Regular a las empresas por un México más verde
Para que el Gobierno federal pueda alcanzar la meta de reducir las emisiones contaminantes que México lanza al ambiente y con ello combatir el cambio climático, es necesario que implemente leyes que regulen a las empresas que producen en mayor medida Gases de Efecto Invernadero
Fernanda MuñozEs necesario que implemente leyes que regulen a las empresas que producen en mayor medida Gases de Efecto Invernadero.
El cambio climático es real, se presenta en forma de catástrofes ambientales en todo el planeta, provocando la pérdida de áreas verdes y seres vivos. Pero el ser humano, principal causante de este hecho, sigue sin tomar medidas contundentes para remediarlo
Cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), revelan que en todo México se recolectan diariamente 86 mil 343 toneladas de basura. Es decir, que cada persona produce en promedio 770 gramos; los desperdicios son generados principalmente en viviendas, edificios, calles, avenidas, parques y jardines.
Pero toda esa basura, la que tapa cañerías y causa inundaciones, no solo la originan las personas al tirar los desechos al suelo, también es responsabilidad de las empresas que la producen a gran escala y que contribuyen en gran medida a las afectaciones ambientales.
Una de las medidas implementadas por las grandes empresas causantes del deterioro ecológico ha sido modificar sus planes de producción para que sus acciones estén completamente ligadas a la protección del medio ambiente y su bienestar. Sin embargo, ¿qué tan cierto es esto?
De acuerdo con David Pérez Castillo, maestro por la escuela de negocios del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores Monterrey (ITESM), Campus Toluca, con especialidad en sustentabilidad, las compañías que pretenden ser cien por ciento ecológicas necesitan cumplir múltiples medidas estipuladas en la Ley General de Desarrollo Forestal Sustentable, lo que conlleva realizar cambios internos en las empresas e implementar las cláusulas impuestas por el Gobierno federal.
“Sí pueden existir empresas que tengan un equilibrio y que no generen impactos negativos en el ambiente, pero hay diferentes formas en que se pueden presentar, ya sea como compañías sustentables, regenerativas o ganaderías regenerativas; estas últimas diseñadas para regenerar los ecosistemas”, explica Pérez Castillo.
Ninel Escobar, subdirectora de Cambio Climático y Energía del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) México, comparte que para que una empresa sea llamada ecológica, de manera básica debe cumplir con las regulaciones ambientales vigentes en el país y con la legislación ambiental, aspectos que en ocasiones no son respetados por la imperante corrupción o la falta de regulaciones.
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Medidas gubernamentales para regular a empresas
El gobierno de México se ha involucrado en compromisos ambientales por décadas. Muestra de ello es la Ley General de Desarrollo Forestal Sustentable, norma que regula junto al Centro Mexicano para la Filantropía (Cemefi) a las empresas del país a través de diferentes acciones y programas.
En 2018, la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) destacó en su informe La Política de Cambio Climático y NAMAs (Acciones Nacionales Apropiadas de Mitigación) que una de sus metas más importantes es que en 2050 se reduzcan las emisiones de carbono en un 50 por ciento.
Pero este objetivo cambió. El 1 de octubre de 2019, en el Diario Oficial de la Federación se publicó que el país se comprometía a reducir, de manera condicionada, un 22 por ciento de sus emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) y un 51 por ciento de sus emisiones al año 2030, medida que supera a la de 2018.
Aunque esta iniciativa es positiva, Ninel Escobar enfatiza que el gobierno no debería confiarse, por el contrario, es necesario que refuerce su estrategia con la implementación de leyes, reglamentos y normas a favor del medio ambiente para que las empresas que buscan un cambio ambiental tengan respaldo y guía.
“Lo principal que debería hacer el gobierno es invertir en capacidades para hacer cumplir la ley, hay que invertir mucho en inspección, vigilancia y procesos de sanciones. Para eso se requieren bastantes recursos, tiempo y compromiso de escanear los sistemas, eso implica revisar que están libres de corrupción y de procesos lentos”, declara la subdirectora de Cambio Climático y Energía de WWF México.
Por su parte, Pérez Castillo argumenta que para que las compañías realicen acciones en favor del medio ambiente se deben de tomar en cuenta diversos puntos.
Primero que nada, explica el académico del ITESM, debe haber una regulación fiscal o incentivos para las compañías que impacten de manera positiva en el planeta con su labor, en particular para las que estén generando una renovación pro ambientalista.
“También se deben regular las compras gubernamentales, pues si solamente se usaran para adquirir productos ecológicos, amigables para el medio ambiente, o con un cierto impacto socioambiental, con eso estaríamos del otro lado y hasta nos daría capacidad para apoyar a todas las empresas que actualmente están tratando de generar, desde un producto orgánico o biodegradable, un servicio con impacto social”, detalla el especialista.
El último punto que el gobierno debería tomar en cuenta, de acuerdo con Pérez Castillo, es invertir en la forma en la que se hacen las regulaciones, particularmente en las certificaciones, para facilitarle la vida de aquellos que realizan proyectos con un impacto positivo y que por ello arriesgan su producción, pues los productos a favor del medio ambiente suelen ser menos vendidos que los demás.
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Mercadotecnia sustentable
En enero pasado, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) registró que 2019 fue el segundo año más caluroso de todos los tiempos después del 2016 debido al cambio climático. La noticia, que impactó en casi todos los rincones del mundo, generó un efecto también en el sector empresarial.
En México, la iniciativa privada comenzó a actuar en consecuencia. Algunas de ellas se registraron como Empresas Socialmente Responsables (ESR) ante el Cemefi.
El organismo tiene registradas más de mil 600 empresas como socialmente responsables y cada año su lista aumenta. Un kilo de ayuda, Un granito de arena, Walmart y Pepsico son solo algunas de las compañías reguladas.
Por su parte, Leticia Tellería, directora de la Incubadora de Empresas del ITESM, Campus Toluca, asegura que al final del día la publicidad es en cierto punto un juego en el que las empresas tienen que dar a conocer lo que están haciendo en pro del medio ambiente para ganar la confianza de los consumidores.
Además, comparte que cuando una empresa dice que no contamina, usualmente se piensa que no debe tener ningún registro negativo, pero Tellería acusa que eso es muy complicado, tomando en cuenta que en el país aún no hay mecanismos o procesos que auxilien en su totalidad a las empresas para cumplir sus metas.
La especialista de la UNAM dice que para que las compañías estén reguladas por el Cemefi deben cumplir con las tres esferas de la mercadotecnia sustentable, es decir, deben introducirse en temas sociológicos, económicos y ecológicos.
“Las empresas creen que con el solo hecho de enfocarse en el campo ecológico ya cumplieron sus metas y no es así, necesitan ser fieles a las tres esferas de la mercadotecnia sustentable”, detalla Fischer de la Vega.
La académica de la UNAM recalca que no es imprescindible que las empresas estén catalogadas legalmente como ecológicas si no lo quieren así, pues basta con que realicen las acciones en favor del medio ambiente para que sean reconocidas por la sociedad.
“No diría que están engañando a la gente si no están registradas, tendría que ser un caso muy específico, es decir, si dicen una cosa y no la hacen, entonces ya están mintiendo”, comparte Laura Fischer.
De acuerdo con el Artículo 7, Capítulo II, de la Ley General de Desarrollo Forestal Sustentable, las medidas en pro del medio ambiente que realice cada empresa corresponden a los estados, como la formulación, conducción y evaluación de la política ambiental.
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Ejemplos ecológicos
En un momento en el que el mundo necesita más que nunca ayuda ecológica, las opciones para comprar y vender productos a favor del medio ambiente sobran; sin embargo, son pocos los sitios conocidos.
En ese sentido, David Pérez Castillo, hace hincapié en la falta de promoción para los lugares de productos ecológicos, ya sean físicos o virtuales, pues hay tanto compradores como vendedores que están dispersos.
“Si tú vas con los productores y les preguntas: ‘¿Por qué no producen un producto amigable con el medio ambiente?’ Te dicen: ‘Uno, porque cuesta cambiar la tecnología que tenemos y, dos, porque no hay quién lo compre’”, dice el académico.
Marisol Portal y Alfonso Gómez son dos de los cofundadores del Festival Pakarima, evento en el que cada año se reúnen diferentes artistas en un solo lugar para que, con las recaudaciones que se recolectan de la gente, se realicen actividades en favor del ambiente y de la sociedad, como la limpieza de ríos, reforestaciones y construcción de casas, entre otras.
En entrevista con Reporte Índigo, Portal comparte que, como sociedad, se necesita la mayor cantidad de sitios pro ambientalistas para que la gente se vea favorecida.
“De pronto hay mucha gente tratando de hacer cosas buenas y no saben cómo, nosotros en parte por eso estamos aquí, para incluir a las personas preocupadas por lo que pasa con el cambio climático”, señala Portal, ingeniera en Desarrollo Sustentable.
Menciona que es importante participar en diversos proyectos, como mercados y tianguis, comprando la mayor cantidad de productos posibles, pues aun- que a veces son elevados en su precio, valen mucho la pena.
Otra opción es la que presenta Ana Calderón con Mercado el 100, el primer comercio de productos locales, orgánicos y ecológicos de la Ciudad de México, con el que busca que cada comprador genere un cambio en su vida.
“Hace 10 años que surgió Mercado el 100 con la idea de encontrar productos sanos, amigables con las personas y con el ambiente, que fueran productores locales, de lugares cercanos a la CDMX, de la misma ciudad, en la que pudieran vender sus productos sin necesidad de intermediarios y mostrar que es posible alimentarse de forma responsable con productos frescos de acuerdo a la temporalidad”, resalta Calderón.