¿País vanguardista o discriminador?

El camino aún es largo para la comunidad LGBTTI+. México no será un país de avanzada en derechos humanos hasta que no implemente políticas públicas que combatan la discriminación desde una edad temprana.

La aprobación del Senado al dictamen que otorga derechos de seguridad social a los matrimonios igualitarios, como el acceso a pensión por viudez y atención médica es un gran progreso, pero para lograr un verdadero cambio se deben replantear políticas públicas que ataquen este problema cultural desde la educación básica, señala el politólogo de la UNAM, Ulises Corona.

“Por supuesto es un gran avance, pero disto mucho de decir que somos una sociedad completa, que somos una sociedad moderna, que estamos en una sociedad terminada porque seguimos teniendo serios problemas con las comunidades indígenas, con adultos mayores y por supuesto con este grupo de la sociedad”, explica.

En escuelas como preparatorias aún existe una gran segregación y señalamientos para los integrantes de la comunidad LGBTTI+ que tiene que ver con un tema de formación social, cultural, de educación, de integración y de aceptación, por lo que Corona insta a trabajar en la familia y en la escuela.

“Para que sea una mentalidad más abierta, más saludable, más incluyente, más tolerante, con una mayor capacidad de preservar, de perdonar, de aceptar, de incluir, dejando de lado el racismo, el clasismo, por supuesto todo lo derivado de ella, pero es una cuestión de educación”, dice el académico.

Alaín Pinzón, activista y defensor de los derechos humanos, explica que a nivel nacional la comunidad LGBTTI+ vive un momento delicado y difícil porque hay estados muy atrasados en esta materia, por lo que se espera que la nueva administración arrope la agenda de la diversidad sexual como suya de manera respetuosa.

“Lo que nosotros tenemos como punto básico de demanda es la creación de los consejos estatales para prevenir y eliminar la discriminación, porque si bien ya tenemos Conapred (Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación), que ahorita tiene una ley muy básica con la que está funcionando y no nos está dando los resultados que nosotros estamos esperando y pidiendo”, dice Pinzón.

Aunque en la capital existe el Consejo para Prevenir y Eliminar la Discriminación de la Ciudad de México (Copred), aún hay muchas cosas pendientes. “No estamos en un oasis de derechos aquí en la ciudad, me parece que tenemos temas importantes que tratar aquí, pero sin embargo sí tenemos una progresividad de estos derechos”.

En el caso de las reformas a las leyes del IMSS y del ISSSTE que permiten a las personas del mismo sexo gozar de las prestaciones en materia de derechos sociales, explica que para que sea operativa el primer punto es homologar el matrimonio civil igualitario en todo el país.

“Aunque la Suprema Corte de Justicia ya se pronunció a favor del matrimonio igualitario no ha habido un interés en las legislaturas estatales de homologar y de tomar en cuenta estos mandatos para entonces armonizar estas leyes y estos códigos que son a todas luces discriminatorios porque viene plasmado hombre y mujer el matrimonio civil”, señala.

Una legislación del reconocimiento de la identificación de género que beneficiaría a las personas trans y una que otorgue salud integral a las personas de la diversidad sexual son los próximos pasos que se deben de seguir en el Senado y en la Cámara de Diputados, explica.

Este avance que se da a nivel legislativo es resultado de la lucha que desde hace 40 años han tenido las y los activistas de la comunidad de la diversidad sexual y sólo se está avalando en el Congreso de la Unión.

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