La presidenta de la Comisión de Relaciones Exteriores en el Senado de la República, Gina Cruz Blackledge, aseguró que el 2021 fue el año de la más grave crisis y retroceso en materia migratoria en la historia de México, debido a la falta de una estrategia clara por parte del jefe del Ejecutivo para atender ese fenómeno.
Por ello, exigió que, de manera urgente, el Gobierno federal dé un “golpe de timón” en materia migratoria, que garantice una migración ordenada, segura, regular y respetuosa de derechos humanos y de la dignidad de las personas.
La legisladora panista expuso que los factores que contribuyeron para que México se viera desbordado ante esta crisis fue la invitación que hizo el presidente López Obrador para que personas de Centroamérica llegaran libremente a México, con la oferta de trabajos e incluso de residencia.
“A este llamado temprano que incentivó la migración desordenada que actualmente vivimos, también se suman la falta de apoyos gubernamentales a organizaciones de la sociedad civil que atienden a migrantes y la reducción continua de recursos a la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (COMAR)”, comentó.
La senadora por Baja California también se refirió a otros factores que tienen a México en esta crisis, como la criminalización de la migración, las violaciones reiteradas de los derechos humanos de las y los migrantes por parte de autoridades mexicanas, y la ineficaz lucha contra organizaciones criminales dedicadas al tráfico de personas.
En este sentido, afirmó que la situación de los campamentos de migrantes en ambas fronteras es grave: “estamos ante una crisis humanitaria y de derechos humanos que se ha agravado por la pandemia y por la lenta recuperación de las economías de la región”.
Acusó que ante la difícil situación humanitaria y las violaciones reiteradas a los derechos de las y los migrantes, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos ha guardado un preocupante silencio.
Finalmente, dijo que a raíz de la decisión de la Suprema Corte de Justicia de los Estados Unidos de América, que obliga al Gobierno del presidente Joe Biden a continuar con el programa “Quédate en México” la crisis se ha agravado, ya que el Gobierno mexicano aceptó, en los hechos, convertirse en el “patio trasero” del vecino país del norte a pesar de que somos el país más peligroso para el tránsito de migrantes.