Sumándose a la ola de optimismo mexicano, el periódico con sede en la capital estadounidense, destacó en su principal editorial del viernes la reciente voluntad política en el país para aprobar reformas.
De acuerdo con la columna de opinión, el escenario actual de cooperación política contrasta con las décadas de estancamiento en el Congreso de la Unión, que hacía cualquier cambio “casi imposible”.
Entre estos cambios, subraya las reformas laborales y educativas, que harán más fácil contratar y despedir trabajadores y le han restado poder al sindicato de maestros.
Esta segunda, de acuerdo con el diario “quitó a los sindicatos su control corrupto sobre plazas en el magisterio”. El diario también destaca la propuesta de cambio al marco legal de telecomunicaciones, que podría acabar con el duopolio en televisión y telefonía.
“Las reformas significan ir en contra de algunos de los personaje más poderosos del país: Carlos Slim, el hombre más rico del mundo, y Emilio Azcárraga, dueño de Televisa”, enfatiza el editorial.
Si bien la reforma de telecomunicaciones no afectará sustancialmente a los oligarcas porque podrán entrar a mercados antes fuera de sus límites, lograrlas representa un avance importante para el país, señala el matutino.
De acuerdo con el Washington Post, las reformas son posibles gracias al Pacto por México que el presidente Enrique Peña Nieto logró negociar con los demás partidos políticos.
Lo que viene
De las reformas que podrían venir pronto se enlistan la energética, que permitiría la inversión extranjera en la extracción de petróleo, y la fiscal, según el periódico.
“Si el presidente se saliera con la suya, iniciativas más grandes y políticamente sensibles están en camino”, señala el editorial, que toca de manera superficial el tema de la “guerra contra las drogas”, afirmando que algunos dentro de la administración de Barack Obama quisieran ver de sus contrapartes mexicanos más recursos y esfuerzos en el combate a los cárteles.
El Washington Post destacó que “ahora, bajo el presidente Peña Nieto, los mexicanos están probando que los pactos políticos grandes pueden suceder, y que las democracias pueden enfrentar a sus problemas más difíciles”.
En una clara alusión al estancamiento político en su país, el editorial termina sugiriendo que Washington debería tomar enserio el ejemplo mexicano.