Preocupa la caída
México se apresta a cumplir su primer año de reforma energética con poco para celebrar.
Doce meses están por cumplirse de que se aprobara la reforma constitucional, leyes secundarias y reglamentos. Tres meses faltan para que inicie su puesta en marcha.
Pero al Gobierno Federal le han venido complicaciones no calculadas inicialmente.
Peniley Ramírez
México se apresta a cumplir su primer año de reforma energética con poco para celebrar.
Doce meses están por cumplirse de que se aprobara la reforma constitucional, leyes secundarias y reglamentos. Tres meses faltan para que inicie su puesta en marcha.
Pero al Gobierno Federal le han venido complicaciones no calculadas inicialmente.
La caída abrupta del precio internacional del petróleo llevará a que Pemex tenga que apurarse a reducir sus costos, que se ofrezcan mayores incentivos fiscales y porcentaje de la renta petrolera a las empresas que vengan al país.
El gobierno gastará más en garantizar un ingreso con el que pueda cumplir con su carga burocrática.
Otro problema preocupa más a las petroleras: La cancelación del fallo de la licitación del tren México-Querétaro obligará al país a publicar –en febrero próximo- una primera ronda de licitaciones que blinden el otorgamiento de los primeros contratos derivados de la reforma energética.
Ola de complicaciones
El tic tac de la reforma energética suena ya en los oídos de los funcionarios que manejan los ingresos del Estado mexicano.
Faltan tres meses para que inicie la ronda uno y la fecha coincide con elementos adversos para la inversión extranjera y los ingresos del país.
Primero fue la caída en la producción de los yacimientos que hoy opera Pemex hasta 2.4 millones de barriles diarios, por debajo de los cálculos estimados por la petrolera.
Luego la desaparición de 43 estudiantes en Guerrero revirtió la imagen internacional del país, en boga gracias a la meteórica aprobación de 11 reformas estructurales.
Las compañías comenzaron a recalcular el nivel de riesgo de asentarse en México. Como mitigación, el gobierno prometió, en voz del secretario de Hacienda, Luis Videgaray, que de su bolsillo pagaría que la gendarmería nacional cuide instalaciones petroleras privadas.
Al mismo tiempo, la baja en el crecimiento de las naciones emergentes, la sobreproducción de petróleo de EU, el regreso al mercado del petróleo libio y el mantenimiento del nivel de producción de Arabia Saudita, desplomaron el precio del crudo nacional 14 dólares por barril debajo de lo presupuestado para 2015.
El gobierno se verá obligado a utilizar la prima de coberturas de riesgo y una subcuenta en el Fondo de Estabilización petrolera, que le significarán 18 mil 411 millones de pesos.
La utilización le acarreará, según analistas consultados por Reporte Indigo, una prima mucho más cara el próximo año, ya que funciona como cualquier seguro: mientras más se usa más se encarece.
A esto se suma que los proyectos que resultaban más atractivos de la reforma energética, el llamado “petróleo difícil” de shale y aguas profundas, se congelarán mientras el precio no se estabiliza.
No resulta económicamente factible para una petrolera el excesivo gasto de infraestructura, exploración y explotación si el petróleo que extraerán se venderá en el mercado a menos de 70 dólares por barril, explica en entrevista el geólogo Raúl González.
La apuesta
Tres especialistas consultados por Reporte Indigo coinciden en que la apuesta es que vuelva a necesitarse más petróleo en el mundo cuando China, Japón, India y Brasil retomen su crecimiento económico y requieran de mayor cantidad de energía.
“Con las tendencias actuales, EU podría detener sus importaciones de petróleo en 2018. Esto es muy distante de ser energéticamente independiente, que incluye al carbón y el gas.
“Pero hay dos razones para pensar que esto puede no suceder. Primero, los precios bajos deberían reactivar el consumo estadounidense de petróleo.
“En segundo lugar, pueden estancar el crecimiento en la producción de petróleo estadounidense.
“Si vemos una demanda realmente fuerte fuera de China, EU podría ser energéticamente independiente.
“De lo contrario, es probable que nunca dejemos de importar un 15 a 20 por ciento del crudo”, explica en entrevista para este diario, desde Nueva Jersey el director de la consultora Princeton Energy Advisors, Steven Kopitz.
Nadie se atreve a vaticinar cuándo sucederá ninguno de estos escenarios. Mientras, México deberá elaborar unas bases de licitación que contengan más reducción de impuestos y mayor porcentaje de la renta petrolera en la ronda uno, según coinciden González y el analista Marcial Díaz, también funcionario de Pemex.
Díaz fue miembro del equipo jurídico de Pemex.
Matiza que el precio del crudo tendrá un peso en la adjudicación de los contratos pero no en todo su tiempo de vida, ya que éstos se firmarán a 15 y 30 años.
“El valor del precio de referencia del barril va a ir modificándose de acuerdo al comportamiento del mercado.
Puedes iniciar un proyecto con el barril en 68 dólares pero tu proyecto tiene una vida de 15 años, a lo mejor en dos años el precio vuelve a estar en 100 dólares.
“Tienes una concesión pero no empiezas a sacar barriles en el mes uno. Tiene que madurar el proyecto, tarda más o menos 36 meses en que puedas sacar el primer barril.
“Para entonces las condiciones del precio ya cambiaron”, explica Díaz, ahora titular de la consultora Lexoil.
Las malas coincidencias
La caída de los precios coincide con una declinación de los yacimientos de Pemex en la sonda de Campeche, especialmente Cantarell, los cuales sostenían la mayor parte de la producción de la petrolera.
Raúl González sostiene que esta coincidencia “traerá una crisis enorme y el gobierno no está preparado para manejarla. Sólo le queda endeudarse. Vivimos en una situación difícil y hay que preocuparse por ella”.
Coincide el ingeniero Francisco Garaicochea, quien afirma que “el problema se agudizará si se presenta, como pasó en Cantarell, la declinación (del yacimiento) de Ku-Maloob-Zaap en forma imprevista”.
Kopitz desde EU observa que la situación actual de México también es negativa, pero puede mejorar en un futuro.
Advierte: “En algún momento, probablemente los precios del petróleo aumentarán, pero los costos de servicios petroleros no tanto. Ahí México se beneficiará.
En el corto plazo, las perspectivas para la producción e ingresos del petróleo mexicano son negativas, pero no más adelante”.
El país obtendrá “menos ingresos de lo esperado originalmente”, porque tendrá que dar mejores condiciones en los contratos, aunque el especialista estadounidense opina que “México es simplemente demasiado importante y demasiado atractivo, sobre todo para los productores estadounidenses.
“Algunos independientes pueden optar por no participar en las rondas de licitaciones actuales, pero creo que el interés debe seguir siendo fuerte”.
Mayor certeza jurídica
La situación del precio puede mejorar en un futuro, pero la certeza jurídica que se asocie a los contratos será determinante en los próximos meses.
Mayor preocupación para los inversionistas resulta actualmente que se haya cancelado, después de otorgado el fallo, la concesión para construir el tren rápido de México a Querétaro a la compañía China Railway Construction.
“Lo que sí afecta y genera mucha incertidumbre para un inversionista es que no haya certeza y seguridad jurídica en la operación del negocio.
“El tema de haber cancelado la licitación del tren México-Querétaro, que ya había ganado la compañía china y que por un mandato presidencial el secretario de Comunicaciones la cancela aduciendo que había poca transparencia en el proceso, pero no dice en qué ni dónde, al inversionista le genera mucha incertidumbre”, explica Díaz.
Esto debe obligar a que se ofrezcan mayores candados jurídicos en los contratos para situaciones en el futuro.
También obligará a las empresas a realizar investigaciones a fondo sobre los nexos y el prestigio de una compañía mexicana antes de asociarse con ella.
Estos titubeos dejan en el terreno de Pemex un mayor peso para garantizar el 30 por ciento de los ingresos estatales que hoy provienen de la petrolera.
“Una caída de un tercio del precio del petróleo reduciría un 10 por ciento los ingresos estatales. Eso es una gran cosa.
Ahora Pemex puede estar cubierto y el gobierno puede pedir prestado, con lo que el efecto no sería evidente inmediatamente.
“Es justo esperar que ya tengan programas de austeridad, sobre todo de compra de materiales, especialmente si los precios bajos duran más de un año”, dice Kopitz.
Esto obligará a la compañía a probar que su nueva reestructuración interna, sus programas de reducción de la duplicidad de funciones y de compras consolidadas realmente resulten efectivos.
De lo contrario, el balance económico del gobierno estará en un punto delicado, en un sexenio el que ya se declaró que no aumentarán ni se generarán nuevos impuestos.
Claves de la caída
> 77,000,000
de barriles fue la oferta mundial de crudo en julio pasado, según la Agencia de Información Energética
> 2,400,000
millones de ese total mundial de crudo produjo México
> 750,000
millones de barriles al día produjo Libia, con lo que regresó al mercado
> 8,500,000
millones de barriles al día produjo Estados Unidos
> 18,800,000
millones de barriles consumió EU solamente durante julio
> Arabia Saudita mantuvo su producción, aunque ya estaba aumentando la oferta mundial a un ritmo mayor a los últimos años.
> La declinación definitiva en yacimientos importantes, como los del Mar del Norte, no logró contrarrestar esta oferta.
> El país de Medio Oriente ha alegado desde entonces que el propio mercado aumentará el precio.