¿Qué quieren nuestros socios comerciales?
El gobierno de Donald Trump ha sido criticado por anteponer la reducción del déficit comercial con México y Canadá a cualquier otro objetivo en la renegociación del TLCAN. Estados Unidos podría conseguir esta meta fortaleciendo las reglas de origen, ya que obligaría a los países miembro a utilizar de manera intensiva los insumos producidos domésticamente.
Lourdes González
El gobierno de Donald Trump ha sido criticado por anteponer la reducción del déficit comercial con México y Canadá a cualquier otro objetivo en la renegociación del TLCAN. Estados Unidos podría conseguir esta meta fortaleciendo las reglas de origen, ya que obligaría a los países miembro a utilizar de manera intensiva los insumos producidos domésticamente.
Al respecto, llama la atención que ayer, Robert Lighthizer, representante comercial de Estados Unidos, culpó al TLCAN por el déficit con México y por la pérdida de empleos. La declaración está en línea con el discurso que ha mantenido el presidente Donald Trump desde su campaña.
El déficit comercial de Estados Unidos con México ascendió a 60.4 mil millones de dólares; mientras que con Canadá resultó de 10.9 mil millones de dólares.
En ese sentido, expertos como Chad Bown, del PIIE, advierten que sin una serie de medidas de protección como mantener el Capítulo 19 del tratado, la actualización del acuerdo que pretende conseguir Trump llevaría a un comercio menos libre.
Por eso es importante que a semanas del arranque de las negociaciones formales, el gobierno de Canadá asegure que está listo para abandonar el TLCAN si la administración de Trump insiste en dejar fuera el mecanismo de defensa de disputas del Capítulo 19. Justin Trudeau, primer ministro canadiense, ha dicho que éste mecanismo es “esencial”.
Y es que nadie como Canadá conoce bien lo que es enfrentarse con Estados Unidos por defender este controversial Capítulo 19. Así ocurrió hace 30 años, cuando ambos países negociaron el acuerdo comercial que antecede al TLCAN. En 1987, el entonces primer ministro Brian Mulroney condicionó la permanencia de Canadá en las negociaciones a que se incluyera un instrumento de solución de controversias comerciales.
Riesgos visibles para México
El documento que publicó hace una semana la Oficina del Representante Comercial de Estados Unidos (USTR, por sus siglas en inglés) enumerando los objetivos de la administración de Trump para la renegociación del pacto comercial tendría implicaciones negativas para México, en caso de que se busque reducir el déficit comercial a través de un incremento de las reglas de origen.
La preocupación por esa medida fue expresada por el sector automotriz mexicano, en el sentido que países asiáticos podrían responder de manera negativa a ello, por una menor demanda de sus productos, y que esto tenga consecuencias en la inversión en el país.
Además, la obligación de utilizar insumos de los países miembros del tratado comercial, en lugar de aquellos que representen eficiencia en costos para las empresas, por ejemplo en algunos productos de origen chino, podría encarecer el proceso productivo en el país, opinó Mariana Ramírez, analista económico de Banco Ve por Más.
También advirtió una mayor injerencia de Estados Unidos, ante el interés de Trump por eliminar el Capítulo 19 sobre la resolución de controversias y antidumping, porque éstas podrían caer en las cortes locales cuando actualmente se resuelven en los paneles de los tres países.
“Si bien no se establece mayor información en el documento, pensamos que este tema podría hacer álgidas las conversaciones entre México, Canadá y Estados Unidos”, sostuvo.
Por su parte, Chad Bown aseguró que las políticas comerciales de Trump podrían implicar nuevas barreras a los exportadores canadienses que pasarían de abarcar el 1 por ciento de las exportaciones bilaterales al cierre de 2016 hasta el 8.8 por ciento en 2017, lo que equivale a un nivel cercano a lo que se aplica a China.
En lo que corresponde a México, las medidas también afectarían a las exportaciones mexicanas porque en vez de dañar el 1.6 por ciento en 2016, el impacto subirá al 4.5 por ciento en 2017.
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