Osorio Chong y el retorno de los ‘brujos’
Miguel Ángel Osorio Chong es un ícono priísta del autoritarismo, acoso, del espionaje político, del abuso del poder, de la persecución a los adversarios, del enriquecimiento ilícito y la corrupción. Además dejó bastantes obras inconclusas cuando fue gobernador.
Esto piensa alguien que lo conoce a fondo: Xóchitl Gálvez.
“Soy un testimonio viviente de lo que es capaz de hacer”, admite –por primera vez en su vida con temor–, la política.
Raúl Tortolero
Miguel Ángel Osorio Chong es un ícono priísta del autoritarismo, acoso, del espionaje político, del abuso del poder, de la persecución a los adversarios, del enriquecimiento ilícito y la corrupción. Además dejó bastantes obras inconclusas cuando fue gobernador.
Esto piensa alguien que lo conoce a fondo: Xóchitl Gálvez.
“Soy un testimonio viviente de lo que es capaz de hacer”, admite –por primera vez en su vida con temor–, la política.
Ella sabe muy bien quiénes son sus paisanos Osorio Chong y Jesús Murillo Karam, recién nombrados por el virtual presidente Enrique Peña Nieto como coordinadores de su equipo de transición, el primero de “diálogo y acuerdos”, y el otro de “asuntos jurídicos”.
Quiero irme de México
Lo sabe porque es hidalguense y los ha sufrido como gobernadores. Murillo lo fue de 1993 a 1998. Osorio, de 2005 a 2011. No hay quién le platique nada de ellos.
–¿Qué nos espera a los mexicanos con un Osorio como posible secretario de Estado, acaso de Gobernación? –se le cuestiona.
–Lo que debería estar pensando es en irme del país –responde. Debo confesar que tengo miedo. Hay un ataque sistemático en mi contra.
Gálvez en especial tiene estudiado a Osorio Chong, de quien presenció autoritarismo, persecución, amedrentamiento, cacicazgo y otras taras de un pasado que hoy es el “retorno de los brujos”.
No hay forma de olvidar el abuso que hizo el priista de su poder cuando era gobernador, para “aplastarla” –según sus propias palabras–, cuando fue candidata a la gubernatura en 2010, recuerda la ex funcionaria del gobierno de Fox.
Osorio sabía que si no conservaba Hidalgo para el PRI, la posibilidad de ocupar algún puesto en un eventual gabinete de Peña Nieto en 2012 se habría perdido. Por eso operó dentro y fuera de la ley para colocar a Francisco Olvera Ruiz como su sucesor, lo cual logró.
Y Xóchitl lo sabe porque por un estrecho margen acaba de perder en su aspiración como senadora este 1 de julio, de nuevo ante un PRI violento, gansteril, soberbio y cacique.
De entrada, Osorio es un ex gobernador cuyo paso por Hidalgo dejó su estado en el quinto lugar de pobreza a nivel nacional según estadísticas del INEGI, y en el sexto lugar, según Conapo, en 2010.
La entidad llegó al primer lugar en alcoholismo, y al primer lugar en consumo de cocaína y mariguana en 2012, entre jóvenes de 12-26 años.
Y conservó su quinto sitio nacional en corrupción, siendo además, uno de los estados menos competitivos y con mayor muerte materna.
Xóchitl relata anécdotas que permiten adentrarse en un personaje tan oscuro como Osorio Chong.
“Me corrieron”
Pese a que los dos nuevos pilares de Peña Nieto son paisanos de Hidalgo, no son amigos. Antes bien, se les conoce por pertenecer a grupos políticos contrarios. Sin embargo, coinciden bajo la sombra del mexiquense.
El pasado político de Murillo ha girado más en torno a gente como Francisco Labastida o Beatriz Paredes, ambos candidatos fallidos.
A Omar Fayad se le ubica localmente como parte de ese mismo bloque.
Murillo Karam es un hombre con poder económico, ligado al jugoso negocio de la construcción de la vivienda en Hidalgo. Fue gobernador en 1997, cuando se le ocurrió afirmar en uno de sus últimos informes, que en Hidalgo ya no existía la pobreza.
Cuando Xóchitl escucha eso, declara públicamente al respecto: “Qué poca madre”, porque veía pobreza en todos lados, pues se dedicaba a combatirla, narra, a través de una fundación contra la pobreza alimentaria, en la que colaboró Germán Dehesa.
Entonces recibe una llamada del secretario general de gobierno de Murillo. “Me amenaza y me dice que después de esa declaración mía, no soy bienvenida en Hidalgo”.
Comenta la política que se dio cuenta que los del PRI no dejan pasar una: cualquier declaración contra el gobernador es “atendida”. Se indignó de cómo podían hablar, para amedrentar, a una ciudadana que sólo se dedicaba a llevar ayuda a los más necesitados.
Luego en 1998 llega como gobernador Manuel Ángel Núñez.
Ésa es una etapa cómoda para Gálvez, ya que pertenecía al gobierno de Fox desde el 2000. Encabezaba la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI).
Incluso es felicitada a doble plana por Núñez por ser una hidalguense distinguida.
Y entonces, llega a la gubernatura Osorio en 2005. Está sin un peso, porque Núñez, en su afán de ser presidente, habría desfalcado a la entidad.
Sin embargo, por el contrario, la CPI ya contaba con un presupuesto de cerca de cuatro mil millones de pesos. Xóchitl pide a Fox no dañar a los hidalguenses y éste accede. Y van al 100% de inversión. Es decir, la entidad no tendría que pone nada en algunas obras.
“Cuando llego a poner la primera piedra del puente a Xochiatipan, me doy mi primer enfrentamiento con Osorio”, recuerda Gálvez, “porque está muchísima gente con camisetas rojas. Eran fechas de elecciones municipales.
La entonces funcionaria le dice a Osorio que no se baja del helicóptero si no manda a su gente quitarse las ropas alusivas al PRI.
“Me parecía que no estaba bien que se politizara una obra que era del gobierno federal. Y era lo de siempre, porras al señor gobernador, y adjudicarse todas las obras que se hicieran…”
Corrupción y contubernio
Después de ese episodio –rememora Xóchitl– le propone a Osorio terminar la carretera a Nicolás Flores.
El del PRI le entrega un proyecto cuyo costo ascendía a 38 millones de pesos.
“Cuando voy a dar el banderazo con él”, explica, “me entero que en lugar de ser 10 kilómetros del tramo carretero, iban a ser solo cinco…”
Pero la mujer no se queda con los brazos cruzados y manda realizar un estudio comparativo de costos. Concluye, y se lo comunica a Osorio Chong, que Hidalgo era el estado que hacía carreteras a un costo más elevado.
El gobernador se molesta mucho. Las cosas se ponen muy tensas. Pero Xóchitl visita luego muchas carreteras acompañada de la secretaria de Obras estatal, Paula Hernández, y le demuestra que se están construyendo con muy mala calidad.
“Empezamos a tener muchos problemas por el tema de la corrupción en Hidalgo”, apunta Gálvez.
“Me entero que las obras ni se licitan, se asignan de manera directa, que es un contubernio con un montón de constructoras locales”.
Enviados armados
Ya en el sexenio de Felipe Calderón, Xóchitl renuncia el 6 de diciembre de 2006 a la CDI, por considerar el presupuesto como insuficiente para sus necesidades más urgentes.
Corría el 2009, y en Hidalgo deciden adelantar el proceso electoral local para elegir nuevo gobernador. En lugar de hacer la elección en febrero de 2011, la fijan para julio de 2010.
Lo hacen porque observan el crecimiento de su eterna adversaria y desean acotarle la posibilidad de elevarse en las preferencias del electorado.
Además, acortan la duración del proceso, de tres meses, a solo 45 días.
“Conocí el autoritarismo en toda su expresión. Vi cómo a la gente la compraron y cuando no pudieron, la amenazaron”, dice Gálvez.
Para ella, Osorio es el mejor ejemplo de “aplastar” a los que no piensan como él, y si no puede por la buena, por la mala.
Además, Osorio ha sido denunciado ante la Procuraduría de Justicia por la ex candidata, por enviar gente armada a perseguirla.
“Tuve que pedir auxilio al presidente de la República”, ante las amenazas que recibía, asegura la hidalguense. Incluso, dice, “el Presidente Calderón se empezó a espantar de cómo fueron subiendo de tono las amenazas” en su contra, quien le puso escoltas.
Bajo amenaza
Fueron los momentos de mayor estrés, cuando a Osorio se le señala públicamente por sus presuntas ligas con Los Zetas.
“Cuando matan al candidato a gobernador en Tamaulipas, me doy cuenta que esto no solo son amenazas, sino que van en serio”, reflexiona.
Describe cómo se le fue encima “todo el aparato” de gobierno. Al grado de tener que poner una denuncia penal un mes antes de la elección, porque personeros de Osorio visitan a la tía de 80 años de Xóchitl la casa donde vivían ambas, a cambio de que grabe un video en contra de ella.
Estos operadores le ofrecen un millón de pesos a la anciana tía, a cambio de presentar una versión mentirosa de la vida de la entonces candidata: mentir alegando que no es hija de un alcohólico, que no vendía gelatinas, etcétera. Es decir, destruir su credibilidad.
Pero no lo logran. Acuden entonces con otros familiares. Y a uno de ellos, supuestamente, asegura Xóchitl, lo presiona el propio Osorio en persona, para grabar un video, o “se iba a la chingada”.
Xóchitl solicitó ante un notario una entrevista por parte del Sistema de Radio y TV hidalguense, y cuando se la otorgaron, la reportera la deja hablando sola adrede, y se pone a hablar por teléfono.
De todos estos acosos, esgrime Xóchitl, es también testigo quien fuera su coordinador de campaña, Jesús Zambrano, hoy líder del PRD, ya que la candidata fue lanzada por la alianza entre PAN y del PRD.
Para la ingeniera, está muy claro por qué Osorio no podía perder Hidalgo: su inclusión eventual en un gabinete de su amigo Peña Nieto, dependía de ello.
La represión
En el Hidalgo de Osorio Chong, “sí hay presos políticos”, plantea la panista.
El domingo 4 de julio de 2010, cuando se celebraron elecciones en Hidalgo, 50 policías locales irrumpen en una de las casas de campaña de la panista. Incautan sin orden de cateo, discos duros y equipo de cómputo usado para organizar a su gente con un sistema de especial.
Se llevan detenidos a todos sus ingenieros. Y les siembran un arma. Pierde por cuatro puntos. Pero aún así, no la dejan en paz.
Sigue a eso una fuerte represión contra ella y quienes la apoyaron. Por ejemplo, ocurre un asesinato de una persona en la comunidad indígena de El Alberto, donde luego culpan a los habitantes por supuestamente haber usado una pistola 45, cuando ellos no tenían este tipo de armamento.
Y se intenta acusar también a Xóchitl de estar de alguna forma involucrada en los hechos.
Obras inconclusas
“Es impresionante la cantidad de obras inconclusas” en Hidalgo, lamenta Gálvez. Mínimo, constituyen un 20 por ciento.
Entre éstas, Osorio Chong dejó en Hidalgo una carretera presupuestada en 45 millones de pesos, la que une Chapulhuacán-Cahuazas. Aún no está terminada luego de supuestos dos años de “trabajo”.
El sistema múltiple de agua de La Palma, con un costo de 14 millones y medio de pesos, no está en funciones.
La planta de tratamiento Xaltocán, no está trabajando tampoco.
“Que ya le pare”
Por último, Gálvez, denuncia estar siendo aún ahora hostigada en las redes sociales, con cientos de “trolls” que la agreden y amenazan.
Y reitera que no volverá a competir por un puesto de elección popular porque es imposible la equidad.
Y manda un mensaje directo al “coordinador de diálogo y acuerdos” de Peña Nieto, Miguel Ángel Osorio Chong:
“Que ya le pare. Que no siga interviniendo mis teléfonos. Tengo un aparato que detecta cuando están intervenidos y lo están. He empezado a tener miedo por primera vez. Porque soy un testimonio viviente de todo lo que sé de él”.
El equipo compacto de Osorio Chong
>Nuvia Mayorga, su secretaria de Finanzas. Ahora diputada plurinominal.
>Paula Hernández, secretaria de Obras Públicas.
>Carolina Viggiano, esposa de Rubén Moreira, actual gobernador de Coahuila.
>Ramón Ramírez, actual presidente del congreso hidalguense.
>Eugenio Imaz, operador.
>Francisco Olvera, actual gobernador de Hidalgo.