Para acabar con las preferentes
Las iniciativas preferentes, como la reforma laboral que se discute en el Congreso, podrán pasar en un tris a ser ordinarias como todas las demás.
El diputado priista Francisco Arroyo Vieyra presentó una iniciativa para modificar la Ley Orgánica del Congreso de la Unión y prorrogar 30 días más las iniciativas preferentes que sean modificadas por la Cámara revisora.
Armando EstropLas iniciativas preferentes, como la reforma laboral que se discute en el Congreso, podrán pasar en un tris a ser ordinarias como todas las demás.
El diputado priista Francisco Arroyo Vieyra presentó una iniciativa para modificar la Ley Orgánica del Congreso de la Unión y prorrogar 30 días más las iniciativas preferentes que sean modificadas por la Cámara revisora.
La idea es que ante una situación como la originada por la reforma laboral se haga una reunión de las juntas de coordinación de ambas cámaras del Congreso, lo que se conoce como Conferencia legislativa, y con un lapso de 30 días más, además de los 60 que actualmente marca la Constitución, se aprueben este tipo de proyectos legislativos.
Serían entonces un total de 90 días. Con esto se empata en el plazo total que tienen las iniciativas ordinarias para su evaluación. Es decir, que ambas tendrían la misma temporalidad para ser avaladas. De preferente ya no tendrían nada.
El proyecto de reforma presentado por el legislador nace después de que en el Senado se modificara la reforma laboral y regresara a la Cámara de Diputados creando una discusión sobre si perdió o no su calidad de preferente.
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“Dada la urgencia que supone el estudio de los proyectos de ley o decreto con carácter preferente y a efecto de que ambas cámaras elaboren sus dictámenes con celeridad, las comisiones respectivas deberán sancionar, en tal caso, en conferencia, conforme a las disposiciones reglamentarias.
“Dado el carácter prioritario de los proyectos de ley o decreto, materia de la presente iniciativa, es importante que en la Ley se disponga que el procedimiento legislativo, regulado en el artículo 72 constitucional, concluya en un plazo no mayor a 30 días naturales, contados a partir de que la Cámara de origen reciba la última minuta de la Cámara revisora”, dice el texto de la iniciativa.
Es decir añadir 30 días más a los que ya se establecen actualmente. Las iniciativas ordinarias, reguladas por el artículo 183 del reglamento interno de la Cámara de Diputados, tienen un plazo de 45 días para ser dictaminadas.
Pero se puede conseguir, a petición del presidente de la Comisión, otros 45 días para un total de 90 días. El mismo tiempo que se busca poner para las iniciativas preferentes en caso de ser modificadas.
En la iniciativa del diputado priista se explica que el carácter de preferente a una iniciativa es por la urgencia y necesidad de que sea aprobado determinado proyecto.
Lo explica así: “Se propone que el Presidente de la República, como responsable de la acción de gobierno, tenga la facultad de presentar iniciativas para trámite preferente, con objeto de que éstas sean resueltas por el Congreso en un breve lapso.
“Lo que se propone es un instrumento que fortalezca la colaboración entre el Congreso de la Unión y el Poder Ejecutivo Federal. Se trata de prever la atención legislativa preferente de aquellas iniciativas que la ameriten, cuando se trate de asuntos cuya relevancia, trascendencia y urgencia a juicio del Presidente de la República, así lo justifiquen”.
Pero la prórroga a la que le abren espacio hace que en temporalidad pierda ese carácter. Arroyo dice en su exposición de motivos que el trámite que se dio a las dos iniciativas preferentes presentadas por Felipe Calderón el 1 de septiembre pone de manifiesto que urge una legislación secundaria en la materia.
“Con el propósito de que, al iniciar el segundo periodo ordinario de sesiones el 1 de febrero, el presidente Enrique Peña Nieto cuente con un marco normativo que otorgue certidumbre al trámite legislativo que se dará”, dice el texto.