¿Por qué el Árbol de la Noche Triste y Puente de Alvarado dejarán de llamarse así?

Fue el 30 de junio de 1520 cuando los españoles y sus aliados indígenas huyeron en la noche para escapar de los mexicas en el palacio de Axayácatl en la ciudad de Tenochtitlan

Para conmemorar la fundación de México-Tenochtitlan se renombrará la avenida Puente de Alvarado y al Árbol de la Noche Triste, ahora se llamarán Calzada México-Tenochtitlan y la ‘Calzada de la Noche Victoriosa’, respectivamente.

Este miércoles, la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum Pardo, anunció el cambio de nombre de estos dos sitios.

Queremos reflexionar sobre los 500 años de la llamada Conquista, por eso nos preguntamos cómo es posible que haya una calle que se llame Puente de Alvarado, cuando Alvarado fue el principal perpetrador de la matanza del Templo Mayor
Claudia Sheinbaum Jefa de Gobierno de la Ciudad de México

En la misma conferencia, la mandataria capitalina cuestionó que se siga refiriendo al Árbol de la Noche Triste donde supuestamente lloró Hernán Cortés por una derrota ante el pueblo originario, por lo ahora será nombrado como de “Noche Victoriosa”.

La mandataria también presentó el calendario de eventos culturales para conmemorar la fundación de Tenochtitlan, las actividades inician el 21 de marzo y culminan hasta diciembre de 2021.

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¿Qué dice la historia?

Fue el 30 de junio de 1520 cuando los españoles y sus aliados indígenas huyeron en la noche para escapar de los mexicas en el palacio de Axayácatl en la ciudad de Tenochtitlan.

Tanto Cortés como Bernal Díaz del Castillo corroboraron los acontecimientos en una carta que fue enviada a Carlos V, al describir su salida de la capital y llegar a Tacuba, en donde se supone aconteció el suceso.

“Y llegado a la dicha ciudad de Tacuba, hallé toda la gente remolinada en una plaza, que no sabían dónde ir […] En este desbarato se halló por copia, que murieron ciento y cincuenta españoles y cuarenta y cinco yeguas y caballos, y más de dos mil indios que servían a los españoles…” (Cortés, s.f., pp. 241-242).

Como se lee, no existe una referencia de que Cortés hubiese llorado al pie de algún árbol.

De acuerdo con el autor de Las Águilas de Tenochtitlán, el que Cortés realmente se hubiera sentado a llorar en el Árbol de la Noche Triste, un frondoso ahuehuete, es una leyenda que surgió en el siglo XIX.

El relato señala que Cortés se sentó bajo un frondoso ahuehuete, rendido por la batalla y derrotado en su intento para tomar México-Tenochtitlán.

La mayoría de los soldados iban heridos y morirían. Ante tal panorama, Cortés lloró de rabia e impotencia. El árbol de la noche triste se convirtió en mudo testigo de la mañana del triunfo de Anáhuac.

“Cortés a esto se paró, y aun se sentó, y no a descansar, sino a hacer duelo sobre los muertos y que vivos quedaban, y pensar y decir el baque la fortuna le daba con perder tantos amigos, tanto tesoro, tanto mando, tan grande ciudad y reino; y no solamente lloraba la desventura presente, más temía la venidera”, describe Francisco López de Gómara en su Historia general de las Indias.

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