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El discurso de austeridad gubernamental que pregona la administración estatal en Jalisco, no ha significado mucho en las misiones oficiales al extranjero que han realizado sus funcionarios, y en particular los pertenecientes a la Secretaría de Desarrollo Económico (Sedeco).
La reciente gira que emprendió la Sedeco por distintos países de Europa, y que representó un gasto para el erario por 763 mil 539 pesos, estuvo caracterizada por la contratación de hoteles de lujo para la comitiva de cuatro integrantes, y consumos en restaurantes muy lejanos a la sobriedad que exige el servicio público.
Un análisis a los gastos efectuados en dicha misión gubernamental (23 junio-15 julio), junto a las enviadas a Sudamérica (13-27 mayo) y Los Ángeles (16-18 febrero), éstas últimos dos con un costo de 360 mil 982 pesos y 64 mil 624 pesos, respectivamente, muestra que estos excesos han sido constantes en la manera de hacer promoción por esta dependencia encabezada por el empresario José Palacios.
A Europa asistieron, además del titular de Sedeco, Gabriela Martín, directora general de Promoción Internacional; María Teresa Godoy, coordinadora de Proyectos y Martha Catalina Padilla, directora de Promoción Internacional y Desarrollo de Nuevos Negocios. A Sudamérica el secretario Martín, y Karina del Rocío Pérez Rodríguez, promotora de Inversión; y a Los Ángeles, sólo Palacios y Martín.
En la gira europea la comitiva de Palacios se hospedó en Dublín, Irlanda, en el lujoso The Westbury Hotel, del 6 al 9 de julio, donde pueden hallarse cuartos de hasta 34 mil pesos por día (dos mil euros). Sólo el alojamiento del secretario, con motivos de trabajo, costó cuatro mil 472 pesos por noche.
Su publicidad es bastante elocuente: “Sustancial y glamoroso, esta icónica propiedad de cinco estrellas, y miembro de los Hoteles Líderes del Mundo, muestra lo mejor del diseño internacional e irlandés. El primer piso de Gallery Lounge, que ha sido descrito como el más lujoso salón principal de Dublín (…) hospeda una de las más importantes colecciones privadas de arte de Irlanda”.
En Colombia la comitiva seleccionó el Radisson Royal Bogotá, del 13 al 16 de mayo, “un hotel de lujo ubicado en el Parque empresarial Teleport (…) diseñado para los clientes exigentes” y con “servicios de primera clase”.
En su visita a Los Ángeles, California, el secretario estatal eligió el JW Marriott Los Ángeles, ahí no se hallan noches por menos de 249 dólares (tres mil 237 pesos), un hotel que, se anuncia, “establece un nuevo estándar de lujo en el corazón del centro de Los Ángeles, a pocos pasos del Staples Center. Este hotel de lujo, en el que se celebran muchos de los eventos de moda de Los Ángeles, cuenta con 9 mil 290 metros cuadrados de espacio moderno y contemporáneo para eventos y reuniones en esta ciudad.”
Cada noche del funcionario costó 5 mil 739 pesos; el cargo total que hizo el hotel fue por mil 342 dólares: 18 mil 251 pesos, aunque en esa ciudad existen alternativas dirigidas al sector medio de la población con tarifas que pueden rondar los mil 227 pesos, es decir, unos 94 dólares.
En Perú se generó una factura del hotel JW Marriott, otro exclusivo, cuya torre de cristal “ultramoderna” frente al mar, dice su publicidad, “es una de las características que lo convierten en el hotel más cosmopolita y contemporáneo de los hoteles de lujo en Lima. Ya sea que viaje por negocios o por placer, disfrutará de un paraíso para la relajación y el rejuvenecimiento en el lujoso JW Marriott Hotel Lima”.
La dependencia indica que ese pago por 3 mil 620 soles peruanos (20 mil 163 pesos) se dio para efectuar un encuentro con el empresariado local, lo mismo argumentó con la contratación en Chile, por 27 mil 881 pesos, del hotel W Santiago, que se vende así:
“Con un telón de fondo panorámico de los Andes cubiertos de nieve, el W Santiago reinventa el estilo y la sofisticación en el enclave más de moda y mayor marcador de tendencias de la ciudad. Un fascinante universo de innovación urbana en medio de calles de adoquines y deslumbrantes rascacielos”.
Rebasan topes
La selección de restaurantes y establecimientos por parte de las comitivas de la Sedeco en el extranjero, sin seguir parámetros de austeridad, llevó a que en forma reiterada los gastos que cargaron al erario estatal rebasaran los límites permitidos por el Manual de Pasajes, Viáticos y Traslado de Personal del Gobierno de Jalisco.
A esto abonó el hecho de que la Sedeco absorbió los consumos de otras personas que no eran servidores públicos del Gobierno estatal, si bien pudieron serlo del Gobierno federal o de instancias locales y empresarios de los países a donde viajaron sus misiones oficiales.
De acuerdo a la jerarquía de los funcionarios estatales que asistieron a estas misiones gubernamentales, y a los topes en viáticos que impone dicho manual para cada uno de sus niveles, es fácil establecer las cantidades máximas que debieron haberse dirigido para la cobertura de desayunos, comidas y cenas sufragados por el erario, no se respetaron.
Hay varios ejemplos que demuestran estos excesos y violaciones al manual, con base en los mismos hechos documentados con anterioridad en las misiones a Europa y Sudamérica.
Un caso extremo es el sucedido en Estocolmo, Suecia, en el establecimiento Jimmys Marina Steakhouse, esa comida no debió requerir más de 3 mil 107 pesos del presupuesto estatal, pero la factura terminó ascendiendo a los 20 mil 872 pesos, además de que se le pagaron los gastos a siete y no a cuatro personas. Éste es el caso más serio, pues la contravención al tope establecido por el manual es de un 572 por ciento más.
Por otro lado, la factura de la comida del restaurante Avenue, en Londres, indica que el erario público estatal se hizo cargo del consumo de seis personas, aunque esa comitiva oficial de Jalisco estaba compuesta por cuatro solamente.
Esto quiere decir que cualquier comida de los viajeros durante esa gira por los países europeos no debió costarle a los contribuyentes jaliscienses en suma más de 3 mil 107 pesos, sin embargo, en esa ocasión el costo total fue de 4 mil 230 pesos: un 36 por ciento más.
Algo similar sucedió con la cena en el restaurante Fuego, de Copenhague, donde se volvió a atribuir al Estado el consumo de seis y no cuatro personas. Cualquier cena en esa visita a Europa no tenía porqué representar una erogación mayor a los 4 mil 173 pesos, sin embargo, la cuenta de esa noche fue de nueve mil 740 pesos: un 133 por ciento más.
En la otra cena de la misma ciudad de Dinamarca, en el Madklubben Admiralgade, se facturaron al presupuesto 8 mil 624 pesos, y no obstante, su valor no podía superar los cuatro mil 173 pesos: resultó un 107 por ciento más.
La problemática se repitió en la gira por Sudamérica. La comida en el Mestizo de Santiago de Chile ascendió a 3 mil 222 pesos por cuatro personas, sin embargo, solo asistieron tres funcionarios estatales a la visita, por lo que el costo no tenía que exceder los 2 mil 340 pesos: un 38 por ciento más.
En el restaurante Aquí está Coco volvió a suceder un exceso en una menor medida, la cuenta fue por dos mil 992 pesos para cinco personas, en realidad, este pago no debía rebasar los 2 mil 340 pesos y para solo tres funcionarios (28 por ciento de diferencia).
Buen comer
Las comitivas de trabajo que encabeza el titular de Sedeco en el extranjero tampoco excluyen el placer y buen gusto de sus comidas; eligen restaurantes con clase y, pese al fondeo público, no faltan las bebidas alcohólicas sobre la mesa.
El 10 de julio , el erario costeó una comida en el restaurante Avenue, en Londres, por 187.93 libras esterlinas, o 4 mil 230 pesos, que incluyó filete de cordero, ensalada de langosta, y copas de Château Des Annereaux. El lugar está decorado para crear la sensación de un “glamoroso loft de Manhattan”; fueron seis personas.
El 4 de Julio se cargó al presupuesto una cena para seis comensales en el restaurante Fuego, en Copenhague, Dinamarca, donde los cortes se acompañaron de nueve copas de vino, todo por 4 mil 145 coronas danesas: 9 mil 740 pesos.
El 3 de julio, los contribuyentes sufragaron una cena en el restaurante Madklubben Admiralgade, también en Copenhague, por 3 mil 670 coronas: 8 mil 624 pesos, los platillos se maridaron con un par de botellas de Langhe Nebbiolo por 900 coronas (2 mil 115 pesos), y tres botellas de agua Pellegrino.
El 2 de julio, en Estocolmo, Suecia, comieron en el restaurante Jimmys Marina Steakhouse, fueron siete personas por mil 190 euros, esto es 20 mil 872 pesos, el lugar ofrece fogatas y vista al mar.
El 29 de junio, en Finlandia, el secretario desayunó con otras dos personas en el hotel más ostentoso de todo Helsinki. “En el Hotel Kamp experimenta el lujo de la elegancia atemporal y el glamur europeo. En los espaciosos cuartos del más lujoso hotel de Helsinki, disfruta tu estadía si estás en viaje de negocios o vacaciones”. Al erario se atribuyeron 87 euros, esto es, mil 525 pesos.
En Chile hubo una comida en el restaurante Mestizo, el 23 de mayo, un lugar del que pueden hallarse referencias como ésta en la red, titulada “Restaurant de lujo en barrio exclusivo”: “éste es uno de los restaurantes caros de Santiago, ubicado en el hermoso Parque Bicentenario del sector Vitacura de Santiago, uno de los barrios exclusivos de Santiago”.
Ese gasto público se registró por 3 mil 222 pesos, la comida incluyó tequila Julio Blanco, una copa de vino y una cerveza.
El 23 de mayo, en Santiago, el secretario estuvo en el establecimiento Como Agua para Chocolate, la cuenta para el Estado de mil 403 pesos tiene tres tequilas. También en esa ciudad acudieron a Aquí está Coco, que se dice “el mejor restaurant de pescados y mariscos en Santiago de Chile”, ahí fueron otros dos mil 992 pesos con todo y las copas del vino Casas del Bosque Gran Reserva.
El Acuerdo de Medidas de Austeridad que expidió el Gobierno estatal el 12 de marzo de 2013 no fijó ninguna limitación a los lujos en los viajes oficiales de sus funcionarios. El único punto que aborda las misiones gubernamentales, señala:
“Es obligación de todas las Dependencias y Entidades de la Administración Pública Estatal, reducir de inmediato y de manera sensible los viajes con cargo al erario público de sus servidores en general. En consecuencia, sólo podrán ser autorizados por el titular de la dependencia o entidad respectiva, en forma mancomunada con el contralor del Estado y la Secretaría de Planeación, Administración y Finanzas, por conducto de la Subsecretaría de Finanzas”.
Lujos institucionalizados
Los límites establecidos por el Manual de Pasajes, Viáticos y Traslado de Personal del Gobierno de Jalisco para regular el costo de los viajes al extranjero de los funcionarios jaliscienses, son muy altos y superan incluso a los de gobiernos cuyos presupuestos son mucho más grandes que el de la entidad, como los del Distrito Federal y el Estado de México.
Un secretario de Jalisco de viaje por el mundo puede gastarse en un solo día a costa del erario 8 mil 203 pesos sin miramientos, lo que se desglosa de la siguiente manera: 546 pesos en su desayuno (42 dólares), 806 pesos en su comida (62 dólares), mil 365 pesos en su cena (105 dólares) y 5 mil 486 pesos en su noche de hospedaje (422 dólares).
De esta manera, el lujo para los viajeros gubernamentales está institucionalizado en Jalisco por el mismo manual, en el cual, por cierto, no aparece la palabra “austeridad” en ningún punto de su contenido.
Con esta norma en Jalisco, y en específico el valor de su concepto de hospedaje, es muy difícil que, a través del análisis individualizado de los gastos en el extranjero de cada funcionario, se confirme un rebase en el límite impuesto, pues es de por sí muy permisivo.
En la ciudad de Los Ángeles, por ejemplo, donde el secretario recurrió a un hotel de lujo por casi seis mil pesos la noche, pueden hallarse alternativas muy dignas por mil 227 pesos (cuatro veces menos a lo que tiene permitido ese nivel jerárquico), y pese a ello, el funcionario no rebasó el máximo al que obliga el manual.
En The Westbury Hotel donde la comitiva se hospedó en Dublín, los costos de los cuartos por noche pueden ir de los 230 euros hasta los dos mil euros, es decir, de los tres mil 956 pesos a los 34 mil pesos, las primeras tarifas pueden ser cubiertas, según el manual.
En el Estado de México el tope de gasto más alto permitido es de cinco mil 590 pesos (430 dólares), es decir, un 32 por ciento menor al de Jalisco, a pesar de que el primero tiene un presupuesto mayor en un 134 por ciento (la hacienda mexiquense cuenta con 195 mil 303 millones 834 mil 420 pesos en 2014; Jalisco con 83 mil 292 millones 098 mil pesos).
Por su parte, el Gobierno del DF establece un máximo de viáticos diarios para sus funcionarios viajeros de 7 mil 202 pesos o 554 dólares, esto es un 12 por ciento menor a lo autorizado en Jalisco, pese a la relevancia política del primero -mucho mayor a la de Jalisco-, y también a pesar de que el presupuesto de la capital es un 88 por ciento más alto que el del segundo (el DF cuenta con 156 mil 837 millones 576 mil 548 pesos en 2014).
Otros estados del país también exigen que haya una erogación de sus funcionarios en el extranjero mucho menor al de Jalisco. En Yucatán, por ejemplo, el tope es de 5 mil 850 pesos (450 dólares); en Campeche es de 6 mil 45 pesos (465 dólares) y en Veracruz es de 5 mil 759 pesos (443 dólares).
Cuando esta administración estatal local expidió su Acuerdo de Medidas de Austeridad en 2013, no se preocupó por tocar el manual para los viajes, ni modificar sus límites a la baja.
Para el segundo grado de jerarquía de las Secretarías (subsecretarios, directores generales y equivalentes) se autoriza en el manual que pueden disponer de 6 mil 786 pesos por día, con los siguientes límites: por desayuno, 468 pesos; por comida, 767 pesos; por cena, 936 pesos, y por hospedaje, 4 mil 615 pesos.