Peligro peatonal

Cruzar una avenida en la Ciudad de México a través de un puente peatonal se ha convertido en un riesgo latente para los capitalinos.

“No la hagan de pedo y entréguenme los celulares”, son las palabras que recuerda haber escuchado Sebastian Padrón mientras una pistola le apuntaba a él y a su novia al descender una de las escaleras del puente peatonal ubicado en el cruce de la avenida Río Churubusco y la calle Privada de Corina.

“Cuando íbamos bajando, dos sujetos se acercaron al puente en una moto y no nos dio tiempo de nada. ¿Quieren que les meta un plomazo? Nos dijo y fue ahí cuando entregamos los celulares”, rememora el joven de 25 años.

Tras el asalto, la pareja tocó el botón de pánico más cercano y dos policías en una patrulla se hicieron presentes en cuestión de minutos. “Nos pidieron las características del vehículo y sus tripulantes. Les dijimos lo que nos había quitado y disque llamaron a un Centro de Mando para revisar las cámaras”, relata Sebastian sobre los hechos ocurridos el pasado 25 de enero.

“Al final, los policías dijeron que habían dos opciones: ir a la alcaldía Benito Juárez con la parte involucrada o ir al Ministerio Público a levantar un acta, aunque sé que la denuncia sirve para dejar un antecedente ya no fuimos a ningún lado por falta de tiempo, sumado a que los policías no fueron buenos para prestarnos siquiera un celular para hacer una llamada o acercarnos a algún Metro”, recrimina.

A casi dos meses de los hechos, el joven reflexiona sobre si tal vez el sitio hubiese estado más iluminado o simplemente se contara con vigilancia permanente el atraco no hubiera ocurrido.

Puentes olvidados

Durante un recorrido por diversos puentes peatonales situados en vías primarias y secundarias de la capital, Reporte Índigo constató que el estado actual de las estructuras se mantiene descuidado, ya que algunos llegan a estar vandalizados o sin mantenimiento, mientras que otros se han convertido en basureros o en guaridas de indigentes.

En el localizado junto a la Glorieta de Vaqueritos, sobre Periférico, el enmallado metálico de los barandales ha comenzado a deteriorase, además de que el alumbrado resulta insuficiente por la noche debido a su extensión, ya que dicha estructura se compone por cuatro ramales de acceso y salida.

Sobre calzada de Tlalpan, entre las calles Textitlán y Av. Fresno, el puente se encuentra sucio y los cables de alta tensión rozan el pasamanos de uno de los extremos, mientras que del lado de la UVM Coyoacán, una especie de campamento ha sido montado por personas en situación de calle.

A la altura de la estación de Metrobús Corregidora de la Línea 1, en Insurgentes Sur, el puente elevado yace en un estado regular, sin embargo, ninguno de sus dos ascensores funciona, lo cual ha provocado que en los extremos se acumule basura y que a la vez esos espacios sean usados como sanitarios.

Sobre el Anillo Periférico, a la altura del centro comercial Perisur, el puente es vigilado por un elemento de la Policía Bancaria e Industrial (PBI), sin embargo, sus dos elevadores han dejado de dar servicio y sus casetas exteriores de vidrio lucen graffiteadas y con publicidad. Sobre la misma estructura, destaca la presencia de vendedores informales.

En el perímetro de la alcaldía Xochimilco, los puentes con elevadores localizados en los cruces de Plan de Muyuguarda y Constitución de 1824, así como de Prolongación División del Norte y la avenida Guadalupe I.Ramírez, se encuentran vandalizados y sin funcionamiento mecánico, además de que no son utilizados por usuarios.

Sobre el Circuito Interior, los puentes situados entre las calles Darwin y Bahia de la Ascensión se encuentran en un estado regular, no obstante, ambos cuentan con poca iluminación y algunos tramos quedan parcialmente cubiertos por copas de árboles.

Riesgos y deficiencias

En la Ciudad de México existen 890 puentes peatonales, sin embargo, un 70 o 75 por ciento no cumplen con las mínimas normativas de seguridad y accesibilidad, ya que incluso obedecen más a una lógica de libre tránsito vehicular que peatonal, explica Sergio Andrade Ochoa, coordinador de salud pública de la asociación civil Liga Peatonal.

“Muchos puentes terminan en baquetas que no llegan a ningún lado y que carecen de rampas de accesibilidad, los ascensores que han llegado a tener algunos dejan de funcionar a los dos meses de ser inaugurados, no hay alumbrado público y muchas veces se trata de infraestructura descuidada”, dice.