Orgullo nacional
La campaña ‘Hecho en México’ se creó hace 40 años con la intención de promover las mercancías nacionales a nivel internacional. En la actualidad se ha convertido en un estandarte para enfrentar el discurso de odio del presidente Donald Trump y contrarrestar los productos que se ofertan a los consumidores a través del comercio informal
Mara Echeverría y Nayeli Meza[kaltura-widget uiconfid=”38728022″ entryid=”0_ipv66re5″ responsive=”true” hoveringControls=”false” width=”100%” height=”75%” /] Los productos mexicanos se consumen en casi todo el mundo. Desde Canadá hasta Australia, millones de personas visten, comen y utilizan diariamente mercancías con el sello ‘Hecho en México’, incluso sin saber que provienen de territorio azteca.
En los aparadores de más de 160 países se comercializan bienes nacionales y el número de mercados donde están presentes equivale al 80 por ciento de la población global total de acuerdo con el Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Senasica).
“México tiene un camino muy bien trazado en el gusto de los consumidores internacionales, pues se ha creado una identidad. La campaña es muy antigua, pero no ha perdido vigencia”, dice Sara García, directora asociada de la Escuela de Negocios del Tecnológico de Monterrey campus Toluca.
Hace 40 años, el gobierno lanzó este distintivo con el objetivo de favorecer la competitividad de las mercancías locales y con ello fomentar su consumo en el extranjero. Hoy no sólo es un símbolo de identidad nacional, también es el estandarte que enfrenta a la retórica antimexicana utilizada por el presidente Donald Trump.
Con este logotipo, la gastronomía mexicana, la industria textil, bebidas alcohólicas, juguetes, artesanías y otros productos se han posicionado a nivel internacional. Asimismo, el mercado interno se ha fortalecido gracias a la atracción de Inversión Extranjera Directa (IED) y el arribo de millones de turistas.
Para el cierre de este año, la Secretaría de Turismo prevé que el número de extranjeros superará los 41 millones, cifra 4.3 mayor a lo reportado durante 2017.
En la actualidad, México se ubica en el lugar número 6 de entre los 15 países más visitados en el mundo, según la Organización Mundial del Turismo (OMT).
Enrique Ortega, consultor en imagen pública, considera que el sello ‘Hecho en México’ ha dejado grandes beneficios al país, en especial a los pequeños y medianos productores, ya que les permitió acceder a mercados donde difícilmente lo hubieran lograrlo por sí solos.
Iniciativa presidencial
La promoción de la campaña ‘Hecho en México’ tiene sus raíces en el sexenio de Luis Echeverría (1970-1976). Durante ese periodo, se experimentó una desaceleración económica que propició una disminución en el consumo, situación que llevó a la quiebra a pequeñas y medianas empresas en el país.
Frente a esta situación, el gobierno promovió el programa ‘Lo hecho en México está bien hecho’, con la intención de motivar a los productores a competir en el mercado internacional y con ello reactivar la economía nacional.
Pero fue hasta la administración de José López Portillo (1976-1982) cuando el sello ‘Hecho en México’ se creó, gracias a una disposición publicada en 1978 en el Diario Oficial de la Federación (DOF).
La Norma Oficial Mexicana (NOM) NMX-Z-009-1978 se utilizó para distinguir y promover los productos nacionales en el extranjero.
Durante casi 30 años el logotipo se mantuvo sin cambios, pero en abril de 2004, el gobierno de Vicente Fox (2000- 2006) realizó modificaciones que autorizaron dos formas del emblema.
La primera mostraba la cabeza de un águila con la leyenda ‘Hecho en México’, mientras que en la segunda propuesta se leía ‘Fíjate que esté Hecho en México’.
En 2009, durante el marco de la presentación del Acuerdo Nacional en Defensa de la Economía y el Empleo, Felipe Calderón (2006-2012) anunció 25 acciones para proteger el empleo y mantener la estabilidad económica, dentro de las cuales se contemplaba la difusión de una marca que contuviera el lema ‘Hecho en México’. En esa ocasión el logo fue modificado de nueva cuenta aunque se acercó más a su imagen original.
La norma de ese año establecía que el uso de este emblema sería exclusivo de la Secretaría de Economía (SE), quien mediante la Dirección General de Normas autorizaría a personas físicas y morales a ostentarlo en sus productos.
Para combatir la desaceleración económica que vivió México en la decada de los 70 Luis Echeverría creó el programa ‘Lo hecho en México está bien hecho’
El último anuncio se dio en febrero de 2017, cuando la administración de Enrique Peña Nieto y los empresarios anunciaron el relanzamiento de la estrategia ‘Hecho en México’ en un intento por aprovechar la capacidad creativa e innovadora de los mexicanos, así como la fortaleza manufacturera.
Entre las acciones implementadas destacó la simplificación de la tarifa de comercio exterior en aproximadamente 40 por ciento y la creación del portal único del comercio exterior (SNICE).
La imagen del emblema permaneció sin cambios y se otorga, principalmente, al bien que haya sido producido íntegramente en el país y a partir de materiales originarios de México.
Defender los productos mexicanos
El distintivo de ‘Hecho en México’ enfrenta al ‘Make America Great Again’, el lema que utilizó Donald Trump durante su campaña presidencial durante 2016.
El republicano acuñó la frase como estandarte para mostrar su oposición a las políticas implementadas por su antecesor Barack Obama para englobar su postura ante la migración ilegal, el libre comercio y mantener un discurso de defensa de la manufactura y su economía en general.
El argumento nacionalista de Trump triunfó entre los electores blancos, cristianos y adinerados, quienes lo llevaron a la presidencia de Estados Unidos en las elecciones que se realizaron el 8 de noviembre de 2016 y en las que enfrentó a Hillary Clinton, candidata del Partido Demócrata.
La táctica del Gobierno Federal fue enviar un mensaje para que los mercados, sobre todo en Estados Unidos, tuvieran claro que las mercancías mexicanas son elaboradas con los más altos estándares de calidad que les permiten competir a nivel internacional, comenta Norma Soto, especialista en negocios internacionales de la Universidad La Salle.
“La estrategia fue para probar que lo hecho en México cumple con las normas de calidad solicitadas, también sirvió para que más mexicanos se identificaran y apoyaran la campaña con la compra de productos nacionales”, refiere Soto.
La especialista considera que el distintivo sí resulta un apoyo para el ingreso comercial de artículos elaborados en México con materia prima local a mercados de otros países, pues reconoce que el producto es de origen mexicano, las personas en otros países lo identifican y saben que significa que está fabricado con insumos nacionales, además de que cumple con las disposiciones internacionales.
“La marca ‘Hecho en México’ ha sido adoptada por muchos mexicanos que viven en otros países como parte de su identidad nacional, pero también los extranjeros saben que es un aval de las autoridades que resulta un apoyo para que los productos se comercialicen más rápido en el extranjero”, agrega la también académica de La Salle.
Incluso después de la declaración de la actual administración, las solicitudes para tramitar la certificación aumentaron de acuerdo con Fernando Solís, jefe de ventas de evaluación de la conformidad del Instituto Mexicano de Normalización y Certificación (IMNC).
“Las industrias han buscado la manera de tener esta certificación en sus mercancías para respaldar su calidad”, manifiesta Solís.
El ejecutivo del IMNC añade que industrias de todos los sectores han iniciado el trámite para poder integrar la insignia a sus productos que van desde automóviles, instrumentos médicos, motocicletas y hasta sopas, aunque podría parecer que sólo aplica para artesanías o bebidas nacionales.
Solís explica que con la normativa que se implementó es más sencillo obtener el logotipo al cumplir con los requisitos que estipula la Secretaría de Economía, además de que es la encargada de validar los criterios solicitados.
El distintivo oficial también es un reflejo de identidad en el mercado interno. Prueba de ello es que algunas pequeñas y medianas empresas lo han integrado como parte de sus campañas de marketing, sobre todo cuando buscan colocarse en el gusto de los consumidores dentro del país.
El distintivo oficial también es un reflejo de identidad en el mercado interno. Prueba de ello es que algunas pequeñas y medianas empresas lo han integrado como parte de sus campañas de marketing, sobre todo cuando buscan colocarse en el gusto de los consumidores dentro del país.
Asimismo, el hashtag #HechoEnMéxico les ayuda a posicionar sus productos o servicios en las búsquedas en internet y les permite resaltar la invitación a comprar productos locales.
“Este sello funciona porque todos tenemos ese sentimiento ‘patriotero’ que genera una conexión fuerte con el público”, comenta Yemen Espinosa, experto en marketing digital.
De acuerdo con la herramienta Hashtagify, que arroja el volumen de búsquedas realizadas por los usuarios de internet sobre un término específico, la denominación ‘Hecho en México’ tiene una mayor incidencia a nivel nacional, seguida de Estados Unidos.
La muestra también aparece Japón, Oriente Medio, España, Alemania y países en América Latina como Colombia y Nicaragua.
La pelea con el mercado informal
El sello ‘Hecho en México’ abre la puerta al mercado internacional a pequeños y medianos negocios y también permite enfrentar la competencia desleal, ya que resulta una insignia fácil de identificar para los consumidores.
Para Norma Soto de La Salle, los productos nacionales se enfrentan en el mercado nacional con bienes que se comercializan en otros países, pero la baja calidad de mercancías piratas resulta ser el gran diferenciador.
Al respecto, Fernando Solís, del Instituto Mexicano de Normalización y Certificación, detalla que la Secretaría de Economía tiene la responsabilidad de validar las líneas de producción de los interesados en obtener la certificación, por lo tanto estos productos resultan de mayor calidad frente los que ingresan mediante el mercado informal.
“Las revisiones de la Secretaría de Economía resultan un plus porque certifican que son mercancías que tienen una mejor fabricación”, declara Solís.
En este sentido, Enrique Ortega, consultor en imagen pública, opina que la manufactura de artesanías puede llegar a ser costosa y por ello muchas veces los pequeños negocios apuestan mejor por la compra de mercancías asiáticas.
“Los artesanos deben ser conscientes de que al hacer esto se están matando a sí mismos, pues la calidad en los productos es lo que caracteriza el sello de México”, manifiesta Ortega.
El e-commerce entra al negocio
Empresas líderes de comercio electrónico en México también toman en cuenta la clasificación de identidad de los productos mexicanos.
Amazon sumó a las categorías de su plataforma un segmento en el que se incluyen artesanías y otros productos que resaltan el folclor nacional.
El gigante del comercio electrónico estadounidense ofrece en su sitio piezas únicas como alebrijes, talavera, arte huichol y accesorios elaborados con plata. La tienda online se lanzó a propósito de las Fiestas Patrias.
“Todos los artesanos pasan por un proceso de verificación con el que aseguramos que son creadores y no revendedores. No es un requisito para Hanmade que los productos cuenten con el distintivo Hecho en México”, precisaron voceros de Amazon.
Por su parte, Mercado Libre no cuenta con una categoría especializada en productos fabricados en el país, pero al hacer una búsqueda en la plataforma con la etiqueta ‘Hecho en México’ aparecen productos que van desde gorras, zapatos, carteras y otros accesorios entre los que destaca el logotipo que caracteriza la certificación.
Sara García, directora asociada de la Escuela de Negocios del Tec de Monterrey, campus Toluca, expone que la iniciativa que se puso en marcha hace cuatro décadas necesita ser revisada, ya que desde 2009 no se le han hecho actualizaciones al marco regulatorio y en ese entonces el e-commerce no había ganado terreno como hasta ahora.