Oficinas de Conarte violan decreto
A pesar de que existe un decreto que impide la instalación de nuevas oficinas al interior del Parque Fundidora, el presidente del Conarte, Ricardo Marcos, decidió instalar las oficinas de esta dependencia en el espacio donde funcionaba la Biblioteca al Aire Libre.
Con esta decisión, Marcos además reubica a un espacio que durante 5 años había funcionado principalmente para el fomento cultural entre el público infantil amante de la lectura.
Félix CórdovaA pesar de que existe un decreto que impide la instalación de nuevas oficinas al interior del Parque Fundidora, el presidente del Conarte, Ricardo Marcos, decidió instalar las oficinas de esta dependencia en el espacio donde funcionaba la Biblioteca al Aire Libre.
Con esta decisión, Marcos además reubica a un espacio que durante 5 años había funcionado principalmente para el fomento cultural entre el público infantil amante de la lectura.
El argumento para trasladar las oficinas de la Torre Administrativa a este espacio público obedece a la necesidad de establecerse en un lugar que les permita estar más cerca de la comunidad.
La Torre Administrativa, donde actualmente se encuentra Conarte, está a un costado del Parque Fundidora, a unos cuantos metros de la que sería su nueva ubicación.
La Biblioteca al Aire Libre que el presidente de Conarte pretende reubicar, también era el área de talleres de servicios educativos que atendía 600 niños al mes de diferentes escuelas de Nuevo León.
En marzo de 1988, durante la administraación del expresidente Miguel de la Madrid se publicó en el Diario Oficial de la Federación un decreto que puntualiza que el Parque Fundidora tiene como única vocación la construcción de un parque-museo y tecnológico-centro de exhibiciones, registrada en el Plan Director del Área Metropolitana de Monterrey
En el decreto especifica la expropiación de dicho terreno por parte del Ejecutivo federal y a favor del Gobierno de Nuevo León, considerando el uso anteriormente mencionado.
“Que las leyes General de Asentamientos Humanos y de Expropiación, establecen como causa de utilidad pública, la adquisición de tierra para la creación de reservas territoriales que satisfaga las necesidades de suelo urbano para la conservación, mejoramiento y crecimiento de los centros de población (…)”, dice el documento, del que Reporte Índigo tiene una copia.
“(…) establece también como causa de utilidad pública la construcción de parques que permitan y coadyuven a prevenir y combatir la contaminación del ambiente, al mismo tiempo que fomenten actividades de recreación y esparcimiento”.
En ninguna parte del decreto se menciona que al interior del Parque Fundidora se pueden instalar oficinas de cualquier tipo –solo la que pertenece a las instalaciones del propio organismo-.
El 18 de septiembre del 2009 también se aprobó el decreto estatal con el que se creó el organismo público descentralizado denominado Parque Fundidora (firmado por el exgobernador Natividad González Parás), en el que tampoco se autoriza la instalación de oficinas ajenas al interior de dicho espacio.
En el apartado de Transitorios que emitió el gobierno Estatal en el 2009 se explica claramente que las vocaciones del Parque Fundidora están las de remodelar, mantener y conservar las instalaciones del espacio, pero sin la finalidad de uso de oficina.
Pide diputado reapertura
El Diputado del PAN, Ángel Barroso solicitó a la Oficialía de Partes del Congreso Local la reapertura de la Biblioteca al Aire Libre en el Parque Fundidora.
“Un espacio tan noble como la Biblioteca al Aire Libre del Centro de las Artes que recibía más de 600 visitas de niños por semana y 400 familias los fines de semana no puede ni debe ser una oficina gubernamental”, dijo el legislador en rueda de prensa.
El integrante de la Comisión de Educación, Cultura y Deporte insistió en que los espacios culturales, al formar parte del territorio y aceptados por su comunidad, representan en sus lugares alegóricos y reproductores de prácticas sociales como es el caso de la Biblioteca al Aire Libre.
“No sólo era un espacio para la cultura era también un lugar de reunión, de intercambio, de fiesta cultural que pasaron a ser asumidas por la cultura simbólica y territorial de la colectividad neoleonesa”, enfatizó.
Barroso indicó que la comunidad cultural está molesta por la medida, pues no se deberían intercambiar los espacios que ya son identificados por la gente como áreas para la cultura si no crear más.
“Si estás quitando un espacio y lo pasas a otro lado crea dos o tres más esa es la política cultural en la que tendría que estar México”.