La posible alianza entre El Cártel del Golfo y Los Zetas podría llegar a Nuevo León con “la vieja escuela del narcotráfico”.
Esto debido a que según sus propias comunicaciones, esas dos organizaciones criminales estarían efectuando un reacomodo para frenar la extorsión, el secuestro y el derecho de piso que afectan a la población civil, pacto que se espera que se extienda a esta entidad.
El argumento de esta alianza entre CDG y Zetas que, incluso volantearon en algunos municipios de Tamaulipas, es volver a la “vieja escuela del narcotráfico” con sus tres códigos: respetar a la población civil, a las familias de los narcos y dividirse el territorio.
“Ya no cometeremos errores y vamos a depurar a nuestra gente que está en nuestras filas, que quieren andar de panocheos y mentiras”, cita el documento distribuido por ellos mismo en la red.
De hecho, hace una semana el procurador de Justicia de Nuevo León, Adrián de la Garza, hizo una declaración pública sobre este posible cambio de operaciones por parte de esas organizaciones.
“En este momento no tenemos bandas operando, son bandas que ya habían sido detenidas y que ya teníamos gente prófuga”, dijo el funcionario.
“La mayoría de estas bandas ya están totalmente desarticuladas, en algunos casos específicos tenemos uno o dos prófugos”.
Otro efecto de este proceso de pacto entre el CDG y Zetas es el operativo realizado la tarde del pasado martes 11 por agentes de la Policía Federal Ministerial y Mixta, en bares y cantinas de Monterrey.
Antros que ya históricamente eran vigilados y controlados por integrantes del crimen organizado para la extorsión y la venta de droga.
Este tipo de operativos ya no se realizaban desde hace años debido a los posibles enfrentamientos que provocarían.
Y cuando se llegó a implementar alguna acción de éstas por los federales, solamente se hizo si éstos eran apoyados por elementos del Ejército Mexicano.
El comunicado del pacto indica que Rogelio González Pizaña “El Kelin”, desertor del Cártel del Golfo y fundador de Los Zetas, y Juan Reyes Mejía González, “El R1”, líder de Los Rojos del CDG, habrían llegado a un acuerdo para no pelear entre sí.
Habrían sostenido una reunión en la “Frontera Chica” tamaulipeca, para llegar a una alianza denominada por ellos mismos “La Nueva Alianza de la Paz”.
No obstante, fuentes federales habrían informado que la junta se había realizado en la ciudad de Reynosa.
En el encuentro, ambos cárteles acordaron realizar un reacomodo de personal entre ambas organizaciones para frenar la extorsión, el secuestro y el derecho de piso, que afectan a la población civil tamaulipeca, dice un panfleto.
Pero este acuerdo se extendería a todas sus operaciones, incluyendo a Nuevo León.
“No se preocupen esto es pasajero, pronto se van a acabar los secuestros, extorisones y derechos de piso, habrá paz CDG y Zetas se vivirá en paz ”, cita el documento.
Aparentemente, “El Kelin”, también conocido como el “Z-2”, apenas salió libre del penal del Altiplano el pasado 30 de agosto de 2014.
Fue absuelto de los delitos de delincuencia organizada y de homicidio simple, en grado de tentativa, según la causa penal 56/2004.
Este lugarteniente que militó en ambas organizaciones, decidió llegar a un acuerdo de fusión con “El R1”, para disminuir la violencia que ha ocasionado la concentración de militares y fuerzas federales en Tamaulipas.
Con la alianza CDG-Zetas, según el comunicado, llegará la vieja escuela del narcotráfico que inició el Cártel del Golfo cuando fue liderado por Juan García Ábrego, capturado en 1996 en una quinta del municipio de Juárez, Nuevo León.
García Ábrego habría posicionado al Cártel del Golfo a la par del Cártel de Sinaloa y el Cártel de Ciudad Juárez.
Aprovechando que los puertos marítimos de Tampico, Matamoros y San Fernando son utilizados para el tráfico de drogas, Ábrego consolidó a El Cártel del Golfo y comenzó a transportar grandes cantidades de marihuana y cocaína.
En este periodo de la organización, los asesinatos solamente eran cometidos entre rivales y traidores del cártel.
Una violencia sistemática entre criminales, pero no existía la diversificación de los delitos como el secuestro y la extorsión, dentro de las actividades regulares de la organización delincuencial.
Pero al ser aprehendido el capo García Ábrego, el jefe de los sicarios de la organización, Osiel Cárdenas Guillén, conocido como “El Mata Amigos”, asesinó a una serie de integrantes del cártel para tomar las riendas del grupo criminal en 1998.
Fue la primera ocasión, documentada, en que un hombre señalado como líder de los sicarios de una organización, tomó la máxima jerarquía del cártel.
Acostumbrado a imponer la violencia, formó su brazo armado con exmilitares y lo llamó Los Zetas.
Esto ante la amenaza de que El Cártel de Sinaloa buscaba invadir y controlar la plaza de Tamaulipas.
La captura de Osiel, en marzo de 2003, originó reacomodos en el cártel.
Y luego, el 18 de enero de 2010, ocurrió la ruptura entre el CDG y Zetas debido a la muerte del líder Zeta, Víctor Peña Mendoza alias “El Concorde 3”, por órdenes de Samuel Flores Borrego “El Comandante Metro 3”, líder del Golfo en Reynosa.
“El Concorde 3” fue asesinado y Los Zetas pidieron que el CDG les entregara a “El Comandante Metro 3” para vengarse.
Como el CDG no lo hizo, estalló la ruptura.
Guerra que se extendió hasta los estados de Nuevo León y Coahuila.
Ahora, aparentemente el pacto de no agresión podría llegar a todos los estados fronterizos, en donde históricamente operan ambas organizaciones.
Sin embargo, falta que el Cártel del Golfo Nueva Generación, que opera en Matamoros, acepte también entrar al acuerdo.
¿Ya sabía Mauricio?
El exalcalde de San Pedro, Mauricio Fernández Garza, reveló hace dos semanas que habría una tregua entre los cárteles de la droga, por el cual habría una clara disminución de la violencia.
Y Fernández, en temas de narcotráfico, lleva varios anuncios antes que la propia autoridad investigadora.
En su primer mensaje como alcalde de San Pedro, el 31 de octubre del 2009, ante empresarios y políticos reveló la muerte del capo Héctor “El Negro” Saldaña.
Informó que “El Negro” en la Ciudad de México, junto con su hermano Alan “El Flaco”; su medio hermano Carlos Saldaña Rodríguez y el joven César Rodríguez, estaban muertos dentro de una camioneta Equinox 206 plateada, con placas de Nuevo León.