Además de buscar a las personas desaparecidas y exigir justicia por las víctimas de feminicidio, una tarea que le corresponde a las autoridades, la mayoría de las mujeres en México son las proveedoras y cuidadoras de sus propios hogares sin apoyos del Estado.
Por este motivo el Estado debería de crear programas que las ayuden económicamente más allá de generar proyectos pilotos con bajos resultados para empoderarlas financieramente, dicen activistas.
En México, del 2015 hasta el 31 de julio de 2021, se han registrado 5 mil 109 mujeres que han sido víctimas del delito de feminicidio, cifra que año con año se ha incrementado, señalan los datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP).
Por su parte, del 2006 al 30 de junio de 2021 se tienen contabilizadas un total de 21 mil 840 mujeres, niñas y adolescentes desaparecidas y no localizadas, según el Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas (RNPDNO).
“Ellas son las que están trabajando y no la autoridad, no buscan solo restos de sus hijos, ellas buscan otros desaparecidos. Han aprendido técnicas, se han especializado, yo acabo de ir con las buscadoras allá a Sonora.
“Ellas son las que van a los lugares, no se están esperando a que haya una orden para poder intervenir en un terreno, además hay tanta corrupción que arriesgan sus vidas, entonces ¿qué pasa?, ¿quién las mantiene?”, cuestiona María de la Luz Estrada, coordinadora del Observatorio Nacional contra el Feminicidio (ONCF).
La activista responde que aunque a veces algún miembro es el sustento familiar, muchas mujeres trabajan por la noche en maquiladoras para seguir en el día en su lucha por la justicia.
“Yo tengo que buscar apoyo para mujeres que no tienen, con la pandemia buscarles despensas para que ellas puedan seguir luchando por sus hijas y no quede el caso en la impunidad, realmente hay situaciones de mucha precariedad económica en la que están las mujeres”, dice.
Las más afectadas por falta de apoyos
Uno de los avances que desde el ONCF han hecho, explica María de la Luz, es que las comisiones de víctimas tengan planes de reparación integral donde contemplen estas necesidades, porque hay niños huérfanos y las abuelas son mujeres de más de 50 o 60 años al cuidado de ellos que además buscan justicia.
“Es complicadísimo porque las abuelas no consiguen tan fácilmente trabajo y entonces se dedican al comercio informal, buscan que se les dé casa a los nietos, la verdad si no existiera esta red de apoyo entre las familias no podrían subsistir, entonces tienes todas estas situaciones complicadísimas para las mujeres”, dice.
Aunque hay una intención de fortalecerlas con programas como el de Inmujeres y Segalmex que buscan facilitarles la creación de tienditas Diconsa, la coordinadora dice que tienen que estar todo el día en estas tiendas y la ganancia es muy poca para con eso resolver su vida.
Estrada comenta que un ejemplo es que en la Ciudad de México se contrató a las mamás para que ellas estuvieran acompañando y capacitándose y así se les pagaba un recurso económico.