Donald Trump y Melania querían que en la una obra de arte decorara alguna de las paredes de la Casa Blanca; eligieron que una de las pinturas de Van Gogh fuera su anfitriona y, para lograr su objetivo, enviaron una solicitud de préstamo al Museo Guggenheim, en Nueva York.
La pareja presidencial solicitó el cuadro “Paisaje con nieve”, en el que aparece un hombre caminando en compañía de su perro.
De acuerdo con el diario The Washington Post, la curadora del Museo Guggenheim, Nancy Spector, les negó esa obra, pero les hizo una contraoferta claramente satírica: un inodoro hecho de oro puro por un artista italiano.
El inodoro de 18 quilates, titulado “Estados Unidos”, es una crítica de Maurizio Cattelan a los instintos codiciosos de la nación. Se calcula que su valor supera el millón de dólares.
La contraoferta de la curadora del museo se dio vía correo electrónico, en el cual indicó que los Trump podían recibir a manera de préstamo el inodoro que hasta mediados de septiembre había sido usado por los visitantes en un baño del museo.
Spector incluyó en su correo electrónico una fotografía y señaló: “Lamentamos no poder satisfacer su solicitud original, pero albergamos la esperanza de que esta oferta especial sea de su interés”; el inodoro podría ser un “préstamo a largo plazo”, escribió. “Es, desde luego, sumamente valioso y algo frágil, pero proporcionaríamos todas las instrucciones para su instalación y cuidado”.
El Post reportó que la Casa Blanca nunca dio respuesta a la oferta, la cual ocurrió a mediados de septiembre del año pasado.
Nancy Spector ha sido abiertamente crítica sobre las decisiones del presidente estadounidense; el año pasado, la curadora escribió en el blog del museo una descripción en la que se refería Trump como “aquel de la epónima torre dorada” e incluyó una imagen de la Torre Trump ubicada sobre la Quinta Avenida, donde el mandatario cuenta con un enorme apartamento y una oficina.
El presidente tiene una inclinación hacia el color dorado, los sanitarios de varias de sus propiedades están bañados del metal precioso, y redecoró la Oficina Oval con cortinas con hilos de oro. Sin embargo, la obra de arte de Cattelan no fue aceptada.