El cisma albiazul
Todavía no se resuelven las elecciones en el Estado de México y en Coahuila y en el PAN ya enfilaron hacia el 2018, aunque no de la mejor manera.
En el blanquiazul ya comenzó la guerra interna por la candidatura presidencial y promete ser la batalla más cruenta que hayan enfrentado al interior del panismo.
Un cisma se avecina en las filas del partido azul.
Imelda García
Todavía no se resuelven las elecciones en el Estado de México y en Coahuila y en el PAN ya enfilaron hacia el 2018, aunque no de la mejor manera.
En el blanquiazul ya comenzó la guerra interna por la candidatura presidencial y promete ser la batalla más cruenta que hayan enfrentado al interior del panismo.
Un cisma se avecina en las filas del partido azul.
Lejos quedaron aquellos tiempos en que los albiazules unían sus fuerzas para derrotar al sistema político, dominado por el PRI. Hoy, la lucha es por el poder; los panistas sienten que tienen cerca la posibilidad de ganar las elecciones del 2018 y todos quieren ser el artífice de esa victoria.
Margarita Zavala, Rafael Moreno Valle y Ricardo Anaya protagonizan este enfrentamiento que ha metido al panismo en un escenario de división y lucha interna.
El conflicto interno del PAN ha provocado no solo la polarización entre estos grupos, sino entre los demás panistas que, en desacuerdo con la confrontación, han decidido buscar una cuarta vía de representación.
De no ser resuelto con oportunidad, el pleito entre panistas podría colocar a ese partido en desventaja frente a sus adversarios; sobre todo ante el partido Morena que tiene ya definido quién será su candidato presidencial y experimentó un crecimiento exponencial en las elecciones del 4 de junio.
Sin disimular
La escena es más que elocuente: en el templete del mitin para exigir que se dé la victoria a Guillermo Anaya en las elecciones de Coahuila, los tres aspirantes panistas dejan ver el tamaño de su rivalidad y protagonizan un desplante a la vista de todos.
En un video dado a conocer la semana pasada por Grupo Imagen, se ve molestos a Margarita Zavala, Rafael Moreno Valle y Ricardo Anaya, quienes intercambian algunas palabras con gestos adustos. Es claramente una breve discusión de los suspirantes a la Presidencia de la República.
Eso sí: en redes sociales, todos presumían “la unidad” del partido en la defensa de la elección en Coahuila.
El conflicto no es nuevo. Desde que anunciaron sus aspiraciones para competir por la candidatura del blanquiazul, Margarita Zavala y Rafael Moreno Valle han exigido al presidente nacional del PAN, Ricardo Anaya, una definición sobre su participación o no en la contienda.
Consideran que Anaya ha utilizado los recursos del partido para promocionar su imagen y posicionarse rumbo al 2018.
Durante meses, ambos aspirantes han insistido para que Anaya se defina. Piden piso parejo en la contienda más reñida en la historia del PAN.
No ha ocurrido. Ricardo Anaya ha mantenido el suspenso sobre su aspiración presidencial, aunque todo su esfuerzo como presidente nacional del PAN se enfoca a la proyección de su imagen y en hacerse de la estructura que le permita alcanzar su objetivo.
Incluso, un cambio en los estatutos le permite permanecer como presidente del partido hasta un día antes de que comience el proceso electoral.
Todo esto ha provocado protestas al interior del partido y, aunque los reclamos contra su líder tuvieron una tregua por las elecciones del 4 de junio, ésta terminó la noche en que se dio a conocer que el PAN había ganado los comicios solo en Nayarit.
Al perder la elección de Coahuila y quedar en cuarto lugar en el Estado de México, con una candidata que él mismo impulsó pese a la resistencia de un grupo de panistas de la propia entidad, Ricardo Anaya perdió poder de negociación al interior del PAN.
La situación era distinta hace un año, cuando el albiazul ganó las elecciones en 7 estados, lo que significó el mayor triunfo en la historia del panismo.
Ahora, sin embargo, sus rivales planean reclamarle los pobres resultados obtenidos este 2017.
“El Estado de México es la gran derrota posible. Ricardo Anaya es el responsable directo. Él sacrificó las posibilidades reales de éxito del PAN, pensando solo en sí mismo y en sus ambiciones. Sí, la dirigencia del PAN le falló a los mexiquenses”, sentenció Margarita Zavala 36 horas después de que ocurriera la elección.
La tregua terminó y a partir del 5 de junio, la guerra intestina del PAN no tendrá pausa hasta pasada la elección del 2018.
La guerra contra Anaya
El cálculo es simple: el principal adversario del PAN, Andrés Manuel López Obrador, se perfila ya para ser el candidato de Morena; en el PRI, aunque calladamente, las fuerzas internas ya se mueven para decidir quién será el abanderado en el 2018.
Ocurrió en el 2012, cuando la lucha interna por la candidatura del PAN tomó meses y fue desgastante para el partido por la guerra que se vivió en las filas panistas.
Las acusaciones de Ernesto Cordero contra Josefina Vázquez Mota le pesaron en toda la campaña presidencial y, mientras el blanquiazul se dividía por la lucha entre calderonistas y maderistas, los rivales Enrique Peña Nieto y Andrés Manuel López Obrador tomaban la delantera.
Ahora, los panistas consideran que el desgaste de la presidencia de Peña Nieto los pone en una situación de ventaja para las elecciones del 2018. Y en el PAN, nuevamente, la guerra interna amenaza con lastimarlos en la carrera presidencial.
Por eso, desde que anunció su intención de ser la candidata presidencial del PAN el 14 de junio del 2015, hace exactamente dos años, la exprimera dama ha criticado que no haya un piso parejo en la competencia interna; incluso, ha amenazado con irse por la vía independiente si no es apoyada por su partido.
“Durante dos años la respuesta ha sido la misma: mentir, simular, hacer trampa, pactar con el gobierno y con nuestros adversarios. El PAN se está debilitando como la opción real de cambio para el 2018; mientras tanto, nuestros adversarios se fortalecen.
“Hoy le exijo a Ricardo Anaya que se comporte a la altura de lo que necesitan el PAN y el país. Le exijo que el PAN defina a su candidato a más tardar en un mes, exijo un método limpio y justo. El PAN necesita a la candidata o al candidato más competitivo. El PAN necesita ser la mejor opción para la gente”, sentenció Zavala en un video que publicó el 6 de junio.
Dos días después, Zavala inició una gira por todo el país que durará un mes. Recorrerá los 32 estados y, antes de partir, emplazó a la dirigencia de su partido a que haya una reunión de la Comisión Permanente a la brevedad, para hablar sobre los resultados de la elección de este año y definir la ruta hacia el 2018.
De forma más discreta, pero también recorriendo varios estados se encuentra Rafael Moreno Valle, exgobernador de Puebla y otro de los aspirantes a obtener la candidatura presidencial del blanquiazul.
La semana pasada, en una reunión con empresarios de Guanajuato, Moreno Valle abrió la puerta a que se conforme un frente amplio opositor para las elecciones del 2018, pues no se debe permitir que haya dispersión del voto contra el PRI.
Los otros frentes
En la guerra civil del PAN no solo compiten esos tres grandes frentes por la candidatura presidencial. Otros grupos también han decidido levantar la mano para buscar la representación del blanquiazul.
Se trata de Ernesto Ruffo Appel, el exgobernador de Baja California y primer mandatario estatal de oposición en el país.
“Yo me voy a encargar de buscar a los del buen PAN. Porque he de decir que hay un PAN muy electorero que busca eso, precisamente; y aquí se trata de que los valores y la participación ciudadana sea lo que venga a formar al mejor sistema político que ocupamos ya de manera inevitable, ineludible”, afirmó Ruffo en un video emitido a través de sus redes sociales.
El hoy senador también ha hecho giras a varios estados del país y, en redes sociales, se promueve mediante la frase “Ruffomanía”.
Otro que ya levantó la mano es Juan Carlos Romero Hicks, exgobernador de Guanajuato y también senador, quien ha dicho públicamente no estar de acuerdo con la forma de hacer política de ninguno de los tres contendientes panistas.
“Es momento de sumar, de ser generosos y de aportar nuestro talento al servicio de la Nación (…) nada ganamos luchando por separado para caer vencidos juntos, luchemos por la unidad”, pidió Romero Hicks a sus seguidores en redes sociales.
Desde Veracruz, otro movimiento que está gestándose impactará en la contienda interna del PAN.
Se trata del “destape” que desde el PAN estatal se ha hecho de Miguel Ángel Yunes, el actual gobernador de Veracruz, como posible candidato presidencial. El mandatario respondió con la excusa clásica de que está enfocado en gobernar su estado.
“Hace 60 años que Veracruz no tiene un presidente de la República; la aspiración de mis compañeros se entiende y debe ser una aspiración que seguramente compartirían muchos veracruzanos, que estarían de acuerdo que alguien de Veracruz fuera candidato a la Presidencia. Pero eso no quiere decir que no me vaya a dedicar a eso”, respondió en una entrevista radiofónica horas después del destape, el último día de mayo.
Yunes termina su mandato como gobernador en el 2018, por lo que no se descarta que pida licencia como mandatario para entrar a la carrera presidencial.