Pasando el trago amargo

Trump lo logró, al fin sus acciones salieron de los 140 caracteres y ahora va sobre los migrantes latinoamericanos que estaban bajo la protección de administraciones pasadas con el programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia, mejor conocido como DACA por sus siglas en inglés.

800,000
Dreamers quedan desprotegidos por el DACA
Alejandra Gutiérrez apunta a que actualmente no hay cómo solventar laboralmente a tanta fuerza latina en nuestro país
“Ellos están preparados para competir en una fuerza laboral acá y pueden aportar a nuestro país en México, sin embargo 800 mil personas es mucho, habría que buscar opciones”
Rebeca VargasPresidenta y directora ejecutiva de U.S. México Foundation
“El gobierno tiene todos los datos de ellos, saben dónde viven, dónde trabajan, dónde estudian y si bien la administración ha mencionado que no son sujetos de deportación, pues ciertamente ya no están protegidos”
Rebeca VargasPresidenta y directora ejecutiva de U.S. México Foundation
“Eso nunca fue una ley, sino una acción ejecutiva, sabíamos que en cualquier momento podría ser cancelada, nos están quitando un tipo de amparo, pero no nos están quitando nuestros sueños”
Israel Concha Fundador de la organización New Comienzos

Trump lo logró, al fin sus acciones salieron de los 140 caracteres y ahora va sobre los migrantes latinoamericanos que estaban bajo la protección de administraciones pasadas con el programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia, mejor conocido como DACA por sus siglas en inglés.

Los dreamers –mexicanos que llegaron a la Unión Americana antes de la mayoría de edad y del año 2007– ahora se encuentran sin el cobijo de lo que propusiera Barack Obama en 2012. Pronto iniciará la temporada para ir de cacería tras estos jóvenes que representan más de 800 mil personas con trabajo, familia y futuro en el país liderado por Donald Trump.

“Eso nunca fue una ley, sino una acción ejecutiva, sabíamos que en cualquier momento podría ser cancelada, nos están quitando un tipo de amparo, pero no nos están quitando nuestros sueños”, explica para Reporte Indigo, Israel Concha, fundador de la organización New Comienzos que da ayuda a estos jóvenes en México.

El DACA no protegerá más a los indocumentados que crecieron en Estados Unidos, quienes tengan en este momento el permiso vigente podrán renovarlo en marzo del 2018, pero prácticamente se encuentran en la mira de las autoridades norteamericanas.

“El gobierno tiene todos los datos de ellos, saben dónde viven, dónde trabajan, dónde estudian y si bien la administración ha mencionado que no son sujetos de deportación, pues ciertamente ya no están protegidos”, declara Rebeca Vargas, presidenta y directora ejecutiva de U.S. – México Foundation.

La incertidumbre domina a los dreamers, pero lo que se percibe claramente es ahora su miedo a desconocer el futuro que les depara sin el DACA, ya que al cuestionarles sobre el tema, prefieren evitar los reflectores ya que saben que son observados por la inteligencia del Tío Sam.

“Imagínate qué miedo tienen que ya no pueden manejar al trabajo, manejar para ir a comprar de comer a sus hijos, porque no saben en qué momento eso va a ser una excusa para que los separen, porque a muchas personas les van a agarrar en ese momento y no se van a poner a preguntarles ¿en dónde está tu familia?”, refiere Alejandra Gutiérrez, madre de 27 años que tuvo que dejar a uno de sus hijos del otro lado del Río Bravo y espera en 2019 pedir entrar nuevamente a Estados Unidos.

Con la frente en alto

Alejandra Gutiérrez llegó a los dos años de edad a Estados Unidos, creció en Carolina del Norte y estudió hasta la High School, ella es el claro ejemplo de una dreamer que vivía el sueño americano, hasta que fue deportada en 2009 y tuvo que dejarlo todo en la Unión Americana.

La joven, madre de dos, dejó a uno de sus hijos atrás con solo 10 meses de nacido; su vida no ha sido la misma desde entonces y espera poder pedir de nuevo su reingreso al país del norte en 2019, año en el que se vence el veto migratorio por su deportación.

“Tuve que aprender a hacerme fuerte, a vivir sin él de alguna manera, pero también otra cosa es que yo no lo quería arrebatar de oportunidades que puede tener porque él nació allá, es difícil, me ha sido muy difícil, pero al pasar de los años aprendí a que por algo pasan las cosas y quiero creer que ahorita eso es lo mejor para mi hijo”, confiesa Gutiérrez con voz entrecortada.

Aunque la ley no se encuentre a favor de los latinos, expresa que todavía los dreamers no se deben de dar por vencidos ante la adversidad y la administración de Donald Trump y que de ser deportados se acerquen a las organizaciones que les brindan apoyo para poder laborar e integrarse socialmente a México.

Open season: la cacería que viene

Todavía no es momento para alzar la victoria para el presidente republicano en torno a la deportación masiva, pero una vez vencido el DACA para los actuales dreamers, empezará la temporada (open season en inglés), para ir de cacería por los indocumentados.

“Podría darse el caso de que sí sea una cacería abierta, en este momento por lo menos se tiene aproximadamente como seis meses para que pueda haber realmente una reforma migratoria y le digo a la gente que se mantenga tranquila, que continúe yendo a la escuela, con sus trabajos, que intenten continuar siendo un ciudadano ejemplar”, comenta Israel Concha vía telefónica.

Rebeca Vargas secunda que de manera inmediata no se debe perseguir a ningún dreamer con DACA vigente y que de tener todavía el permiso vigente, se puede renovar hasta marzo del 2018.

“A quienes se les vence después de marzo ya no tendrán la opción de renovarlo por dos años más, entonces en principio según el anuncio del presidente, no debiera ser el caso, no debiéramos de esperar ahorita una cacería”, aclara la presidenta de U.S. –México Foundation.

‘México no está preparado’

No solamente son los 800 mil dreamers que podrían deportarse de aplicarse la ley en Estados Unidos, son los hijos y familiares que también quedan vulnerables ante este suceso sin precedentes y los especialistas creen que México no se encuentra listo para albergar a estas personas.

“Ellos están preparados para competir en una fuerza laboral acá y pueden aportar a nuestro país en México, sin embargo 800 mil personas es mucho, habría que buscar opciones”, indica Vargas.

Alejandra Gutiérrez, que es bilingüe y solo tiene una preparación escolar antes de licenciatura, apunta a que actualmente no hay cómo solventar laboralmente a tanta fuerza latina en nuestro país.

“Es miedo por muchas partes, miedo porque aquí en México no estamos preparados para una ola de personas, de muchas personas, para trabajos, asistencias gubernamentales, no estamos preparados para eso y además dejar lo único que conoces y venir a un mundo nuevo, todo eso es muy espantoso”, pronuncia la mujer de 27 años.

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