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¿Olímpica salida?

El Senado de Brasil votó ayer  por abrumadora mayoría para enjuiciar a la presidenta suspendida Dilma Rousseff, dando un paso más hacia la destitución de la primera mujer al frente del país y poniendo de manifiesto su incapacidad para hacer que los legisladores cambien de opinión.

 

El Senado de Brasil votó ayer  por abrumadora mayoría para enjuiciar a la presidenta suspendida Dilma Rousseff, dando un paso más hacia la destitución de la primera mujer al frente del país y poniendo de manifiesto su incapacidad para hacer que los legisladores cambien de opinión.

 

 Tras unas 15 horas de debate, los senadores votaron 59 votos a favor y 21 en contra por violación de leyes fiscales en el manejo del presupuesto federal. Fue el último paso antes de un juicio político y voto sobre la destitución, previstos para las próximas semanas. Este drama político se desarrolla al mismo tiempo que los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, que finalizan el 21 de agosto.

 

 El resultado de la votación estaba previsto: el Senado votó en mayo en favor de impugnar a Rousseff y suspenderla de su cargo por un máximo de 180 días mientras se preparaba el juicio.

 

La votación de ayer puso en evidencia que las gestiones para destituirla han cobrado impulso, pese 

a que Rousseff ha tratado de cortejar a senadores que expresaron dudas sobre la capacidad del presidente interino Michel Temer para gobernar.

 

Los senadores que promovían la destitución necesitaban apenas una mayoría simple para pedir el juicio. No sólo consiguieron más que eso, sino también lograron un amplio margen sobre la súper mayoría de al menos 54 votos que necesitarán para destituirla permanentemente.

 

“Esto no es una situación fácil”, dijo Jose Eduardo Cardozo, quien fue secretario de Justicia durante el gobierno de Rousseff y está a cargo de su defensa, al portal noticioso local G1 después de la votación en la capital, Brasilia.

 

 Cardozo dijo que todavía había esperanzas. Agregó que evaluaría sus opciones de apelación ante la Corte suprema y que varios senadores que votaron en favor de enjuiciarla podrían estar reacios a tomar el paso decisivo de destituirla permanentemente.

 

Situación no prometedora

 

Aún así, la situación no se ve prometedora para Rousseff, la primera Presidenta del país más grande de Latinoamérica. Las apelaciones previas antes el Supremo Tribunal Federal, la corte suprema, han sido infructuosas.

 

Y los esfuerzos de Rousseff de cortejar senadores desde mayo que inició el proceso político y reconstruir su imagen ante los votantes aparentemente han sido insuficientes.

 

La economía brasileña, la más grande de Latinoamérica, está sumida en la depresión más grave en varias décadas. 

 

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