La renovación de la militancia del Partido Acción Nacional de Nuevo León ha operado con fallas y con más dudas que certezas.
Hasta fue calificado como un proceso selectivo, complicado, tardado, sin difusión y con caídas del sistema de cómputo, esto último aparentemente provocado por personal del Comité Directivo Estatal del PAN, que encabeza Mauro Guerra Villarreal.
Todo esto ha ocasionado el desánimo de miles de panistas, quienes aseguran que son trabas, y mejor han decidido no renovar su militancia albiazul, abriendo la puerta para inscribir a nuevos socios que reforzarían el grupo del senador Raúl Gracia, al que pertenece el dirigente albiazul.
“Eso no lo descarto para nada… porque ahora que Mauricio (Fernández Garza) dijo que no buscaría una reelección para (la alcaldía de) San Pedro, esto debilitará a Gracia, por eso sí creo que intente reforzar su grupo”, dijo un agremiado, quien pidió el anonimato.
Cabe recordar que Mauro Guerra, con el apoyo de su amigo, el senador Raúl Gracia, llegó a convertirse en el dirigente del Comité Directivo Estatal albiazul.
Todo apunta a que Guerra está devolviendo el favor al senador.
Esta reafiliación empezó en Nuevo León hace casi un mes, y en esta semana se acabaría el proceso. Pero las quejas cada vez son mayores y subieron de tono.
Varios panistas aseguran que a veces ni siquiera están abiertos los comités municipales, y en otros casos hasta hay filas para la validación de la militancia.
“Te puedo decir que el proceso es muy complicado y hay fallas en el sistema… la verdad está muy mal”, dijo un miembro que acudió a renovar su militancia en el Comité Municipal de Monterrey.
Existen personas en los comités haciendo preguntas o llenado cuestionamientos, que agravan aún más la situación, pues los panistas, sobre todo los que tienen un puesto en Municipio, se sienten intimados.
“Hacen preguntas como ‘¿por qué quieres reafiliarte?, ¿por qué quieres estar en el PAN? ¿Y en qué grupo quieres estar?’”, reveló un militante.
Reporte Indigo constató las fallas del sistema de cómputo en el Comité Municipal de Guadalupe, donde varios militantes decidieron retirarse sin renovar su registro como panista activo.
“Es un mugrero… la verdad no sirve para nada la afiliación, solo sirve para identificar a los grupos al interior del partido, para eso es”, se quejó un militante.
Prevén caída de militantes
La reafiliación de la militancia panista de Nuevo León solo ha revelado que a muchos no les interesa pertenecer a Acción Nacional, pues hasta el momento la respuesta ha sido negativa.
Fuentes consultadas por Reporte Indigo aseguran que el actual padrón de 35 mil militantes caería en un 50 por ciento.
Por ejemplo, en Monterrey la afiliación debería ser de un estimado de 9 mil panistas, y según una fuente regia hasta el momento se ha reafiliado alrededor de mil 700 albiazules.
“Nombre, vemos que son menos… si acaso llegamos a mil 700 militantes que han renovado su credencial. Hasta donde tengo entendido no hay mucha participación de las personas, porque es muy complejo el proceso”, dijo el informante.
En Guadalupe, hay una militancia de 4 mil 169 agremiados, pero ahora solo ha llegado a unas mil personas.
“Ojalá y llegamos a más de mil… la gente no quiere afiliarse, falta difusión y un sistema más ágil”, dijo una fuente panista de ese municipio.
Estima que cada personas que acude al proceso de renovación tarda por lo menos 10 minutos, provocando un desánimo generalizado en el PAN de Nuevo León.
Siempre en disputa
Hstóricamente, grupos de poder hacia el interior del PAN buscan acaparar la mayor militancia y luchan por el control de esta organización política, y en esta reafiliación no hay excepción.
Se trata del grupo del senador Raúl Gracia en San Pedro; el Grupo San Nicolás, donde su cabeza visible es Zeferino Salgado Almaguer; el grupo de la División del Norte, que encabeza José Serrano en Monterrey; y el recién formado, el Grupo de Santa Catarina, de Víctor Pérez.
Todos buscan afianzar su estructura política albiazul y controlar las Alcaldías, las curules en el Congreso y, sin duda, el Comité Directivo Estatal del PAN.
Fuentes albiazules aseguran que ahora, aprovechando el descontento de los panistas más conservadores, estos grupos buscan meter a su gente ofreciendo trabajo en los Municipios.
Juegan con la necesidad de la gente para buscar un empleo estable, a cambio de su apoyo en las elecciones internas del consejo directivo y dirigencia estatal.
Pero esto política interna solo ha sido un fracaso para el panismo de Nuevo León. Y las cifras no mienten.
Con la derrota en la elección del 7 de junio del 2015, que cimbró los cimientos del PAN al colocarse en el tercer lugar, acumularon 18 años sin poder ganar la gubernatura, es decir, no tiene un argumento sólido para convencer a la ciudadanía.
Su último candidato, Felipe de Jesús Cantú, obtuvo menos de 400 mil votos.