Los uniformados alcoholizados de la Policía de Monterrey, que ayer protagonizaron un accidente vial, no serán separados de sus cargos porque estaban en sus horas de descanso al momento de los hechos.
La Secretaría de Comunicación Social de la corporación policíaca regia, informó que solamente el conductor se tendrá que hacer responsable de los daños ocasionados en la vía pública.
Explicó que otro “detalle” que los salvó de un castigo, es porque no estaban con el uniforme de la corporación y la unidad era particular.
Información extraoficial reveló que presuntamente, los policías habrían estado en la posada de la Policía de Monterrey, en la cual habría acudido la alcaldesa Margarita Arellanes.
Los cuatro policías alrededor de las 4:00 horas se accidentaron en el cruce de las calles Zuazua y Juan Ignacio Ramón, en el centro de Monterrey, a un lado de Palacio de Gobierno.
Los uniformados se desplazaban a bordo de un automóvil Altima, con placas de circulación SMR 3347.
El oficial Francisco García Reyes, quien aparentemente iba en estado de ebriedad, conducía el auto.
Los otros tres policías que resultaron heridos en el accidente son Jorge Antonio Hernández Espinoza, Santiago Villalobos y Luis Alfonso Celis Camacho, éste último de 19 años.
Información de Tránsito de Monterrey, se estableció que el auto circulaban de sur a norte por la calle Zuazua.
El conductor del Altima de manera repentina, perdió el control del volante en una pendiente descendente con una pequeña curva.
Aparentemente, el vehículo circulaba a exceso de velocidad cuando se impactó contra un muro de contención de la acera de la calle Zuazua. Debido a la marcas que dejó el percance, se estableció que sin control recorrieron unos 40 metros.
Elementos de la Cruz Roja acudieron al lugar del accidente para brindar a los primeros auxilios a los policías heridos.
Se informó que sólo Celis Camacho resultó con lesiones de consideración y fue llevado a la clínica de Servicios Médicos Municipales de Monterrey.
Recientemente, el Congreso local aprobó nuevas leyes para endurecer el castigo por manejar ebrio o con simple aliento alcohólico.
Y las multas van de los 6 a 40 mil pesos y la suspensión de licencia.
En caso que el conductor ebrio atropella a una persona y éste sale herido o muere, podría quedar preso en un Centro Penitenciario.