Pemex: ¿Maquillaje o maquinación?
Petróleos Mexicanos podría haber sufrido un megadesfalco de 400 mil millones de pesos debido a pérdidas no reportadas por su filial Pemex Exploración y Producción durante el ejercicio de 2009.
Georgina Howard
Petróleos Mexicanos podría haber sufrido un megadesfalco de 400 mil millones de pesos debido a pérdidas no reportadas por su filial Pemex Exploración y Producción durante el ejercicio de 2009.
Lo habría hecho mediante una maniobra contable en la que la paraestatal compensó la pérdida de su subsidiaria con una “cuenta por cobrar” por la misma cantidad. Buscaba que tuviera efectos nulos en el estado de resultados de la empresa.
Las pérdidas podrían estar asociadas a la inversión en instrumentos de deuda, aunque esto aún no está confirmado.
Documentos en poder de Reporte Indigo comprueban que Pemex creó una cuenta que llamó “Transacciones entre Organismos No Compensables” para ocultar el presunto desfalco.
De acuerdo a los reportes de la Auditoría Superior de la Federación (ASF), Pemex se habría valido de un artificio contable para no transparentar las pérdidas de 2009.
La Dirección Corporativa de Finanzas de la paraestatal giró un oficio el 3 de febrero del año pasado –el DCF-SUCOFIGC-56-2011– para que ejecutivos de su filial Pemex Exploración y Producción eliminaran de los libros contables la pérdida y la trasladaran a la empresa pública como un activo.
De acuerdo al consultor financiero Gabriel Reyes Orona, como por “arte de magia” se borró de toda contabilidad la pérdida de 398 mil 564 millones 718 mil pesos que tuvo la filial.
Esa pérdida se trasladó como una cuenta por cobrar, rubro donde hay un rezago de más de 13 años en cuanto a revisión.
El ex procurador fiscal de la Federación (2001) considera que el monto del quebranto descubierto en 2009 equivale a 10 veces el escándalo de la deuda de Coahuila, a dos tercios del Fobaproa, a 400 Estelas de Luz. Son 30 mil millones de dólares en un año.
“Si pusiéramos esta misma cifra multiplicada por 10 años, estaríamos hablando del mayor quebranto registrado en la historia del país, el mayor acto de corrupción. La administración panista (del entonces presidente Vicente Fox) fue responsable de este boquete en las finanzas públicas del país”.
Al constatar, ya desde entonces, que estos instrumentos iban a ser un fracaso financiero en materia de finanzas públicas, quedaron como grandes guardianes el actual gobernador del Banco de México Agustín Carstens y el director general de Pemex Juan José Suárez Coppel.
Responsables PRI y PAN
Y es que durante el sexenio de Fox, su gobierno ocultó las pérdidas del Proyecto de Inversión con Impacto Diferido en el Gasto Público –los llamados Pidiregas–, que fue creado en 1994 a fin de obtener recursos para el pago de la deuda con Estados Unidos.
Los responsables de esta operación fueron el entonces secretario de Hacienda, Agustín Carstens, y el entonces director de Finanzas de la paraestatal, su actual titular José Antonio Suárez Coppel, revela Reyes Orona.
Ellos “son los grandes guardianes de cómo una administración ineficiente ha tenido un caudal de financiamientos engañando sobre su perfil financiero y su verdadero valor”.
“El Consejo de Pemex no se ha enterado”, explica el también representante del Instituto Mexicano de Estudios Legales, “pero además carece de facultades para autorizar una barbaridad de este tamaño, no lo puede autorizar”.
La Dirección General de la empresa ha sido “muy cuidadosa de no reportar, informar, cruzar información financiera y contable al Consejo de Administración, además de que no tiene atribuciones para simular la desaparición de una pérdida”.
Reyes Orona advierte que “se desconoce cuál es el nivel de pérdidas suprimidas con el ‘perverso mecanismo’” de los Pidiregas.
“Si tan solo el boquete detectado en 2009 fue de casi 400 mil millones de pesos, en una década el monto es monstruoso, y eso hablaría de una erosión del patrimonio de la paraestatal como nunca antes en la historia lo habría habido”, agrega.
A su juicio, se trata de una condición “sumamente riesgosa, inestable y peligrosa, un descuido inexplicable” de las administraciones panistas de Vicente Fox y Felipe Calderón.
Exigen comparecencia
Esthela Damián Peralta, presidenta de la Comisión de Vigilancia de la Auditoría Superior de la Federación, solicitó para hoy la comparecencia de Suárez Coppel ante la Comisión Permanente del Congreso para que explique esta operación contable.
“Estamos hablando de una cantidad exorbitante, de una descarada artimaña para eliminar una pérdida (…) que se fue traspasando contablemente como una cuenta por cobrar a cargo de Pemex Corporativo”, declaró la ex asambleísta.
En su opinión, Pemex Corporativo registró como un incremento de sus inversiones en organismos subsidiarios este enorme pasivo, sin atender las condiciones necesarias, como la aportación específica, el fundamento técnico y la autorización del Consejo de Administración.
La legisladora añadió que la pregunta obligada a Suárez Coppel es en qué conceptos, por qué montos, sin son personas físicas, si son morales, a qué rubros específicos corresponde este pasivo.
Damián Peralta coincide con lo que dice Reyes Orona: “Es importante que cese este maquillaje contable para cubrir una pérdida y que entremos en una reevaluación de la empresa, mejor administración y optimización de los recursos de esta paraestatal”.
Los Pidiregas, la deuda oculta
En l994, Santiago Levy, entonces subsecretario de Egresos de la Secretaría de Hacienda, creó los Proyectos de Inversión con Impacto Diferido en el Gasto Público (Pidiregas), que son esquemas independientes e individuales, fuera del balance oficial del sector público. Como es el caso de Pemex.
En un principio, el gobierno del entonces presidente Zedillo consideró que este esquema generaría sus propios ingresos para financiarse, lo que le permitiría tener recursos para pagar la deuda de México con Estados Unidos.
Los Pidiregas no habrían tenido problemas si las premisas con las que se crearon hubieran sido ciertas, pero con los años, se comprobó que las bases conceptuales eran un sofisma porque los préstamos que se pidieron para desarrollarlos eran reales.
Sin embargo, el gobierno sobredimensionó los ingresos que esperaba obtener, y al cabo de los años, cada uno de estos proyectos tuvo un endeudamiento real que ahora el país debe pagar.
Cada proyecto Pidiregas es un fracaso, “un pequeño quebranto” que se va acumulando con los años y Pemex Exploración los reporta a través de la mecánica contable de falsear la realidad financiera y patrimonial del corporativo.
Al tener Pemex una pérdida de este tipo a través de su filial, genera un activo porque lo hace ver como una inversión para los mercados, pero el adeudo queda a cargo del corporativo.
Con estos movimientos de maquillaje contable, se endeuda la empresa y se reparten los ingresos que por ese hidrocarburo recibe Pemex al financiar la operación con la colocación de deuda en los mercados internacionales.
Seguir creciendo a través del financiamiento por la colocación de valores y repartiendo lo que no es excedente –porque a Pemex no le sobra nada– es “perverso e insostenible” para las finanzas de la empresa.