Los permisos temporales para trabajadores en los Estados Unidos, como los que ha estado solicitando el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, para regular el actual flujo migratorio, se cuadruplicaron en la última década aunque solamente en el sector agrícola de aquella nación.
En el estudio titulado “El incremento de los permisos como trabajadores temporales a mexicanos en los Estados Unidos: viejas formas de contratación en el sector agrícola estadounidense”, publicado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), de Naciones Unidas, se expone el caso.
“Actualmente, trabajadores mexicanos pueden ser admitidos de manera temporal en los Estados Unidos en virtud de dos visas de trabajador temporal: la visa H-2A, para realizar trabajo agrícola estacional o temporal, y la visa H-2B para trabajadores no agrícolas. Ambas visas comparten una característica en común: los empleos que se ofrecen no requieren mucha educación formal.
“Sin embargo se diferencian en que la visa para trabajadores no agrícolas tiene un límite anual de 66 mil visas, mientras que la H-2A no tiene ninguna limitación numérica”.
Por eso, señala, que al no tener esa restricción, las visas H-2A han aumentado en su emisión en los últimos años.
“Entre 2011 y 2020 la expedición de estas visas se cuadruplicó y en los últimos dos años excedió las 200 mil por año por primera vez en la historia del programa. Pero este número sólo representa una fracción de la demanda de mano de obra del sector agrícola estadounidense”.
Más adelante, el estudio ahonda en las dimensiones que ha alcanzado este programa de empleo temporal agrícola.
“La cantidad de empleos agrícolas en los Estados Unidos ocupados con trabajadores agrícolas temporales H-2A se mantuvo por debajo de 100 mil hasta 2014 y se duplicó llegando a más de 200 mil a partir de 2019. Los trabajadores con visa H-2A ocupan ahora el 10 por ciento de los trabajos de temporada en la agricultura de los Estados Unidos”.
Visas insuficientes
Aunque ya en estos momentos Estados Unidos expide más de 200 mil de estas visas para trabajadores agrícolas temporales por año, lo cierto es que siguen resultando pocas cuando se les compara con el volumen del flujo migratorio ilegal, y con la demanda de fuerza de trabajo del sector agrícola estadounidense.
Por ejemplo, la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP, por sus siglas en inglés), ha informado que en el año fiscal 2021, fueron detenidos en su intento por ingresar a aquel país un millón 734 mil 686 migrantes, de los cuales 655 mil 594 eran de México
Además, el propio estudio de la CEPAL evidencia que una proporción importante de la fuerza de trabajo que está empleada en el sector agrícola de aquel país, sigue estando compuesta por migrantes ilegales, de acuerdo con datos de la Encuesta Nacional de Trabajadores Agrícolas (NAWS) del Departamento del Trabajo de Estados Unidos, aplicada entre el 1 de octubre de 2015 y el 30 de septiembre de 2016.
“Entre sus hallazgos se destaca que casi 7 de cada 10 trabajadores entrevistados nacieron en México (69 por ciento). (…) El 29 por ciento de la fuerza laboral agrícola eran ciudadanos estadounidenses (de ellos, el 85 por ciento habían nacido en los Estados Unidos y el 15 por ciento eran ciudadanos naturalizados), un 21 por ciento eran extranjeros residentes legales permanentes, un 1 por ciento eran personas que tenían autorización de trabajo a través de algún otro programa de visas y el resto eran trabajadores extranjeros que no contaban con una autorización para trabajar.
Desde 1989, la proporción de trabajadores agrícolas nacidos en los Estados Unidos se redujo, pasando de un 40 por ciento a aproximadamente un 25 por ciento en 2016. La proporción de trabajadores agrícolas extranjeros sin visas de trabajo aumentó del 7 por ciento en 1989 al 56 por ciento en 2000, pero cayó al 48 por ciento en 2016”.
México pide más visas para trabajadores
El presidente, López Obrador, ha señalado que las visas temporales de trabajo son una buena alternativa para legalizar el flujo migratorio.
“Lo que nosotros estamos ahora haciendo es convenciendo de que se puede regularizar, ordenar el flujo migratorio, porque se necesita fuerza de trabajo. (…) De ahí el planteamiento nuestro, vamos a que se otorguen visas temporales de trabajo. Primero, que se apoye a los pueblos de Centroamérica y que, además de eso, que se apliquen programas como el de Sembrando Vida, como el de Jóvenes Construyendo el Futuro (…). Aparte de eso, que la gente que se inscriba en estos programas también tenga la oportunidad de obtener una visa temporal de trabajo, porque se va a requerir la mano de obra, la fuerza de trabajo. No se tiene suficiente mano de obra en Estados Unidos y en Canadá”.
De hecho, el estudio citado, elaborado por José Aurelio Granados Alcantar y Juan Pablo Téllez Plata, contrasta los ingresos de un campesino temporal en EEUU y lo que obtendría en México.
“En ese país, el salario anual para los trabajadores H-2A fue de casi 25 mil dólares en 2019. En México, el salario mínimo para los trabajadores agrícolas fue de sólo 4.64 dólares por día, menos de mil 200 dólares por año”.
Un antecedente de estas visas temporales fue el Programa Bracero, que empezó en septiembre de 1942 y terminó en 1964, para remediar con trabajadores mexicanos la escasez de mano de obra en el sector agrícola de Estados Unidos que causó la Segunda Guerra Mundial.
El documento señala que a mediados de la década de 1950 los trabajadores mexicanos inscritos en el Programa Bracero ocupaban el 20 por ciento de los puestos de trabajo en la agricultura de Estados Unidos, y que el Programa presentó sus números más elevados de afiliación en 1959, con 445 mil 197 trabajadores mexicanos laborando en aquel país.
“Actualmente, la gran mayoría de los trabajadores H-2A son mexicanos. Los mexicanos dominan el flujo cada año y de 2005 a 2020 su participación aumentó del 82 por ciento al 91 por ciento”.