Peligro Monreal acecha al PRD
Ricardo Monreal está muy seguro de que ninguno de los fantasmas que vinculaban a uno de sus hermanos con el narcotráfico aparecerá en su campaña.
Tan seguro está que solicitó al Instituto Electoral del Distrito Federal (IEDF) la organización de cinco debates públicos que involucren a los candidatos de todos los partidos que quieren gobernar la delegación Cuauhtémoc.
El zacatecano va con todo en su intento de arrebatarle este bastió al PRD.
Icela Lagunas
Ricardo Monreal está muy seguro de que ninguno de los fantasmas que vinculaban a uno de sus hermanos con el narcotráfico aparecerá en su campaña.
Tan seguro está que solicitó al Instituto Electoral del Distrito Federal (IEDF) la organización de cinco debates públicos que involucren a los candidatos de todos los partidos que quieren gobernar la delegación Cuauhtémoc.
El zacatecano va con todo en su intento de arrebatarle este bastió al PRD.
Como parte de su estrategia, ayer solicitó a través de un oficio dirigido al presidente del IEDF, Mario Velázquez Miranda, la organización de los cinco debates, sin excluir a nadie.
El diputado con licencia Quiere debatir con José Luis Muñoz Soria, candidato del PRD, Panal y PT; Alexander Flores Montesinos, del PAN; y Alejandra Barrios Richard, del PRI y PVEM.
Los temas a discutir entre los aspirantes a jefe delegacional en Cuauhtémoc que propone el candidato de Morena son: presupuesto base cero, inseguridad, precariedad social, servicios públicos y cultura.
“Proponemos que estos cinco debates se realicen en las colonias de la delegación que así convengan. En particular, el debate sobre inseguridad proponemos que se desarrolle en la colonia Morelos, en el barrio de Tepito”, expuso en el documento enviado al IEDF el experredista Agustín Guerrero, vocero y representante de Ricardo Monreal.
Lo que buscan con estos cinco debates, dice el documento, es confrontar las propuestas de la agenda de cada uno y piden que sea con público como observador.
“Que hacerlo de frente a la ciudadanía contribuye a acotar la simulación”, puntualiza.
Monreal Ávila confía que en estos debates podrá exhibir principalmente al candidato perredista José Luis Muñoz Soria, quien ya gobernó con anterioridad la Delegación Cuauhtémoc y tiene el papel del rival a vencer.
“Quiero evidenciarlos de que han hecho de la delegación un muladar, por eso los invito a que debatamos”, ha externado públicamente el zacatecano durante sus mítines.
Los trapos sucios
Históricamente los debates públicos entre candidatos han sido el recurso más socorrido para ventilar ante los ciudadanos los claroscuros de cada uno, golpes bajos, historias de corrupción y demás.
En este caso, el candidato del PRD en Cuauhtémoc es el blanco perfecto para el representante de Morena.
Monreal busca sacar los trapos sucios de las administraciones perredistas, que históricamente han gobernado la demarcación que se ubica en el corazón de la capital y que alberga algunos de los sitios más emblemáticos del país.
Lujos y excesos
Si de escándalos se trata, José Luis Muñoz Soria es experto.
Desde su primera administración al frente de la Cuauhtémoc, los gustos del exdelegado han dado de que hablar en los medios de comunicación que le han documentado compras de lujo que no coinciden con la ideología de un candidato de izquierda.
Como prueba de estos episodios, en el 2008 se hizo pública la compra de un lujoso vehículo BMW Z4, que en ese momento oscilaba en los 50 mil dólares más gastos de transportación.
El ostentoso descapotable, dos plazas, no era la única compra que reportó el excéntrico delegado a la Contraloría General del Distrito Federal.
También destacaban una Jeep Wrangler y una Mazda CX7 que en ese momento superaban más de medio millón de pesos.
El candidato ha recibido el impulso del secretario de Gobierno, Héctor Serrano, desde la corriente Progresista que encabeza.
Entre los escándalos más recientes de Muñoz Soria está la enorme estructura familiar que ha logrado meter a la delegación Cuauhtémoc en diferentes puestos, que le aseguran la perpetuidad a él y los suyos.
Apenas hace unas semanas la esposa de Muñoz Soria, que era la directora de Desarrollo Social, tuvo que dejar el cargo ante el escándalo de unas despensas que se almacenaban para repartirse en temporada electoral.
La otra rival
Alejandra Barrios Richard, la candidata del PRI y del Verde Ecologista, se curtió en las calles peleando hasta con sangre los espacios del ambulantaje en la capital.
Fue recluida en el 2003 como probable responsable del delito de homicidio calificado en contra de Jorge Ramírez Espíndola, esposo de María Rosete, enemiga histórica de Barrios Richard, ocurrido en calles del Centro Histórico en medio de una batalla campal por los espacios de ambulantaje.
En el 2005, pese a que la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF) acusó que existía elementos suficientes de su culpabilidad, la líder del ambulantaje dejó la prisión y fue recibida con porras y rosas rojas por sus agremiados.
Barrios Richard y el PRI “hasta la muerte”, dijo al abandonar la prisión, luego de que la PGR intervino con un peritaje de un video en el que se aprecia que Barrios Richard estaba en otro lugar al momento en que fue asesinado el esposo de Rosete.
Sin ir más lejos, al inicio de este año, el hijo de la dirigente de ambulantes, Rubén Jiménez Barrios, fue consignado al reclusorio por tentativa de homicidio al herir de bala a una niña de siete años cuando forcejeaba con el padre de la menor en plena disputa de espacios para ambulantes.
Las manchas del zacatecano
Ricardo Monreal tiene blancos para afinar puntería, pero que no olvide que también hay sombras en su historial.
En la Procuraduría General de la República (PGR) existe la indagatoria 144/2009, a partir de la cual se investigó a su hermano Cándido Monreal por presuntos nexos con el narco.
De aquel episodio se sabe que a raíz de una misteriosa denuncia anónima, en el 2009 el Ejército Mexicano encontró casi 15 toneladas de mariguana en la deshidratadora de Chile de San Felipe, presunta propiedad de uno de los hermanos Monreal, de Zacatecas.
El vocero de la PGR, Ricardo Nájera, declaró públicamente que el entonces senador Ricardo Monreal no sería llamado a declarar, pues no había imputaciones en su contra.
Años más tarde, el vocero de la PGR se convirtió en el vocero de Miguel Ángel Mancera Espinosa, cuando era el procurador de justicia del Distrito Federal.