Pendientes en el mejoramiento de la calidad del aire

La contaminación del aire prevaleció en el 2020 a pesar de la contingencia sanitaria, por lo que activistas llaman a atender los pendientes para reducir las emisiones y evitar que el panorama de la pandemia se agrave
David Martínez David Martínez Publicado el
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En el 2020, más de la mitad del año la calidad del aire fue mala a pesar de la suspensión de actividades económicas por la pandemia de COVID-19.

Activistas consideran que esto demuestra que aún hay pendientes importantes en política ambiental y de calidad del aire, como la homologación de las medidas para reducir las emisiones en el Valle de México.

Lo anterior debe ser resuelto en este 2021 para que la contaminación no sea un factor que agrave la situación de la pandemia y provoque más muertes.

El 23 de marzo de 2020, la contingencia sanitaria inició oficialmente y se suspendieron las actividades no esenciales, lo que redujo el tránsito vehicular hasta 70 por ciento durante los meses de mayo y junio pasado, según datos sobre la movilidad en la contingencia sanitaria por COVID-19 de la Secretaría de Movilidad (Semovi).

A pesar de estas cifras y de que el tránsito vehicular se mantuvo durante el resto del año por debajo de los meses previos al inicio de la contingencia, la contaminación siguió en niveles altos.

Datos estadísticos del Monitoreo de la Calidad del Aire en el Valle de México de la Secretaría del Medio Ambiente (SEDEMA) de la capital, muestran que en 2020 hubo 208 días con concentraciones de ozono en el aire superiores a los 100 puntos en el Índice Metropolitano de la Calidad del Aire (IMECA).

Lo anterior significa que en el 56 por ciento del año, la calidad del aire respecto a ozono fue mala.

El ozono es una sustancia que se deriva de otros contaminantes de la atmósfera que en concentraciones altas agrava los síntomas de bronquitis, asma y demás enfermedades respiratorias, señala el artículo del Centro Nacional de Prevención de Desastres (CENAPRED) titulado “El ozono como contaminante del aire y riesgo para la salud”.

En cuanto a las partículas finas PM2.5, los datos del Monitoreo de Calidad del Aire señalan que en 2020 los días con concentraciones superiores a los 100 puntos fueron 26; es decir, pese a la contingencia, en 7 por ciento del año hubo presencia alta y riesgosa para la salud de dicho contaminante.

Mientras que en 119 días del año pasado, las concentraciones de partículas PM10 se reportaron por encima de los 100 puntos, es decir, el 32 por ciento del año.

Ambos tipos de partículas agravan las enfermedades respiratorias y están relacionadas con causas de muerte prematura como paros cardiorrespiratorios y por padecimientos pulmonares, señala información disponible en el portal electrónico de la Organización Mundial de Salud (OMS).

En el 2020 se suspendieron las actividades no esenciales y el tránsito vehicular disminuyó, pero la contaminación tuvo niveles altos

¿Qué falta para mejorar la calidad del aire?

Existen pendientes importantes en términos de calidad del aire que deben ser atendidos porque está demostrado que el riesgo de presentar complicaciones por COVID-19 aumenta por la exposición a las sustancias nocivas en el aire, tomando en cuenta que este año continuará la contingencia sanitaria, dice Adrián Fernández, presidente de Iniciativa Climática de México (ICM) y miembro del Observatorio Ciudadano de la Calidad del Aire (OCCA).

El 19 de julio de 2020, la OMS dio a conocer que se podía establecer una relación entre el COVID-19 y la contaminación, debido a que la polución en el aire es un factor de riesgo en enfermedades respiratorias que afecta a las personas que están expuestas a altas concentraciones.

Por ello, Fernández afirma que se deben atender dos pendientes: homologar las medidas de verificación y de impuestos vehiculares en la Zona Metropolitana del Valle de México (ZMVM) y también difundir las nuevas disposiciones en el programa de verificación vehicular en la capital.

Respecto al primer punto, existen estados de la Megalópolis que no son tan estrictos como la ciudad y los automovilistas prefieren emplacar en esas entidades porque son más laxas e incluso sale más barato.

“Ya no puede ser que haya diferencias en los costos de tenencia, en cobros por placas y verificación, son miles y miles de vehículos que van a emplacar a Morelos porque no pagan tenencia o que van a ciertos municipios del Estado de México por qué allá sí hay corrupción y pueden pagar por verificar para circular diario”, dice.

En noviembre de 2019, la jefa de Gobierno de la capital, Claudia Sheinbaum, dio a conocer que al año, se pierden en impuestos entre mil y mil 500 millones de pesos por autos que emplacan en otros estados del Valle de México pero circulan en la ciudad, por lo que se iba a trabajar para homologar los procesos. Sin embargo, la mandataria local no detalló o dijo alguna cifra de cuántos vehículos estaban en esta situación.

El segundo pendiente es dar a conocer a la población el nuevo esquema de verificación de la ciudad que estipula que los autos nuevos ya no pueden obtener de manera automática el holograma doble cero para circular diario, sino que deben acreditar ser de bajas emisiones y tener una eficiencia energética de un litro de combustible por 15 kilómetros recorridos.

“Se debe ampliar la información para los consumidores, para que al momento de comprar un auto no solo se fijen en el precio y el consumo de gasolina, también en la eficiencia energética y si podrá circular diario”, declara.

Por último, menciona que el OCCA buscará reunirse con las autoridades de la ciudad y del Estado de México para revisar los avances en materia de calidad del aire y expresarles los pendientes referidos.

“Siempre ha habido mucha disposición de la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum; y del Gobernador, Alfredo del Mazo, y espero que este año sea igual y nos podamos sentar a revisar cómo vamos en este tema”, indica.

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