi dos años, en donde era común el reporte de ejecuciones a plena luz del día.
En menos de 48 horas personal de Servicios Periciales de la Fiscalía General de Justicia de Nuevo León acudió a levantar restos humanos dejados en bolsas y hileras en varios puntos del área metropolitana y comenzar las indagaciones de estos casos.
A finales de noviembre de 2018 aparecieron restos humanos dentro de estos contenedores de forma casi simultánea, en las inmediaciones de los tres centros penitenciarios. Y el secretario de Seguridad Pública reconoció el acto como una amenaza para “calentar la plaza”.
Ese 28 de noviembre, elprimer reporte se realizó a 100 metros del penal de Cadereyta, a las 05:00 de la mañana. Posteriormente en Topo Chico, a 300 metros del penal, sobre la avenida Aztlán, y en Apodaca, junto una parada de camión frente al cereso, en los carriles de Apodaca a Salinas Victoria.
En enero se reportaron decenas ejecuciones en diferentes sectores de los municipios metropolitanos, incluso ayer se perpetró un homicidio en el municipio de San Nicolás.
La reunión de seguridad programada el próximo 20 de febrero, que será encabezada por el presidente Andrés López Obrador, será vital para encontrar soluciones en conjunto y abatir esta problemática.
Coordinación contra la violencia
Diputados del Congreso local apuestan para que la inseguridad se combata con una coordinación de los tres niveles de Gobierno.
El coordinador de la bancada de Morena, Ramiro González, consideró que la violencia va en aumento, por lo que Nuevo León se encuentra en un estado de vulnerabilidad al no existir acciones concretas para combatirla.
El morenista hizo un llamado para comenzar en tomar medidas ya que estos hechos no pueden considerarse como aislados.
“Creo que no se han hecho acciones concretas, hay mensajes claros que está enviando el crimen organizado. Estos no pueden ser hechos aislados y vandalismos, creo que ya tiene que ser materia de ocuparse el estado”, señaló.
Por su parte, el coordinador de la bancada del PAN, Carlos de la Fuente, reconoció que se tenía mucho tiempo de no presenciar este tipo de violencia, por lo que insistió en una coordinación eficiente en los tres niveles de Gobierno.
“Ya teníamos tiempo de no ver este tipo de violencia en el estado, y eso un tema lamentable, por ello hay que redoblar esfuerzos. Hoy no hay excusa, eso ya se logró, el camino es una coordinación entre los tres niveles de Gobierno”, dijo el diputado panista.